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Opinión

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Cambio de narrativa: “Sin cambio”

La información económica publicada en las últimas semanas sigue mostrándose particularmente sólida. No parece haber signos de un descenso en el crecimiento.

Al mismo tiempo, la perspectiva con relación a la continuación de una trayectoria de baja en la inflación se ha diluido.

La discusión sobre un “aterrizaje suave” parece retirarse de la mesa ante la generalización de estimados que asumen que lo que viene es un crecimiento todavía mayor al esperado.

Vea lo que pasa en la economía norteamericana. Los datos son bastante positivos con respecto al crecimiento. La expansión de la nómina no agrícola en 100,000 plazas más de lo esperado y el descenso en la tasa de desempleo durante marzo.

El dato de empleo, así como la fortaleza que se observa en los índices de gerencia y abastecimiento (ISM), han ajustado las estimaciones adelantadas del GDPNow de la Fed de Atlanta a niveles del 2.5% para el primer trimestre del año, desde 2.1 por ciento.

El escenario de una recesión económica, o incluso una caída del gasto en consumo, son cada vez más lejanos.

Por su parte, la inflación ha dejado de disminuir. El Índice de Precios al Consumidor de Estados Unidos (CPI, por sus siglas en inglés) registró un avance de 0.4% m/m en marzo, por encima de lo esperado por INVEX y por el consenso del mercado (0.3% m/m). La tasa anual se ubicó en 3.5% (3.2% en febrero). 

El CPI subyacente (aquel que excluye los aumentos en energía y alimentos) también registró un aumento del 0.4% a tasa mensual, cifra que superó las expectativas del mercado (0.3% m/m) y marcó el tercer mes consecutivo de incrementos elevados.

En términos anuales, ambos índices registran una variación de 3.8%, superior a la de febrero. 

La semana pasada se intensificó la percepción de riesgo por parte de los inversionistas. La información sobre el empleo mantuvo la adaptación de las expectativas con relación a una futura baja de tasas por parte de la Fed hacia un escenario de moderación.

Con el dato de hoy existen muchos argumentos para que la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) mantenga el intervalo objetivo de la tasa de interés de referencia en [5.25%-5.50%] por más tiempo.

Asimismo, en las jornadas más recientes se acentuaron las presiones sobre el precio del petróleo y otros bienes básicos lo cual añadió estrés en los mercados, en especial el de deuda

En cuestión de una semana, la probabilidad reflejada en las cotizaciones de futuros de la tasa de fondos federales de que se presente una primera baja de tasas en junio disminuyó de 45% a 13 por ciento.

El cambio de narrativa es muy evidente en los niveles de las tasas de interés. Las tasas de interés de mediano y largo plazo en el mercado de deuda norteamericano han tenido un fuerte repunte. Las tasas de 2 y de 10 años inician la semana en niveles de 4.97% y 4.54% con alzas acumuladas en abril de 26 y 23 puntos base.

Los datos de inflación de los próximos meses tendrían que mostrar un avance poco creíble (en promedio de 0.2% o menos en términos mensuales) para que se sostenga la expectativa de una inflación cercana al 3.0 por ciento.

Dadas las presiones que se perciben en los precios de la energía, así como la fortaleza del crecimiento económico, eso luce poco probable. Las expectativas de inflación para todo el año se verán modificadas al alza hacia números más lejanos del objetivo.

Si los gobernadores de la Fed se apegan a su declaración de que necesitan tener mas confianza en la trayectoria hacia el objetivo de 2.0%, es claro que no podrán hacer un adelanto ni mucho menos bajar la tasa en junio.

No solo eso, las mismas cotizaciones de los futuros muestran a un mercado que solo anticipa dos bajas durante el segundo semestre, por debajo de los estimados publicados por los propios miembros del Comité de Mercados Abiertos de la Fed (FOMC por sus siglas en inglés) ¡Hace menos de un mes!

Las cosas cambian y entonces los mercados lucen confundidos: Las tasas de largo plazo suben  como si anticiparan una permanencia de niveles altos en las tasas de política monetaria, las expectativas de inflación de mediano plazo se ajustan, el dólar sube contra la mayoría de las monedas, el oro ha repuntado posiblemente alimentado por la idea de una inflación que será sostenidamente alta y las bolsas parecen reconocer, con el negativo retorno de abril, que el escenario ideal de un aterrizaje suave se ha esfumado.

¿Qué hacer entonces? Seguir aprovechando el regalo de tasas de interés libres de riesgo muy elevadas. El crecimiento no se ha ajustado con tales niveles, al contrario, parece ser muy sólido. Las bolsas podrían seguir siendo el mejor activo siempre y cuando los movimientos de las tasas al alza no se tornen muy violentos (ayer vimos la evidencia de lo anterior).

En cuanto al tipo de cambio. No parece que haya razones para esperar un movimiento de alza relevante. Los niveles de las tasas y su permanencia benefician al dólar y al peso; son el principal causante de las apuestas a favor de ambas monedas. Ya en México también los participantes del mercado de dinero que anticipan un movimiento en el mes de mayo son minoría. La gradualidad le cayó muy pronto a la Junta de Gobierno de Banxico. La posibilidad de generar una secuencia separada de las tasas en el exterior es mínima.

*Rodolfo Campuzano Meza es director general de Invex Operadora de Sociedades de Inversión.

perspectivas@invex.com

X: @invexbanco

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