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Opinión

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Etiquetado, la batalla

El debate sobre el etiquetado en alimentos y bebidas es una batalla que ya escaló de nivel.

Es tal vez, la primera vez que se observa la intención genuina de una parte del gobierno de enfrentar las mortales epidemias de la diabetes y la obesidad, con el endurecimiento de la regulación a la industria alimenticia.

Este debate sobre el etiquetado en alimentos y bebidas ha revivido el enfrentamiento entre industria y organizaciones de consumidores.

Pero ya no es sólo entre la industria y los consumidores.

Ahora es entre una parte importante del gobierno, en el sector salud y las organizaciones de defensa de los consumidores frente a la industria del sector.

En paralelo, está dejando ver una fuerte confrontación al interior del propio gobierno y del partido en el poder.

Hay una corriente en el gobierno mexicano que está convencida de que es necesario aplicar una política integral para combatir las epidemias de la obesidad y la diabetes en México.

Un primer y sólido paso es el cambio del etiquetado para hacerlo claro y entendible a la población. Al mismo tiempo, hay otra corriente en el propio gobierno, proclive a mantener el “estatus” en el que la industria continúe “autorregulándose”.

Y entre los legisladores del partido Morena, también se registran ambos bandos.

En la Cámara de Diputados avanzó y se aprobó en la Comisión de Salud —a pesar de varias en contra— una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud, específicamente en su artículo 212, en el que se ordena establecer un etiquetado que permita conocer cuando un producto tiene algo contenido de azúcar, grasas saturadas y calorías.

De inmediato se prendieron las alarmas en el poderoso sector alimentario y en reacción inmediata se organizó, con apoyo de una parte de los legisladores, un Parlamento Abierto, para analizar el tema. De acuerdo con quienes están a favor del cambio, en ese foro se registró una participación mayoritaria de representantes de la industria o de quienes están a favor de su posición.

A pesar de la recomendación en la Cámara Alta de que la discusión no se lleve al pleno de la Cámara de Diputados, se espera que en diciembre se lleve a cabo su discusión y análisis.

Veremos cuál de los bandos se sobrepone al otro.

Expertos, posición

La Secretaría de Salud solicitó al Instituto Nacional de Salud Pública la conformación de un grupo de expertos académicos en etiquetado de alimentos y bebidas, independientes y libres de conflictos de interés, con la encomienda de emitir una postura para contribuir al desarrollo de un sistema de etiquetado frontal para productos industrializados que proporcione información útil para facilitar la decisión de compra. La postura utiliza la mejor evidencia científica disponible y recomendaciones de expertos convocados por organismos internacionales.

Parte de un diagnóstico claro: las enfermedades crónicas no transmisibles son la principal causa de muerte en el mundo.

Gran parte de estas enfermedades se encuentra relacionada con la alimentación, que es un factor modificable y que, por lo tanto, puede prevenirlas o reducir su riesgo.

Entre las políticas y acciones reconocidas como costo-efectivas para el control de la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles en la población, se encuentra la orientación sobre la elección de alimentos saludables, a través de un Sistema de Etiquetado Frontal de Alimentos y Bebidas. Se estima que en México, más de 70% de las muertes en adultos son por causa de las enfermedades crónicas no transmisibles. La evidencia generada demuestra que la dieta y los hábitos de alimentación han atravesado por cambios sustanciales durante los últimos 30 a 40 años.

Y propone cinco puntos:

1.-El sistema de etiquetado frontal debe basarse en recomendaciones internacionales y nacionales de salud, como las de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana para la Salud (OPS), la Academia Nacional de Medicina y las recomendaciones nutrimentales mexicanas que preparó el sector salud bajo el liderazgo del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, y no en recomendaciones inconsistentes con insuficiente sustento científico, como actualmente ocurre para el caso de ciertos componentes de la dieta.

2.- Un grupo libre de conflictos de intereses deberá diseñar el sistema de etiquetado frontal en México con criterios de transparencia.

3.- Es fundamental considerar un perfil nutrimental único para las políticas de etiquetado, restricción de la promoción y venta de alimentos en escuelas y regulación de publicidad para aportar a la congruencia, consistencia, armonización y facilidad para su implementación.

4.- El énfasis del etiquetado debe ser únicamente en proporcionar información de fácil comprensión sobre ingredientes cuyo alto consumo es nocivo para la salud: azúcar, grasas saturadas, grasas trans y sodio, así como la energía total.

5.- Los estudios disponibles indican que el etiquetado que se utiliza en México, que está basado en las Guías Diarias de Alimentación, no funciona y debe ser remplazado por un sistema efectivo, de fácil comprensión y con criterios correctos.

Las siguientes organizaciones apoyan esta postura: Sociedad Mexicana de Cardiología, Sociedad Mexicana de Obesidad, Asociación Nacional de Cardiólogos de México, Asociación Mexicana para el Estudio Multi-disciplinario del Síndrome Metabólico AC, Asociación Psiquiátrica Mexicana AC, Sociedad Mexicana de Salud Pública AC, Asociación Mexicana para la Prevención de la Aterosclerosis y sus Complicaciones, Federación Mexicana de Diabetes, Asociación Nacional de Cardiólogos al Servicio de los Trabajadores del Estado, Fundación Interamericana del Corazón, Academia Mexicana de Pediatría.

ATISBOS

CONFUSIÓN.- Conméxico, encabezado por Jaime Zabludovsky, asegura que las propuestas de etiquetado de advertencia confunden a los mexicanos y van en contra del objetivo del etiquetado que es informar. Advertir no es informar. Los octágonos propuestos —dice— omiten información relevante sobre el contenido nutricional preciso de cada producto y por eso no sirven para elegir.

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Periodista desde 1975, ha trabajado ininterrumpidamente en periódicos, revistas, radio, televisión e internet. En los últimos 31 años se ha especializado en negocios, finanzas y economía. Es uno de los tres conductores del programa Fórmula Financiera, que se transmite por Grupo Fórmula.

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