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Fondos de estabilización, débiles asideros
En agosto del 2020, el entonces secretario de Hacienda, Arturo Herrera, reveló que se habían acabado los “guardaditos” con los que disponía el gobierno federal.
Advirtió que para el 2021 ya no se contaría con los recursos de los Fondos de Estabilización de los Ingresos Presupuestales y de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas, ni de los “guardaditos” de que disponía el gobierno de México para enfrentar emergencias.
Los recursos se habían consumido para hacer frente a los efectos de la pandemia del Covid-19.
Herrera dijo que ese año, el 2020, el año de las crisis gemelas: la sanitaria y la económica, el gobierno había contado con tres amortiguadores que absorbieron el impacto del coronavirus: las coberturas del precio del petróleo, los fondos para los choques económicos y los “guardaditos” del gobierno.
El exsecretario de Hacienda hizo la revelación para explicar que no aumentarían la deuda y dejaba ver que se plantearía un recorte presupuestal al Congreso.
En 2021 y 2022 estos fondos, que acumulan recursos para enfrentar emergencias por caídas en los ingresos, no observaron una sólida reconstitución, a pesar de que en esos años sí se registraron ingresos excedentes.
A tres años de distancia, las arcas de los fondos de estabilización, no están vacías, pero cuentan con casi un 80 por ciento menos de lo que tenían al principio de este gobierno.
Ayer se difundió información sobre el saldo de los fondos de estabilización al tercer trimestre.
La buena noticia es que registraron aumentos trimestrales. La mala noticia es que a pesar de ese aumento continúan reflejando una fuerte caída respecto al saldo que el gobierno de Enrique Peña Nieto heredó, al actual de Andrés Manuel López Obrador.
Comparado con el saldo del último trimestre del año 2018 –el año del relevo presidencial–, para el tercer trimestre del 2023, se observó una caída del 78.18%, de acuerdo con el cálculo de Banco Base.
En el sexenio que se autodenomina como el de la cuarta transformación, se han reducido notablemente los fondos de estabilización.
La caída de estos fondos aumenta la vulnerabilidad de las finanzas públicas.
Para que nadie diga que no se menciona lo bueno, van las cifras trimestrales.
El Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) aumentó en 1 mil 147 millones de pesos a 39 mil 484 millones de pesos.
El Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF) incrementó en 583 millones de pesos a 23 mil 525 millones de pesos.
Y el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilidad y el Desarrollo (FMP) subió de 2 mil 991 millones de pesos a 21 mil 815 millones de pesos.
El monto total de los fondos de estabilización es de 84 mil 824 millones de pesos, al cierre del tercer trimestre.
Los dos fondos que registraron mayores caídas en sus saldos son el FEIP con un descenso de 85.89%. El FEIEF retrocedió 73.48%. El FMP subió un ligero 7.58%.
Hay que recordar que en junio de este año, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló que el actual gobierno gastó 253 mil 792 millones de pesos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) para cubrir los gastos previstos en el presupuesto de egresos, luego del desplome de la recaudación por la desaceleración de la economía en el año 2019 y la crisis económica por la pandemia del Covid-19.
Ese monto se redujo a 25 mil 978 millones de pesos al cierre del 2022. Al cierre del tercer trimestre del año en curso el saldo total de los 3 fondos, aumentó poco más del triple, pero es inferior en casi 3 veces el monto de lo que llegó a acumular solo el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios.
Es claro que en el último año de gobierno, la presente administración, cuenta con débiles asideros, frente a las emergencias. Veremos.