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Historias chiapanecas
Entre Ocosingo y Las Margaritas, poco después del levantamiento indígena que cimbró al sexenio salinista, se erigió Maravillas Tenejapa. Enclavado en el corazón de la selva chiapaneca, este municipio con asentamientos mames, tzotziles y tojolabales ha sido durante sus dos décadas de existencia, un territorio libre de presencia zapatista. Allí se instaló un cuartel militar y la Sedesol abrió los primeros centros de atención social, con los que desplegaron las acciones del Programa Cañadas.
En Maravillas Tenejapa viven 12,000 individuos, 96% de los cuales vive en pobreza. Y entre ellos, uno de cada cuatro se ubica en el rango de pobreza moderada según el Coneval , el resto está en pobreza extrema.
Desde los primeros meses del sexenio peñista, en esa pequeña localidad chiapaneca se implementó uno de los primeros programas piloto, en la definición de un modelo integral para apoyar a la población en situación de pobreza, con la generación de empleo y opciones productivas.
Justo hace dos años, en la sede del Inaes que tenía a Carlos Rojas Gutiérrez como su presidente ocurrió la segunda reunión de la comisión encargada de instrumentar la estrategia. Los titulares de Agricultura, Desarrollo Social, Economía, Sedatu y Semarnat, además del presidente de la Conabio y el encargado de Oportunidades llevaban seis meses en la instrumentación de la Cruzada Nacional Contra el Hambre. Había llegado el momento de concretar un modelo de atención integral a partir de un diagnóstico de fortalezas y debilidades, que fundamentara el rediseño de la política pública. ¿Una política social productiva o más programas asistencialistas?
En ese bastión zapatista ya había trabajo de la Sagarpa a través del Proyecto Estratégico para la Seguridad Alimentaria (PESA) y de la Semarnat, que brindó asistencia técnica e incentivó la participación comunitaria en los proyectos de extracción de maderables.
Después de dos años de diagnósticos, mesas de trabajo y ejercicios , como el de Maravilla Tenejapa, el intento de construir un nuevo modelo de atención integral quedó atrás. Y surgió una estrategia de empleo e ingreso para el desarrollo sustentable a cargo de la CNH y el Programa para la Prevención Social de la Violencia, que entonces coordinaba el subsecretario Roberto Campa que buscaría superar la entrega de subsidios indiscriminados, a través de la promoción de iniciativas productivas en torno a las cadenas de valor identificadas en barrios de 94 municipios urbanos y comunidades ubicadas en 46 regiones, donde se localizan a 299 municipios rurales.
El rediseño de la política social, en el componente rural, sufrió un drástico ajuste, luego de que Omar Garfias presentara la propuesta de un grupo de trabajo auspiciado por la Sedesol y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, con una agrupamiento de los productores del campo en tres grupos y a las familias, de acuerdo con el origen de sus ingresos y una metodología para identificar los déficits de cobertura de lo que antes se llamaba Oportunidades y Procampo.
En cada territorio funcional se implementaría una canasta de servicios de fomento productivo, con elementos de innovación tecnológica, desarrollo organizacional y apoyo a la comercialización. En este rubro, en lo particular, la llegada del maestro Alejandro Vázquez Salido como director en jefe de la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (Aserca) podría significar un impulso a este modelo de intervención.
Esa dependencia, sectorizada en la Sagarpa, recibió un presupuesto de 400 millones de pesos para el 2015 y se encuentra en una disyuntiva: impulsar las exportaciones del sector agropecuario o afincar las acciones de proyectos productivos y de autoconsumo, así como los programas de empleo en las comunidades rurales, según los nuevos criterios para el combate a la pobreza.
Vázquez Salido comenzó una modernización tecnológica y una reingeniería de sus procesos de apoyo a los productores, a fin de reducir los tiempos de respuesta a las peticiones de apoyo tramitadas por los agricultores. Adicionalmente, ha pugnado y conseguido una vinculación más estrecha con FIRA, de Rafael Gamboa, así como con la Financiera Nacional de Desarrollo, de Juan Carlos Cortés.
Para los entornos urbanos, la Sedesol y la Subsecretaría de Prevención implementaron el Programa Opciones Productivas en localidades susceptibles de una intervención social, donde han financiado la apertura de changarros, como tiendas de abarrotes, negocios de venta de vidrios y marcos, estéticas, vulcanizadoras, crianza y engorda de ganado, negocios de Internet, florerías, tiendas de abarrotes, papelerías y apiarios.
EFECTOS SECUNDARIOS
¿SIN CASTIGO? De Paco Bono a Paco Moches, Francisco Rojas está en el centro de la alianza PAN-PRD para defender el triunfo que reclama el abanderado blanquiazul a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez. Las dirigencias de ambos partidos ahora exigen la anulación de las elecciones en la capital chiapaneca y han decidido ignorar olímpicamente la evidencia recientemente exhibida, que comprobaría el talante caprichoso del polémico servidor público. Han circulado dos videos distintos en los que se observa al panista embolsándose fajos de billetes que le entregaba un empresario poblano. Cuando terminaba su trienio como alcalde en Tuxtla Gutiérrez en el 2001, fue exhibido otorgándose un bono de 2.7 millones de pesos, de allí le vino su primer mote. En el 2007 fue cesado por la Sedesol e inhabilitado por la Secretaría de la Función Púbica, después de haber corrido a 126 funcionarios de dicha dependencia para ser sustituidos por militantes panistas y familiares.