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Opinión

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La diferencia entre el bien y el mal. Ahorquen a Pence

No es la primera vez que la democracia de Estados Unidos queda en evidencia, en el año 2000 la elección fue sumamente cuestionada y se resolvió en la Corte Suprema tras las dudas en torno a la votación en Florida que fue la clave para el triunfo de George W. Bush sobre Al Gore, quien impugnó el proceso sin buen éxito.

La consigna de la turba era ahorcar a Mike Pence, por lo bajo, el presidente Trump decía: “se lo merece, esos manifestantes no están haciendo nada malo”. Fue lo que se escuchó en la Casa Blanca el 6 de enero de 2021. El presidente desesperado porque sus quejas eran rechazadas y sus abogados fracasaban con todos los recursos interpuestos para revertir la derrota electoral.

No cabe duda, Estados Unidos tiene una enorme deuda con la policía del capitolio en Washington, con los guardias que reforzaron la seguridad y en menor proporción, pero muy relevante con el exvicepresidente Mike Pence, por la defensa que hicieron de la constitución, la democracia, la integridad de los legisladores y de las instalaciones ante la insurrección que se registró durante la sesión para calificar las elecciones presidenciales que ganó Joe Biden y perdió Donald Trump.

Como ocurre tras una elección presidencial el vicepresidente, preside la reunión conjunta del Congreso en la que los legisladores revisan y confirman los votos enviados por el Colegio Electoral tras de que los estados hicieron el conteo correspondiente.

Vía Twitter, Trump presionó: "Los estados quieren corregir sus votos, que ahora saben que se basaron en irregularidades y fraude” (...) "Hazlo Mike, ¡este es un momento de extrema valentía!".

Pero el Vicepresidente, con amplia experiencia legislativa aclaró,"Escuché que el presidente Trump dijo que tenía derecho a anular las elecciones, está equivocado".

Con la sesión en marcha, un nutrido grupo de vándalos bien pertrechados penetró al capitolio en busca del vicepresidente Pence y de la lideresa de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, cuyas vidas estuvieron en grave riesgo, de no haber sido por la oportuna intervención del personal del servicio secreto y de la policía del edificio, si hubieran tardado unos minutos los hubieran atrapado y cambiado la historia de Estados Unidos para siempre.

Los insurrectos estaban fuera de control, armaron un cadalso para colgar a Pence, pasaron por las oficinas en busca de la lideresa Pelosi, afortunadamente los dos ya estaban bajo resguardo.

No es la primera vez que la democracia de Estados Unidos queda en evidencia, en el año 2000 la elección fue sumamente cuestionada y se resolvió en la Corte Suprema tras las dudas en torno a la votación en Florida que fue la clave para el triunfo de George W. Bush sobre Al Gore, quien impugnó el proceso sin buen éxito.

Otro tanto ocurrió con la elección de 2016 de la que resultó presidente Donald Trump, la injerencia de Rusia durante la campaña fue documentada, pero sin consecuencias más allá de las sanciones contra el régimen de Moscú.

De momento es muy difícil pronosticar si el expresidente será incriminado e inhabilitado para la elección de 2024, lo cierto es que entre los republicanos parece regresar la cordura después de haber entregado el partido a una celebridad que los hizo perder identidad y congruencia.

La historia del 6 de enero de 2021 está lejos de concluir, esta semana se cumplió la sexta audiencia del comité que investiga el asalto al capitolio del que está saliendo información muy comprometedora para Donald Trump, sus abogados y colaboradores más cercanos, quienes, al parecer, apoyaban la consigna. AHORQUEN A PENCE.

jnaveja@hotmail.com

Es analista, consultor y conferencista. Autor del libro Periodismo Radiofónico una Revisión Inconclusa, Editorial Porrúa y Coautor de Comunicación Política 2.1 modelo para armar, Editorial Etcétera.

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