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Opinión

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La enfermedad de Alzheimer, ¿una enfermedad de la edad o del estilo de vida?

Con frecuencia, mis pacientes y conocidos expresan la idea errónea de que algunas dolencias son una consecuencia natural del envejecimiento. Esta afirmación carece de fundamento y puede llevar a una falsa resignación. Este es el caso, por ejemplo, del Alzheimer, cuyo día mundial conmemoramos este próximo 21 de septiembre. La percepción equivocada sobre su aparición sólo en personas de la tercera edad puede ocasionar estigmas sociales y familiares que deterioran significativamente la calidad de vida del paciente.

El Alzheimer es un tipo de demencia neurodegenerativa, de origen multifactorial, ocasionada por la alteración de determinadas proteínas en el cerebro, lo que a su vez provoca un deterioro gradual y progresivo de las neuronas y, con ello, de la memoria, el pensamiento y el comportamiento, impidiendo así la realización de actividades cotidianas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 55 millones de personas alrededor del mundo viven con este tipo de demencias y considera que cada año son diagnosticados 10 millones de casos nuevos. Esta situación es particularmente preocupante en países como México, donde, de acuerdo con estadísticas gubernamentales de 2023, existen aproximadamente un millón 300 mil personas viviendo con Alzheimer. Por su parte, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) identifica que alrededor del 70% de los pacientes atendidos, llegan en etapas avanzadas de esta enfermedad, cuando -de acuerdo con esta misma institución- los cambios a nivel cerebral inician 20 años antes de que se manifiesten los síntomas.

Si bien, la enfermedad de Alzheimer no hace distinción de género ni grupo étnico, es cierto que los síntomas se identifican con mayor claridad en personas mayores de 65 años; sin embargo, puede también presentarse en personas jóvenes (30 a 50 años). Por eso, es que podemos afirmar que este tipo de padecimientos no está directamente relacionado con la edad biológica, por ello, el diagnóstico temprano es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes y retrasar la progresión de la enfermedad.

En la Psiquiatría Integrativa, el considerar al individuo en su totalidad, nos permite comprender mejor cómo los factores del estilo de vida, conectados con la mente, cuerpo y espíritu, pueden influir en la aparición de enfermedades como el Alzheimer. Por ello, cuando consideramos el tema de las demencias en general, y del Alzheimer en particular, identificamos factores de riesgo importantes en el estilo de vida de las personas, como la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo nocivo de alcohol. Estos factores de riesgo, relacionados con hábitos de alimentación, actividad física, salud mental y bienestar emocional, están estrechamente vinculados a los componentes que la Psiquiatría Integrativa considera fundamentales para la salud integral del individuo. Adicionalmente, se identifica que pacientes que desarrollan este tipo de enfermedad presentan síntomas de depresión que no ha sido atendida, aislamiento social y falta de actividad cognitiva.

Desde mi experiencia en Psiquiatría Integrativa, es necesario prestar atención a los hábitos de actividad física, nutrición y relaciones personales, con el objetivo de mantener un cerebro sano y un organismo equilibrado. En este sentido, comparto con ustedes algunas de las recomendaciones que hacen los organismos internacionales para reducir el riesgo de deterioro cognitivo, sin importar la edad, y así mejorar la calidad de vida y bienestar de los pacientes:

  1. Realizar actividad física regular. Estudios señalan que el ejercicio aeróbico (como caminar, nadar o bailar) aumenta los niveles de proteínas que fortalecen las células cerebrales, atenuando el deterioro cognitivo y reduciendo el riesgo de desarrollar demencia.
  2. Participar en actividades sociales. Estimular el cerebro a través de la interacción social, como pasar tiempo con amigos y familiares o participar en actividades comunitarias, es fundamental para mantener la salud mental.
  3. Mantener activa la mente. Actividades como leer, jugar juegos de mesa, hacer manualidades y aprender nuevas habilidades contribuyen a mejorar la salud cognitiva.
  4. Mantener un peso saludable. El sobrepeso y la obesidad aumentan los riesgos para la salud. Por ello, es importante mantener un peso adecuado para el buen funcionamiento del organismo.
  5. Seguir una dieta equilibrada. Priorizar el consumo de frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras, y limitar el consumo de grasas saturadas, azúcares añadidos y alimentos procesados.
  6. Eliminar el consumo de tabaco. Fumar aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y pulmonares, por lo que es fundamental dejar este hábito.
  7. Reducir el consumo de alcohol. El consumo excesivo de alcohol puede provocar diversos problemas de salud, como diabetes, hipertensión y accidentes cerebrovasculares
  8. Atender la salud mental. Es importante buscar ayuda profesional si se presentan síntomas de depresión o ansiedad, ya que estos trastornos pueden afectar la salud cognitiva.

Desde este espacio celebramos las iniciativas y esfuerzos de los organismos de salud y sociales, internacionales y nacionales, para conmemorar el día mundial del Alzheimer, cuyo objetivo principal es generar conciencia sobre este padecimiento, y contribuir a la reducción del estigma social que enfrentan los pacientes. En este sentido, ayudemos a que las personas y las comunidades reduzcan los riesgos de padecer enfermedades neurodegenerativas, adoptando un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada, actividad física regular, estimulación cognitiva y un adecuado manejo del estrés.

Recordemos que los seres humanos somos seres integrales. Por esta razón, es fundamental trabajar en un equilibrio de nuestro estilo de vida, cuerpo, mente y propósito (espiritualidad) desde edades tempranas. El Alzheimer no es una enfermedad exclusiva de la edad, y de forma consciente, podemos proteger nuestra salud mental de manera preventiva, integral y terapéutica.

 

¡Hasta la próxima!

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Carmen Amezcua es consultora, conferencista y experta en psiquiatría integrativa. Tiene mas de 17 años de experiencia, dentro de la industria farmacéutica y de la salud.

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