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La mañanera de Kamala Harris
En la presidencia de México hay quienes extrañan a Donald Trump. Poco a poco las conjeturas se van convirtiendo en hechos reales.
Ayer, la periodista María Ortiz de la agencia española EFE nos obsequia elementos que clarifican algunas de las preocupaciones que tiene la Casa Blanca sobre la jibarización de la democracia mexicana.
La periodista de la agencia EFE le plantea a la vicepresidenta de Etsados Unidos Kamala Harris la siguiente pregunta: “Parte de su estrategia consiste en trabajar más con la sociedad civil y el sector privado (...) Y el presidente de México ha advertido a Estados Unidos de que no financie algunas organizaciones, como Artículo 19 y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI). ¿Cómo puede asegurarse Estados Unidos de que está fortaleciendo a la sociedad civil allí, si algunos Gobiernos en la región intentan limitar sus actividades?”
Kamala Harris responde lo siguiente: “Déjeme decirle que ese tema lo planteé, porque es una preocupación concreta que tengo. Es un tema que me preocupa profundamente, porque queremos asegurarnos de que hay independencia: un sistema judicial independiente, una prensa independiente, y que las organizaciones sin ánimo de lucro, las ONG, puedan hacer su trabajo sin interferencias. Eso lo dejé muy claro. Y debo decirle que fui muy franca tanto con el presidente (Alejandro) Giammattei como con el presidente López Obrador sobre las preocupaciones que tengo sobre la corrupción y la impunidad, y fue muy directa con cada uno de ellos respecto a esas preocupaciones”.
Por la tarde, la vocera de Harris, Symone Sanders, aclaró a EFE que las palabras de la vicepresidenta se referían “a sus reuniones en Guatemala”.
¿Se equivocó Harris o hubo un control de daños de parte de SRE?
Más allá de la realidad., la comunicación gubernamental abreva de los rasgos que Octavio Paz describe en El laberinto de la soledad sobre la cultura mexicana. La mentira circula como moneda corriente. La máscara como seguro en contra de las vergüenzas. Existe un miedo tembloroso a confrontar posturas.
La cultura estadounidense se basa en la confianza.
El gobierno de Estados Unidos propuso al Gobierno mexicano que hubiera una conferencia de prensa conjunta entre el presidente López Obrador y la vicepresidenta Kamala Harris la mañana del martes. El Gobierno no quiso. De haber aceptado, lo que reveló Kamala Harris a EFE no hubiera desenmascarado al Gobierno mexicano ni hubiera dejado mal parado al secretario Marcelo Ebrard quien la noche del martes comentó a la prensa: “No hubo esa conversación” (versión estenográfica elaborada por la SRE), en referencia al financiamiento de las ONG.
El problema del miedo a la transparencia que surge de la confrontación de propuestas es cultural y, por lo tanto, no es exclusivo de este gobierno. Durante la presidencia de Peña Nieto viajé a cubrir su visita de Estado a Reino Unido. El entonces primer ministro David Cameron propuso realizar una conferencia de prensa conjunta. No se llevó a cabo por el temor que tenía el presidente de que la prensa le preguntara sobre los crímenes ocurridos a estudiantes en Ayotzinapa.
En lugar de apostar a la transparencia, Peña Nieto prefirió dejar el vacío siempre ocupado por los enemigos.
Personajes como “lord molécula” o Isabel Arvide denigran la profesión del periodismo. Bajo la merma de malos salarios, a los periodistas les brillan los ojos cuando el poder los coopta. Recuerdo el viaje en el avión presidencial hacia Londres. Me senté de manera aleatoria en un sillón, y pocos minutos después se acercó un periodista para decirme que ese lugar le pertenecía. En México, la endogamia entre el poder y el periodismo ha dañado a ambas partes.
Hay que aceptarlo, Kamala Harris proviene de otra cultura y ejerce su puesto con profesionalismo.
Twitter: @faustopretelin