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Opinión

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Las paradojas del 2024

A 35 días de la cita electoral, nada ha cambiado la traza de la carrera presidencial. Sin variaciones, las intenciones de los votantes, desde que se conoció la identidad de la contendiente de Claudia Sheinbaum. La estabilidad en las mediciones prefigura un resultado; la discusión en círculos académicos y cúpulas empresariales enfocará pronto a precisar si Morena y sus aliados logran la mayoría constitucional.

Estancadas las preferencias, hasta mediados de abril, cuando quedó registro de una leve disminución en la ventaja que preserva Claudia Sheinbaum. A finales de la semana pasada, los politólogos itamitas Jeffrey Weldon y Alejandro Moreno ofrecieron pistas para desentrañar esa interrogante: si bien los estimados de participación no superan los niveles registrados en el 2018, la coalición oficialista alcanzaría las curules y los escaños suficientes para concretar el llamado “plan C”, con la aplicación de las cláusulas vigentes en la legislación.

Tras dos meses de campañas, tanto las estrategias como las temáticas son evidentes. La inseguridad, más que la corrupción; el desarrollo económico, más que el fenómeno migratorio, y el pésimo estado del sistema de salud pública, son los asuntos más importantes para los votantes. No obstante, el acuerdo presidencial y la opinión favorable sobre la marcha del país evidencian una de las grandes paradojas del 2024 que la oposición no pudo descifrar.

La polarización es el sello distintivo de la política mexicana. Los beneficiarios de los programas sociales conforman un segmento más rotundo que los votantes anti AMLO y entre éstos, el rechazo a los partidos tradicionales —principalmente al PRI— es una premisa que afecta a Xóchitl Gálvez.

La campaña de contraste que funcionó en el 2000 y en el 2006, esta vez no ha sido tan efectiva. Y si la abanderada frentista mantiene esa ruta, podría generar un efecto búmeran, que se reflejaría en una abstención mayor a la proyectada por sus estrategas. Una participación de 62% o más de los electores inscritos en la lista nominal, ¿necesariamente significaría la derrota de Morena?

¿Realmente AMLO es un presidente tan fuerte? ¿Y no hay voto de castigo para los errores de este gobierno?

Xóchitl Gálvez no ha podido conseguir el respaldo de los electores que se manifestaron contra AMLO en el 2021. Su intentona por conquistar el voto femenil y del voto joven ha fallado rotundamente. Y la narrativa sobre la permanencia de los programas sociales ha terminado por perjudicarla.

Sin exponerse demasiado, Sheinbaum ha podido llegar a la recta final de su campaña y recoger lo sembrado por la Cuarta Transformación. La distribución del poder en el Congreso de la Unión y la definición de las gubernaturas, son las interrogantes a resolver.

A 35 días de las elecciones, las tendencias apuntan a escenarios de alta competencia en la Ciudad de México y Veracruz, donde Morena sufriría un descalabro, mientras que Movimiento Ciudadano refrendaría su hegemonía en Jalisco, y el PAN repetiría en Guanajuato. Yucatán y Morelos están en duda.

Efectos secundarios

¿SUSTITUCIÓN? Termina una semana horriblis para Rocío Nahle García. El respaldo de Claudia Sheinbaum sirvió poco para controlar los daños generados por la polémica sobre su patrimonio inmobiliario y su pobre desempeño como candidata a la gubernatura de Veracruz. En Xalapa se escuchan versiones sobre un fulminante cambio de estafeta, que tal vez —por tardío— poco serviría para evitar los votos de castigo.

alberto.aguirre@eleconomista.mx

Periodista y columnista de El Economista, autor de Doña Perpetua: el poder y la opulencia de Elba Esther Gordillo. Elba Esther Gordillo contra la SEP.

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