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Opinión

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Los nuevos colores de Acapulco

Una cosa ha quedado clara: después del huracán Otis los colores de Acapulco han cambiado  y ahora estamos obligados a ver lo que tanto se ha ignorado. 

Aún no se sabe el tamaño de la tragedia y eso dice mucho. Los 48 muertos, los 36 desaparecidos - 10 turistas entre ellos-, las 74 mil viviendas rotas, y los  600 hoteles y condominios hechos pedazos, son sólo la punta del iceberg que viene acompañado de la desconfianza de las cifras oficiales.

Además de esto, luego del paso de Otis, decenas de personas comenzaron a realizar saqueos a tiendas de autoservicio, farmacias, negocios particulares y hasta gasolineras. Llevándonos a la delgada línea que separa la a la ilegalidad que se comete por necesidad y la que se comete por placer en el puerto.

Después del paso del huracán muchos de sus habitantes se quedaron sin agua, luz, comida y los cajeros no servían. No obstante, Acapulco es considerado el municipio más peligroso del país. 

Se encuentra entre los 20 municipios de México con mayor incidencia en extorsiones y robo con violencia. Además de un número significativo de asesinatos que lo han posicionado como la segunda ciudad más peligrosa del mundo. 

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el primer semestre de este año se han registrado 800 homicidios dolosos en el estado, lo que representa un incremento de 20% respecto el mismo periodo del año anterior cuando sumaron 666 muertes intencionales.

Así han estado de ausentes la autoridad, la ley y el orden, que van más allá del atasco del presidente en el lodo en su intento por llegar por carretera y de su retorno súbito, para estar al día siguiente de la tragedia de regreso en Palacio Nacional puntual para su conferencia de prensa mañanera, “porque ayuda más” que esté coordinando desde ahí toda la ayuda para los damnificados. Algo similar ocurrió con la Línea 12. 

Regresando al tema de los damnificados, estos se sumarán a todos los “damnificados sociales” que se han quedado fuera, de los sueños de progreso que se venden cada sexenio. Acapulco es el municipio con más habitantes en pobreza extrema. 

El CONEVAL dio a conocer que 12 mil 672 de sus habitantes viven en esta condición, sobretodo en las comunidades rurales en donde se vive entre escurrimiento de aguas negras, sin calles alimentadas, y sin los servicios públicos más elementales con agua potable. 

Esto solamente será peor después de Otis porque hay que tomar en cuenta que muchos de ellos hoy están peor, y que los daños ocasionados por el desastre natural, tardarán hasta 18 meses en arreglarse. Lo que se traduce en menos oportunidades de empleo, movilidad, y seguridad. 

Acapulco no volverá a ser el mismo. Los colores que veíamos al amanecer han cambiado y esta vez no podremos voltear a otro lado, porque no habrá nada para distraernos de la descomposición que carcomía las entrañas del puerto, y que Otis solamente vino a develar. 

Lo que vemos ya existía y con los vientos del huracán solamente se ha magnificado, agarrando a todos por parejo, porque a diferencia del hombre, la naturaleza no discrimina y esto también incluye al crimen organizado.

Estos son los nuevos colores de Acapulco. 

El último en salir, apague la luz.

Twitter: @StephanieHenaro 

Actualmente da asesorías geopolíticas, conferencias, e imparte la materia en la Universidad Iberoamericana de México y en la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala. También comparte sus análisis en ADN40, MVS, Radiofórmula, El Heraldo y Televisa.

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