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Metaverso y desigualdad: la Web 3.0 ¿podrá ser para todos?
La Pandemia, como afirma Catherine G. Henry, nos catapultó a una era completamente diferente en cuanto al uso de las tecnologías. No es que dichas tecnologías digitales no existieran antes del confinamiento, más bien, las integró a nuesta vida diaria en distintas formas. Antes de la llegada del Covid19, por ejemplo, era impensable para la mayoría de las empresas y no se diga de los recintos académicos, que la mayoría de sus actividades y servicios pudieran realizarse de manera remota, eficaz y altamente productiva, desde la comodidad de la habitación o sala de estar de sus colaboradores.
Sin duda, estos cambios de mentalidad, cultura, uso y consumo de las plataformas digitales permitieron que también se normalizara la inclusión de nuevas tecnologías y herramientas de inteligencia artificial a nuestra vida diaria. La Web3.0, en la que se podrá tener una inmersión e interacción más profunda, es un ecosistema digital en donde tendremos nuevas experiencias, lo cual generará nuevas expectativas. El Metaverso es el espacio en el que se espera confluyan diversos aspectos de nuestra vida; mucho más que criptomonedas, NFT’s y video juegos. Si bien los expertos afirman que por lo menos le faltan unos cinco años para estár listo, es verdad que no llegará de igual forma a todas las regiones del mundo. Esto dependerá de la penetración de la red 5G, así como de la adquisición de dispositivos y herramientas apropiadas (hardware).
Es muy probable que el Metaverso se materialice como un espacio distinto de lo que nos imaginamos hoy; venga como venga, será sin duda un elemento que acelerará las desigualdades. Las compañias más importantes del mundo están adquiriendo propiedades, generando servicios y productos que puedan adecuarse a las generaciones que participarán de él. Las agencias de publicidad y proveedores de servicios de marketing ya comenzamos a visualizar cómo podemos participar de dicho proceso.
Sin embargo, la tecnología que se necesita para poder acceder a la Web 3.0 no es accesible para todos, lo mismo que las condiciones para participar en él. No me refiero solo para los usuarios, sino también para las empresas.
En primer lugar, tenemos el problema de la Brecha Digital. Esta, no está solamente definida por el acceso a Internet, el cual en México es bastante limitado en muchos estados de la República, con diferencias de penentración del 80% en la Ciudad de México versus menos del 25% en Chiapas -siendo el estado más limitado en este aspecto.
El rezago en este caso tiene que ver con la posibilidad de acceder a la Red 5G- requisito para que pueda conectarse con el Metaverso- la cual estará apenas disponible este 2022 en 18 ciudades del país, esto con la inversión realizada por América Movil de 1.800 millones de dólares y se espera que llegua a 120 ciudades para finales de este año.
Un segundo aspecto para considerar es el rezago educativo, además acrecentado por la Pandemia en todo el mundo. Participar en la nueva economía que generará el Metaverso, requerirá de habilidades digitales y alfabetismo tecnológico, los cuales requieren una inversión importante en este aspecto tanto en los currículos educativos básicos como técnicos. En México, además de venir arrastrado condiciones de desigualdad educativa y de rezago por falta de políticas educativas asertivas, de acuerdo con IMCO, “la evidencia más reciente muestra que durante la pandemia los mexicanos perdieron, en promedio, apredizajes equivalentes a dos años de escolaridad”, siendo uno de los mayores problemas la pérdida en desarrollo de habilidades, esto como resultado de las clases a distancia durante el confinamiento.
Desafortunadamente, el rezago educativo post pandemia no es ni reconocido ni priorizado por el gobierno de López Obrador. Tampoco lo es la creación de políticas educativas que ayuden a los estudiantes mexicanos a por lo menos, “ponerse al corriente”, ni el gasto en Educación, el cual es el más bajo de los últimos doce años de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Sin duda que, para participar se requieren muchos otros aspectos además de los aquí mencionados, vistos con una mayor profundidad. En definitiva, nuestro país requiere que sus gobernantes vean la importancia de participar de esta nueva visión, de esta nueva economía sentando las bases para que podamos tener un futuro digital, lo cual será esencial para definir nuestra capacidad de competitir en el nuevo entorno mundial que se está gestando.
*La autora es profesora de la Maestría en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Panamericana. Licenciada en Comunicación y Maestra en Gobierno y Políticas Públicas por la Universidad Panamericana. En World Youth Alliance Foundation fue directora de la oficina de América Latina y el Caribe y posteriormente, Social Media Consultant para HQ en Nueva York. Es socia fundadora de Saxum Media y CEO de Wombat Accelerate.
Twitter: @yuyisvg