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NFTs y comida
Los NFTs existen desde el 2014, pero el año pasado ganaron notoriedad en el mundo de las inversiones digitales. Un NFT es un registro único e irremplazable en el blockchain, que es el lugar en el mundo digital donde se registran las criptomonedas. Y en tiempos recientes estos recibos de los registros únicos son los que determinan la propiedad de cierto objeto digital en el mundo digital. Los NFTs que empezaron a ganar notoriedad fueron imágenes, clips o fotografías exclusivas, que las personas empezaron a comprar como activos digitales del metaverso. Las siglas NFT responden a “Non Fundible Token”.
Los NFTs fueron creados para dar a los artistas creadores mayor control sobre las manos sobre las que pasan sus creaciones. Así una ilustración, fotografía o escultura que en un inicio existía en físico, podría ser “tokenizada” y comercializada como NFT.
La industria de alimentos y de la restauración ha empezado a incursionar en los NFTs, en muchos casos no solamente como creaciones digitales, sino ofreciendo a los compradores de NFTs experiencias agregadas. Chefs como Tom Colicchio se han vendido NFTs con ilustraciones de pizza, aprovechando el entusiasmo de algunos foodies.
Existen otros emprendimientos alrededor de los NFTs que van más allá del activo digital. La empresa Flyfish Club, es“el primer restaurante de NFTs” en el mundo. En su sitio de internet, existen ilustraciones de peces, sushis y otros alimentos que se pueden comprar. La empresa apuesta a que los compradores de estos NFTs para el año 2023 puedan gozar de beneficios por pertenecer al club sin pagar membresías mensuales y anuales, entre estos beneficios se encuentra asistir a eventos y degustaciones organizadas solo para los miembros que compraron NFTs con anterioridad. Algunos escépticos cuestionan si verdaderamente el club podrá abrirse algún día en un espacio físico, que prometen sea en una locación de Nueva York con diferentes salones de degustación de comidas y bebidas. Si el espacio se logra, todos aquellos que hayan comprado un NFT verán aumentado su valor.
Algunas marcas han apostado por la creación de ilustraciones de sus productos en forma de NFTs además de ofrecer al cliente el producto en físico, como en el caso de bebidas espirituosas. Otros emprendimientos incluyen la compra de NFTs de una nueva franquicia de hamburguesas, donde las decisiones sobre la compañía se harán en comunidad en función de quiénes hayan comprado los NFTs. Además de esto, pueden gozar de beneficios como códigos mensuales para obtener hamburguesas gratis en físico.
Algunos chefs han optado por vender en NFTs las digitalizaciones de recetas de su creación. Desde un punto de vista de comercio, esto ayuda a crear comunidad a chefs emergentes que quieren darse a conocer, pero plantea el problema legal sobre la autoría intelectual de ciertas recetas, pues al convertirse a NFTs, el propietario es quien tendría el uso de la receta y no el chef quien sin embargo, funciona como el equivalente al artista para contenidos digitales.
A diferencia de las obras artísticas, la originalidad de una receta de cocina es un tema más complejo. Aunque los NFTs son una forma de comercio del futuro, existen aún algunas incertidumbres en su aplicación para realmente obtener un beneficio en el mundo físico. Lo más paradójico, es que la comida, algo que se celebra con los sentidos, sea objeto también de una transformación digital, en la que si acaso, sólo se alborota el sentido de la vista.
@lilianamtzlomel