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Opinión

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Normalización de la violencia en las familias mexicanas, responsabilidad de todos

¿Cómo definirías violencia familiar? Para Fundación JUCONI México, A.C., violencia familiar, en su definición directa, es el fenómeno de violencia física (activa o pasiva), sexual, emocional y/o patrimonial ejercida por los integrantes de una familia y dirigida hacia los miembros de la misma. Cualquier forma de violencia tiene altos costos humanos, sociales y económicos, pero la violencia familiar es una de las modalidades más frecuentes en México (Espinoza Torres et al., 2009). 

Solo imaginemos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 1.36 millones de familias en México sufre violencia familiar, esto es casi 17 veces el Estadio Azteca si cada asiento fuera una sola familia. 

Resulta difícil el autoanálisis, tanto en lo individual como en lo colectivo, ¿hasta qué grado somos violentos nosotros mismos como familia mexicana?, ¿qué prácticas violentas vivimos en nuestra infancia y hemos traído con nosotros a nuestra vida adulta?, y ¿qué tanto hemos normalizado la violencia desde el hogar? 

Las familias mexicanas hemos llegado a una normalización tal de la violencia como forma de educar a nuestras niñas, niños y adolescentes que hemos tenido que legislar para evitarla, tuvimos que convertirla en un delito y reformar la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, así como el Código Civil Federal, para prohibir la violencia o castigos “humillantes” como forma de disciplina.

Siempre podemos tratar de excusarnos en el típico “así me criaron a mí y mírame”, en el “un golpe a tiempo…” y mil frases más, pero creo que deberíamos preguntarnos ¿eso a dónde nos ha llevado como sociedad mexicana?, ¿te gusta cómo estamos como país? Sí, México es un país extraordinario, pero es imposible no hablar de las dolencias, ausencias y vacíos sociales. La violencia familiar es una pandemia silenciosa.

Cuando hay violencia familiar la vulneración va mucho más allá de un daño físico, es la autoimagen, el afecto y el apego lo que también se vulnera. Para una niña, niño o adolescente, la calidad del apego que desarrolle hacia sus cuidadores afectará su desarrollo psicológico, la formación de su personalidad y comportamiento, actual y futuro. Cuando el hogar se vuelve un lugar inseguro, ¿a dónde vas?, ¿cómo defines lo que es seguridad, paz o amor? 

La Organización Mundial de la Salud señala que los niños y adolescentes varones son más propensos a sufrir violencia física intrafamiliar, lo que probablemente los haga repetir los ciclos de violencia cuando sean mayores; las niñas y adolescentes femeninas, por otro lado, son mayormente afectadas por la violencia psicológica, una violencia difícil de denunciar y que las condiciona o tiene efectos importantes en aceptar relaciones abusivas en su futuro. 

Prevenir, tratar o inclusive reflexionar acerca de la violencia familiar, especialmente cuando está tan arraigada en nuestras propias costumbres, puede resultar no solo incómodo sino también doloroso, pero podemos hacerlo. 

Atrévete a desarrollar la capacidad de nombrar las cosas, ponerle un nombre a lo que sientes, a lo que piensas, construir la libertad para expresarnos es importante. Piensa en cómo te hicieron sentir cuando eras niña, niño o adolescente y reflexiona en como tú los estás haciendo sentir; y si lo necesitas, busca ayuda con tus amigos, familiares o profesionales, si algo falla, vuelve a intentarlo, rompe el ciclo. 

En Fundación JUCONI trabajamos en los contextos más vulnerables y de mayor marginación, en los que la pobreza, el hambre, el hacinamiento y la vulneración de derechos a niñas, niños y adolescentes han detonado mayores condiciones de violencia familiar. 

Durante 33 años hemos aprendido y comprobado que disminuir los niveles de violencia familiar modifican los factores de riesgo de las niñas, niños y adolescentes, previniendo que estos adopten conductas de riesgo para su presente y futuro. Si queremos un México mejor para todos, en especial para nuestras niñas, niños y adolescentes, trabajar para reducir la violencia familiar no solo es relevante, sino urgente. Juntos por las niñas, niños y adolescentes.

*La autora es Coordinadora técnica y académica de Fundación JUCONI México.

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