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Productividad y financiamiento para el cultivo de trigo en Baja California (I)
El trigo continúa siendo el principal cultivo en el Valle de Mexicali, Baja California, y San Luis Río Colorado, Sonora, en cuanto a superficie sembrada.
En el ciclo otoño – invierno 2017/2018 fueron sembradas 57,141 hectáreas en ambos valles, que representaron 73.0% de la superficie sembrada en el ciclo, así como 42.6% de la superficie total cultivada en los valles. En cuanto a la producción de grano, de acuerdo con la superficie cosechada en el ciclo de 55,829 hectáreas, se obtuvo una producción del orden de las 339,663 toneladas, que representa un rendimiento promedio de 6.08 toneladas por hectárea.
Sin embargo, la superficie cultivada con trigo en el ciclo de análisis ha disminuido con respecto a ciclos anteriores; ésta representa 50.6% de la superficie sembrada en el ciclo otoño invierno 2015-2016.
Se considera que uno de los aspectos que ha sido determinante para ello, así como para la disminución de la producción y derrama económica derivada del cultivo, ha sido la decisión de las empresas y productores de migrar a otros cultivos, dada la disminución de su rentabilidad, en la que inciden varios factores, como el rendimiento por hectárea. Del año 2014 al 2017, el rendimiento promedio pasó de 6.40 a 5.82 toneladas por hectárea, es decir, 0.58 toneladas menos (SIAP, 2018), lo cual puede estar siendo ocasionado por el propio monocultivo, resistencia de malezas al control químico y la falta de mejora en los sistemas de producción empleados, entre otros.
Otro aspecto que incide en la rentabilidad es el costo de cultivo que, en el sistema de producción tradicional, se ha incrementado derivado de la variación en los precios de los principales insumos. Para el ciclo otoño–invierno 2018/2019, el costo de referencia calculado para esta zona asciende a 24,448 pesos por hectárea, con una cuota máxima de crédito de 18,430 pesos; considerando esta información, así como el ingreso objetivo publicado en mayo del 2018, de 4,556 pesos por tonelada, da como resultado un punto de equilibrio de 5.87 toneladas por hectárea, lo que significa que para que un productor logre cubrir sus costos requiere tener al menos dicho rendimiento en ese sistema de producción.
La renta de las parcelas que no son propias del productor, y que se incorporan mediante este mecanismo a la producción, puede igualmente incidir en el incremento del costo de producción en la región. El costo de la renta depende, a su vez, de la calidad y aptitud de los terrenos para el cultivo de trigo y otros cultivos con lo que compite para ello.
*José Luis Alcántar Figueroa, Sigfrido Chávez Mayo, José Rigoberto Pérez Rea son el residente estatal, agente en Mexicali y agente en San Luis Río Colorado, respectivamente, en la Residencia Estatal de FIRA en Baja California. La opinión aquí expresada es de los autores y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.