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Salud, Comercio y Propiedad Industrial
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, comunicó al término de la 13º Reunión del Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) que la pandemia Covid-19 continúa constituyendo una Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional (ESPPI).
El Dr. Tedros expresó su preocupación por las persistentes inequidades en la cobertura de vacunas y acceso a tratamientos antivirales y terapéuticos entre países, reducciones en las actividades de vigilancia epidemiológica y de laboratorio para Covid-19 que son necesarias para monitorear la evolución e impacto del virus, y la eliminación de muchas medidas sociales y de salud pública antes del aumento esperado en el próximo invierno.
Las metas a lograr en los próximos meses serán que existan las estrategias, los sistemas y los recursos apropiados para detectar cualquier cambio adverso en la epidemiología de la Covid-19 debido, por ejemplo, a la aparición de una nueva variante más transmisible y con mayor escape inmunitario, capaz de causar una enfermedad más grave; que los Estados miembros tengan la capacidad necesaria para aumentar las medidas sociales y de salud pública en respuesta a un nuevo evento; que la población mundial esté debidamente protegida por un programa de vacunación eficaz y equitativo; que se sigan desarrollando estrategias que aumentan el acceso equitativo a terapias asequibles, y que se mantenga el progreso hacia una sólida arquitectura mundial de preparación para una próxima pandemia.
Ante la ESPPI vigente hoy día, cobran relevancia las declaraciones de la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebrada en Ginebra en el duodécimo periodo de sesiones. Al revisar la respuesta de la OMC ante la Covid-19, se dieron cuenta que los miembros han padecido limitaciones en materia de oferta de vacunas, tratamientos, medios de diagnóstico y otros productos médicos esenciales relacionados con la Covid-19; con diferencias existentes entre los miembros en cuanto a niveles de desarrollo, capacidades financieras y grados de dependencia de las importaciones de esos productos.
Reconocen hoy la importancia de asegurar que cualquier medida comercial de emergencia destinada a hacer frente a la Covid-19, si se considera necesaria, sea específica, proporcionada, transparente, temporal y no cree obstáculos innecesarios al comercio ni perturbaciones en las cadenas de suministro.
Recuerdan que los Miembros tienen derecho, desde la Declaración de Doha en 2001 -donde se configuró el marco normativo del sistema de propiedad intelectual y la salud pública (ADPIC)-, a utilizar los ADPIC para hacer frente a los problemas de salud pública actuales y futuros. En la Declaración se señalan algunas opciones concretas que tienen a disposición los gobiernos para atender necesidades de salud pública, denominadas también “flexibilidades”. Más recientemente, la inclusión de esas flexibilidades en los Objetivos de Desarrollo Sostenible ha puesto en evidencia la importancia que revisten.
Debe fortalecerse la capacidad productiva, científica y tecnológica en todo el mundo, para desarrollar soluciones a las crisis de salud pública más allá del COVID.19, incluidas las relacionadas con el VIH/SIDA, la tuberculosis, el paludismo y otras enfermedades tropicales desatendidas, y para diversificar los lugares de producción. De aquí la importancia de promover la transferencia de tecnología que contribuya a la creación de capacidad en sectores conexos.
Subrayan que para asegurar la resiliencia durante la pandemia Covid-19, también es importante facilitar las operaciones internacionales de servicios de logística y de transporte de carga. Se reconoce también la importancia de la facilitación del comercio de servicios, incluidos los de salud y los de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) garantizando la privacidad y la protección de datos.
Hace dos días participamos como integrantes de la Red Parlamentaria por la Salud Global (UNITE), Gisela Scaglia y este escribidor en un taller organizado por la OMC, la Unión Interparlamentaria y el Congreso de la Nación de Argentina. El propósito fue abordar los desafíos comerciales y la contribución que pueden hacer las y los parlamentarios de América Latina y el Caribe. Abrimos la conversación acerca de nuestro rol en el acceso a las vacunas. Fue motivante escuchar las experiencias de los participantes.
El 16 de diciembre próximo, la OMS, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y la OMC celebrarán un simposio con objeto de examinar los principales desafíos de la pandemia de Covid-19 en materia de salud, comercio y propiedad intelectual, así como analizar el camino a seguir para aumentar la resiliencia con miras a mejorar la preparación ante futuras pandemias desde una perspectiva científica. Debemos correr el riesgo de escuchar las experiencias vividas y de aprender de todos los participantes, donde el sector privado ha tenido un papel protagónico.
Se pone de manifiesto la necesidad urgente de una respuesta a lo largo de toda la cadena de valor de las tecnologías de la salud relacionadas con la COVID-19, desde la investigación y el desarrollo (I+D) de tecnologías de la salud hasta su reglamentación médica, adquisición, distribución y uso responsable.
Concluyo, estimados lectores, señalando que los parlamentarios debemos jugar un papel más proactivo tanto en este tipo de eventos como en la elaboración del nuevo convenio, tratado u otro instrumento internacional de la OMS sobre la prevención, preparación y respuesta frente a las pandemias resultante de la sesión extraordinaria de la Asamblea Mundial de la Salud que debe estar para suscripción de los países en el 2024. Les mantendré informados.
*Éctor Jaime Ramírez Barba es médico cirujano, especializado en salud pública, doctorado en ciencias de la salud y en administración pública, y es diputado reelecto del grupo parlamentario del PAN en la LXV Legislatura.