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¿Por carta? ¡Trump no lee!
Hay que reconocerlo, Claudia Sheinbaum ha tenido expresiones brillantes, posiciones dignas y hasta valientes, pero habló en exceso, se enredó con los temas, dio lecciones moralinas y terminó leyendo en público una carta que aún no llega al destinatario...
Ya ni los novios se mandan cartas, los sistemas postales están al borde de la desaparición. Lo de hoy son los textos cortos, las imágenes virtuales y las comunicaciones virales. A Donald Trump le bastó un post de poco más de 13 líneas en su red Truth Social Media para sacudir al mundo y en particular a México, Canadá y China.
En México ya son días de reacciones de toda naturaleza, la presidenta de la República ha empleado horas y horas para fijar postura y remata con una carta para alguien que ni lee ni escribe. Trump se nutre del conflicto, provoca para imponer.
Hay que reconocerlo, Claudia Sheinbaum ha tenido expresiones brillantes, posiciones dignas y hasta valientes, pero habló en exceso, se enredó con los temas, dio lecciones moralinas y terminó leyendo en público una carta que aún no llega al destinatario, pero seguramente tendrá el mismo destino de las que envió su mentor, y muy probablemente asesor, al papa, a Biden y al rey de España, quien por cierto ya reveló la traición de López Obrador.
El contraste está a la vista, el primer ministro de Canadá prefirió hablar por teléfono con Trump, con quien terminó muy mal hace cuatro años. Justin Trudeu informó que fue una conversación cordial y que seguirán platicando. Punto, a pesar de que en su país se han desatado múltiples reacciones, el mandatario ha sido breve y contundente.
Finalmente, la presidenta habló con Trump, con algo de prudencia se hubiese ahorrado parte de lo dicho en los últimos días, no significa que vaya a modificar sus dichos, pero hay avance.
Y nadie en su sano juicio pediría que la presidenta de México se quede callada, pero sí que su gobierno actúe con estrategia, que no sea ella quien responda y hable a diario y de todo, para eso se deben administrar los voceros y los recursos.
La mañanera no le está sentando bien a Claudia Sheinbaum, es evidente que está haciendo algo que ni le gusta ni tiene la desvergüenza de su antecesor. Podría conseguir mucho más trabajando con su equipo y apareciendo con declaraciones puntuales, dejando la parte ruda a sus colaboradores.
En el trato con Trump y en las negociaciones comerciales, México tiene especialistas de amplia experiencia, pero se necesita que el gobierno se quite telarañas ideológicas y falsas rivalidades: Luis de la Calle, Ken Smith, Juan Carlos Baker, Ildefonso Guajardo, José Ángel Gurría, Martha Bárcena y hasta los exsecretarios Jaime Serra y Herminio Blanco, algo tienen que aportar. Desde luego, en el sector privado abundan los que tienen negocios y relaciones en los dos países.
Puede llegar el momento de la retaliación como respuesta, porque hay áreas de la economía de Estados Unidos que se podrían ver seriamente afectadas con aranceles desde México, sectores como los servicios y el campo que resentirían la falta de trabajadores.
México en su conjunto debe tener claro que en el caso de Canadá pesará mucho la cercanía de sus elecciones y la posibilidad de que los conservadores regresen al poder. Que en Estados Unidos habrá que aguantar dos años para las elecciones de medio término que no suelen beneficiar al presidente en turno. Y,
muy importante, que los legisladores republicanos no parecen estar dispuestos a darle un cheque en blanco a Trump, lo acaban de demostrar echándole abajo a su candidato a procurador.
Tampoco lo ignoremos, Trump y Sheinbaum le hablan a sus seguidores, pero eso cambiará con las acciones y en el caso de México habrá que tener claro que el reto es frenar la migración y poner un alto al crimen organizado y desorganizado, porque, además de Trump, está la sombra del Mayo Zambada y lo que vaya a revelar.
Eso sí, habrá que lidiar con radicales tipo Tom Holman, quien ya advirtió que habrá una deportación masiva de inmigrantes y remató “No nos pongan a prueba”.
Por eso, hay que cuidar las palabras, su momento y su significado y, desde luego, no mandar cartas.