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Las falacias de Claudia
Ahora que es muy probable que la Corte eche abajo la reforma del Poder Judicial, vale la pena aclarar muchas de las mentiras que Claudia Sheinbaum y los morenistas han dicho sobre la reforma constitucional.
Primera mentira. Es falso que el pueblo de México haya votado por la reforma al Poder Judicial tal y como la aprobaron los legisladores morenistas. La gente votó para que siguieran los programas sociales, no porque quisieran elegir a los jueces. Durante la campaña la entonces candidata Claudia Sheinbaum preguntaba si querían elegir a los ministros, magistrados y jueces y se realizaba una votación a mano alzada, de la misma forma en que lo hacía su jefe López Obrador. El público que alzaba la mano eran incondicionales y acarreados de Morena y era una forma tramposa de conocer realmente la opinión de la gente. Es cierto que las encuestas señalan que la mayoría de la gente no está de acuerdo con la forma en cómo funciona la justicia en México y quiere una reforma y es cierto que un 60% de la gente está de acuerdo con elegir en forma directa a las autoridades del Poder Judicial, pero todo depende de cómo se haga la pregunta. Son preguntas en las que siempre la respuesta será por el sí, como sería sí, si se pregunta si quieren elegir a los jefes de policía, a los procuradores o a los miembros del gabinete.
Segunda mentira. Es falso que el 2 de junio del año pasado el pueblo le haya dado a Morena la mayoría calificada para cambiar la Constitución. Morena y sus partidos aliados obtuvieron solo el 54% de los votos para la Cámara de Diputados y las autoridades electorales, en una interpretación tramposa de la Constitución, les otorgaron el 74% de los diputados. En el caso del Senado a billetazos y con amenazas lograron los cuatro senadores que les faltaban. Por eso es mentira que el pueblo de México le haya dado a Morena la mayoría calificada para cambiar la Constitución, la lograron con marrullerías. Si vamos más allá la gente votó por la herencia de López Obrador no por Claudia, que no hubiese ganado nunca si no contase con el apoyo de López Obrador y los programas sociales.
Tercera mentira. La Corte no puede revisar una reforma constitucional, mentira si la reforma va en contra de otros artículos de la misma Constitución, si vulnera los derechos humanos o ignora convenios internacionales la Corte debe evitarlo.
La reforma del Poder Judicial pone en riesgo nuestra democracia que es un derecho humano, cuando todo el aparato de los servidores “de la Nación” y Morena promuevan por abajo del agua a los candidatos que les convienen, se acabará la división de poderes.
Cuarta mentira. Es falso que con jueces sin experiencia vaya a haber mejor justicia y menos corrupción. Ignorar la carrera judicial, los conocimientos y la experiencia es entendible en López Obrador que siempre ha despreciado el conocimiento, no en una académica que debería valorar los conocimientos y la experiencia. Claudia Sheinbaum, con esta decisión, deja claro que es solamente una empleada de López Obrador.
Quinta mentira. Es falso que el pueblo vaya a saber por quién votar, todos los que votemos estaremos votando a ciegas, sin saber realmente por quién votamos. La participación de la gente es una tomadura de pelo, para imponer ministros, magistrados y jueces. Es, por otro lado, ridículo hacer tómbolas para elegir a los candidatos. La gente quiere un cambio del Poder Judicial, pero no entiende lo que puede significar un Poder Judicial subordinado al Poder Ejecutivo y a un partido.
Lo único que es verdad es que López Obrador le sigue dictando la agenda a Claudia Sheinbaum.