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Política

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AMLO no pone la agenda, da de qué hablar: Luis Estrada

Sólo 10% de los mensajes que da el presidente se convierte en nota de primera plana en los principales periódicos, señala.

Foto EE: Daniel Sánchez

El presidente Andrés Manuel López Obrador no está poniendo la agenda pública nacional, pero sí da de qué hablar, aseveró Luis Estrada Straffon, director del taller de comunicación política SPIN.

El académico, experto en análisis político y comunicación política, planteó que esa afirmación se sustenta en que sólo 10% de los mensajes que da el presidente durante las conferencias, antes de que inicie la sesión de preguntas y respuestas, se convierte en nota de primera plana en los principales periódicos de circulación nacional.

En su opinión, las conferencias le están generando un desgaste al mandatario, pues eso es lo que muestran las mediciones.

En ese sentido, llamó la atención que si éste fuera un instrumento que no desgastara, veríamos a otros presidentes de naciones haciéndolo.

Asimismo, refirió que López Obrador es el único presidente en el mundo que actualmente realiza conferencias de prensa diariamente (de lunes a viernes) y el primero en la historia en hacer una conferencia diaria.

Dijo que con las que lleva actualmente ya rebasó a todos los presidentes estadounidenses, incluidos los que gobernaron ocho años, es decir, estuvieron los dos periodos de gobierno que pueden tener.

Explicó que lo que se esperaría de una conferencia de prensa es tratar que los medios reflejen lo que se dice en ese evento, en el caso del presidente eso no ocurre de manera contundente.

Lo que sí hay es mucho debate sobre lo que dice en las conferencias, aunque varias conversaciones versan sobre si lo que dijo es verdad o no.

Se dedica a evadir la coyuntura

El también coordinador del diplomado en Análisis Político del ITAM se ha dedicado a analizar todas las conferencias realizadas por el jefe del Ejecutivo federal desde que asumió la responsabilidad el pasado 1 de diciembre.

El resultado de ello refleja que el presidente López Obrador constantemente evade preguntas y hace afirmaciones no verdaderas, desde promesas hasta aseveraciones que no se pueden clasificar como mentiras porque no es posible comprobar que lo son, pero tampoco son verdad.

Al evadir las preguntas que le formulan, lo que hace es administrar la coyuntura. Eso se ha convertido en una constante en las conferencias que realiza alrededor de las 7 de la mañana.

Expuso que generalmente el presidente evita hablar de ciertos problemas y si, de plano, ya la ve muy complicada en términos de que lo estén presionando los reporteros, siempre toma como referencia al pasado.

“La corrupción y el pasado siempre son su salida recurrente para explicar algo de lo cual no tiene información o su gobierno no tiene los resultados esperados suficientes como para dar una buena noticia”, indicó.

En ese sentido, el también doctor en Ciencia Política consideró que eso, eventualmente, puede ser un problema porque hay tanto ruido que cuando tenga realmente una buena noticia va a quedar relegada u opacada por el ruido que él mismo genero en el tiempo previo.

Indicó que lo que también se refleja en el análisis de las conferencias mañaneras es que cada vez son más repetitivas y que cada vez toma menos preguntas de los reporteros y se extiende más tiempo en las respuestas. Por otra parte, la audiencia en Facebook ha disminuido, con una tendencia a la baja permanente, lo que hace plantear que son sus mismos seguidores quienes atienden a esa conferencia por ese medio. Entonces, al no ser novedoso y noticioso, va perdiendo impacto.

Indicó que el efecto de las conferencias del presidente se verá cuando ya haya trascurrido más tiempo y la burbuja que constituye lo que algunos llaman la “luna de miel” entre el presidente y los ciudadanos se rompa y comience a haber resultados, buenos o malos, para que la gente tenga elementos suficientes para evaluarlo.

Expuso que en términos de cómo se comunica, vemos a un presidente que actúa como si siguiera en campaña.

diego.badillo@eleconomista.mx

Periodista mexicano, originario de Amealco, Hidalgo. Editor del suplemento Los Políticos de El Economista. Estudié Sociología Política en la Universidad Autónoma Metropolitana. En tres ocasiones he ganado el Premio Nacional de Periodismo La Pluma de Plata que entrega el gobierno federal. También fui reconocido con el Premio Canadá a Voces que otorga la Comisión Canadiense de Turismo, así como otros que otorgan los gobiernos de Estados Unidos y Perú.

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