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Política

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Acepta que probó droga y lo separan del cargo

Este expolicía federal estuvo adscrito a la División de Seguridad Regional y fue cesado por incumplir el requerimiento de permanencia.

Óscar Macario Villanueva aceptó su agrado por los palenques y las peleas de gallos. Cuando era joven probó la mariguana, incluso la cocaína en algunas ocasiones. Nunca pensó que esas confesiones tejerían una historia de presuntos vínculos con personal de uno de los narcotraficantes más buscados del mundo, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.

Villanueva García, expolicía federal, quien permanecía adscrito a la División de Seguridad Regional, fue cesado por incumplir el requerimiento de permanencia, revelan a El Economista los resultados derivados de las pruebas de polígrafo, toxicológicas, psicológicas y demás, que le realizaron para cumplir con la certificación de los elementos policiacos en el país.

El reporte integral de evaluación relata que el exoficial acudió en el 2007 a Puerto Vallarta a una pelea de gallos, ahí se encontró a un amigo que le presentó a un sujeto a quien le nombraban El señor, que se encontraba custodiado por 16 personas, quien supuestamente le indicó ser gente de El Chapo Guzmán, poniéndose a su disposición para cualquier problema o incluso para laborar con él.

Posteriormente, narra el documento de 69 hojas, este sujeto le regaló al evaluado seis gallos de pelea, con valor de 300 dólares cada uno. En agradecimiento, Villanueva García le envió una caja de puros.

Aunque negó que haya colaborado con la delincuencia organizada , dice el documento, se registraron reacciones significativas de falta de veracidad en el polígrafo.

El jalisciense de nacimiento quedó impresionado con la historia que, afirma, inventaron, por lo que pide se le comprueben las imputaciones asentadas.

Otro argumento para justificar su baja de la corporación es que en el 2006 fue removido y suspendido por un mes, debido a las alteraciones de reportes. Es mentira, ya que hasta la fecha ni he estado suspendido ni me han separado de mis funciones , afirmó.

El resultado del examen toxicológico también dio negativo, bajo el argumento de que denota rebeldía y oposición frente a sus mandos, tiende a pasar por las normas establecidas y gusta mostrar su desacuerdo hacia sus superiores .

Además, refiere que para cubrir sus gastos personales, acepta dádivas que van de 20 a 1,000 pesos por brindar ayuda, como cambiar llantas, refirió que ha estado tentado a aceptar las invitaciones para colaborar con grupos de la delincuencia organizada , dice el documento, que agrega, recibía 3,000 pesos mensuales de transportistas y usuarios de carreteras para no ser multados por incumplir el reglamento.

El reporte integral en el que plasman los exámenes no tiene sustento. Me imputan que tengo nexos con el Chapo Guzmán, por el hecho de que le comenté al poligrafista que me gustaban las peleas de gallos, los palenques. No sé de dónde saca esa historia. La psicóloga me pone que yo pedía cuotas cuando estuve en San Juan del Río o que cobraba de 20 a 100 pesos por ayudarle a la gente a cambiar una llanta. No tenemos derecho a réplica .

Otra anomalía en su caso es que la licenciada Gabriela Peláez Acero, directora general de Control de Confianza, le notificó que ya contaba con certificado para la Licencia de Portación de Arma de Fuego; sin embargo, ella misma inicia el procedimiento por el incumplimiento de los exámenes de control y confianza. Posteriormente, se le notificó su baja de la corporación, en la que laboró por casi 13 años.

veronica.macias@eleconomista.mx

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