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Exponen efectos de la crisis climática en México en ocho historias
El libro “Colapso México. Los culpables y las víctimas de nuestra crisis climática”, ofrece ocho reportajes que hacen interesante uno de los temas más importantes para la sobrevivencia humana: la degradación ambiental a la mexicana.
Hace más de cinco lustros, cuando el biólogo Antonio de la Torre se internó en la selva chiapaneca con la intención de atrapar jaguares con el fin de estudiarlos y contribuir a su conservación, los mayas de Bonampak se reían de sus desafortunados intentos. Le advirtieron que, si quería atraparlo tendría que pedirle permiso al Señor de la Selva, para ser capturado.
Las ansias de avanzar en sus investigaciones domaron su soberbia y accedió a realizar un ritual, con balché, una bebida alcohólica sagrada de por medio.
Ese día, la selva se abrió a sus sentidos y comenzó a forjarse lo que es ahora: un experto que ha logrado seguirles los pasos a unos 50 ejemplares, distinguir sus huellas y hasta descifrar lo que dicen sus cacas, en un ecosistema en riesgo.
Historias como esta que cuenta Alejandro Melgoza Rocha, en el texto titulado “El señor de la selva y el tren”, se comparten en el libro “Colapso México. Los culpables y las víctimas de nuestra crisis climática”, coordinado por el periodista Mael Vallejo y editado por Grijalbo.
Se trata de una selección de ocho reportajes que exponen investigaciones realizadas por Carlos Carabaña, Karla Casillas, Carlos Martínez, Alejandro Melgoza, José Luis Pardo, Alberto Pradilla, Alejandra Sánchez y Michael Snyder, que muestran sitios que padecen los estragos de la mano del hombre cuando de contaminar y echar a perder el ecosistema se trata.
Ahí están historias de agricultores arrastrados a trabajar en las minas de carbón por la dificultad de hacer negocio en el cultivo de vegetales, en la región carbonífera de Coahuila o la del caldero del diablo en que se ha convertido la zona industrial de Tula, Hidalgo, debido a la operación de la termoeléctrica que contamina no solo aquella esquina del Valle del Mezquital, sino a todo el Valle de México o la de seis niños, 10,000 cenotes y 49,000 cerdos en granjas porcinas que han vuelto chiquero pedazos de Yucatán, entre otros trabajos, que, casi a la ruda, hacen interesante uno de los temas más importantes para la sobrevivencia humana: la degradación ambiental a la mexicana.
Alejandro Melgoza Rocha, coautor del libro expone en entrevista que el objetivo es exponer problemáticas ambientales en diferentes regiones del país con el fin de contribuir a exponer la forma en que México contribuye a la degradación ambiental, a la emisión de gases de efecto invernadero, lo cual deriva en el calentamiento global y el cambio climático, así como poner luz en sus consecuencias.
Quisimos poner en un contexto real lo que está sucediendo, con problemas que, a lo largo de los años, no han sido resueltos.
Además, exponer la forma en que están surgiendo comunidades que se oponen a que continue el daño a los ecosistemas y desde su entorno trabajan en contra de la crisis climática.
Dice que fueron a las comunidades, a encontrar esas palabras que muestras que nativos no estuvieron locos dos décadas atrás, cuando empezaron a denunciar estos aumentos de temperatura, y que denostaron gobiernos que las invalidaron por no venir acompañadas de sustento científico.
“Las comunidades son el medidor más importante del planeta para entender estos cambios que han sido bastante notorios”, señala.
Por eso dice que un viaje en busca de algún ejemplar de jaguar en tierras mexicanas fue valioso para ver cómo cámaras infrarrojas han servido para documentar la reducción de las poblaciones de jaguares en la zona y la transformación de sus hábitos, debido a la afectación de su entorno, así como la preocupación de las comunidades por el impacto que tendrá en la esperanza de vida de esos felinos la construcción del Tren Maya. Todo eso, asegura, valió la pena y lo comparte en este libro, aunque el felino les negó una mirada.