Impunidad, detonante en casos de linchamientos

De los casos de linchamiento que ocurren en el país, en menos de 1% se llega a detener, procesar y sentenciar a los culpables, calculó Raúl Rodríguez Guillén, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco.

“Si tuviera que mencionar cifras, no llega ni a 1 por ciento. La impunidad provoca y la impunidad prevalece, porque muchas veces no hay a quién castigar, son tantos los que participan que difícilmente se identifica a uno. Si se les quisiera formar un proceso legal, tendrían que demostrar quién dio el golpe mortal, quién aventó el cerillo y si eso fue lo que lo mató”, explicó en entrevista.

La situación es alarmante, ya que en los últimos siete años hay “un incremento brutal” de linchamientos en el país de más de 150% en comparación con las dos décadas anteriores.

De acuerdo con la investigación “Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014)”, el especialista en violencia social da cuenta que en este periodo se tiene registro de 366 casos de linchamientos, un promedio de 13.6 por año.

Destacan los años 1997, el 2010 y el 2013, donde ocurrieron 27,47 y 40 eventos, respectivamente, lo que representa poco más de un tercio de la totalidad de los sucedidos en el periodo.

“Las entidades con mayor número de linchamientos son el Estado de México, Puebla y la Ciudad de México. Entre los tres reúnen más de 60% de los ocurridos en el país en los últimos 30 años”, detalló.

La impunidad, destacó, es lo que genera esto. Uno directamente puede entender por qué la gente se indigna, por qué la gente actúa. Un linchamiento es una acción colectiva de carácter violento que tiene entre sus detonantes la impunidad.

De acuerdo con el Índice de Impunidad México 2018, elaborado por la Universidad de las Américas Puebla, el promedio nacional de la problemática alcanzó 69.84 puntos, superando la cifra del 2017 que fue de 67.42 puntos, lo que colocó a nuestro país en la cuarta posición a nivel mundial con mayor impunidad.

Rodríguez Guillén explicó que son diferentes causas las que orillan a la población a ejercer violencia y hacerse justicia por su propia mano. Puede ser un robo, una violación, un abuso de autoridad que generalmente se restringe a lo policiaco, la tentativa de secuestro o sustracción de menores. En las zonas de alto flujo vehicular, puede ser un atropellamiento o algún incidente vial.

“La causa estructural es cuando éstos no son castigados como debieran ser o cuando el castigo es insuficiente a la creencia de algún grupo numeroso de ciudadanos comunes”, mencionó.

El investigador indicó que 80% de los linchamientos ocurre en zonas urbanas, donde la incidencia delictiva es mayor.

Dijo que los participantes en un linchamiento “no es que lo hayan pensado o que estén organizados”, sino que su actuar es espontáneo frente a una causa real o un rumor que “tiene el mismo impacto que un hecho real”.

El investigador de la UAM-Azcapotzalco indicó que no se cuenta con datos oficiales sobre linchamientos, pues las procuradurías los procesan como homicidios o tentativas de homicidios y existe la negativa para hablar del fenómeno porque las autoridades “son el centro del origen”.

Nuevo intento en Edomex

Habitantes del municipio de Ecatzingo, Estado de México, pretendían linchar a dos hombres, uno de ellos acusado de asaltante y el otro de secuestrador.

Primero los pobladores salieron a las calles y señalaron a un hombre como presunto ladrón, el cual fue detenido y llevado a la dirección de seguridad pública local, donde dijo provenir de una granja en Valle de Chalco y haberse escapado de un retiro espiritual en la localidad.

Por ello los vecinos intentaron lincharlo, hasta que el presidente municipal, Marcelino Robles Flores, intervino y evitó el linchamiento.

Más tarde los vecinos detuvieron y golpearon a un presunto ministerial, que fue identificado por los pobladores como quién había cometido un secuestro en julio.

El hombre fue golpeado antes de ser rescatado por policías municipales; en represalia, los pobladores causaron daños a por lo menos tres unidades de la policía estatal. (Con información de Notimex)