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Política

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México y EU relegaron reforma migratoria

En el sexenio que termina, la cooperación bilateral se enfocó en el combate al crimen organizado mientras que reformas urgentes quedaron de lado.

Ante la centralización de la agenda bilateral México-Estados Unidos en el tema de seguridad durante el sexenio del presidente Felipe Calderón, las relaciones comerciales en el norte del continente, así como una reforma migratoria, pendiente en la política de ambos países, quedaron relegadas a segundo plano, restándole competitividad tanto al país, como a la región, coincidieron internacionalistas.

El exsubsecretario de Relaciones Exteriores, Andrés Rozental, destacó que si bien cooperar con la Unión Americana en materia de intercambio de información y en capacidad para desmantelar cárteles de la droga es importante, existe una amplia gama de temas relegados como el tema migratorio, de especial interés para México debido a que millones de connacionales viven en el país vecino.

La concentración hacia las políticas de seguridad dejaron desprotegido al tema de la reforma migratoria y hacer que el tema migratorio contribuya a la competitividad de América del Norte. El mismo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lo ha reconocido: ‘Su primer fracaso en estos cuatro años es el no haber podido sacar la reforma migratoria’ , expresó el ahora Presidente y fundador de la consultora Rozental y Asociados.

De acuerdo con la Fundación Ford, en el informe Seguridad y Migración , el Departamento de Defensa de Estados Unidos identificó a la frontera sur de México como una zona prioritaria para la asistencia, la cual es canalizada por medio de partidas antinarcóticos dentro del presupuesto de Defensa.

En el 2011, detalla la Fundación, el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos reportó que el Departamento de Defensa se encuentra trabajando en un plan de 50 millones de dólares para proveer asistencia de seguridad a México, Guatemala y Belice, con el propósito de mejorar la seguridad fronteriza. Las primeras reuniones de esta Iniciativa de Seguridad Fronteriza tuvieron lugar en enero del 2011, en el cuartel general del Comando Sur. Los funcionarios entrevistados indican que ha habido poco avance en la materia.

Con la difusión del concepto de seguridad fronteriza (border security), el lenguaje, las políticas y las actitudes de securitización ahora se encuentran en pleno vigor en la frontera México-Estados Unidos. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Estados Unidos considera a la frontera como una zona en la que se pueden originar amenazas en contra de la integridad territorial de ese país y la seguridad de sus ciudadanos.

Según el artículo Combatiendo las drogas en México bajo Calderón: la Guerra Inevitable , el internacionalista, experto en temas de narcotráfico e investigador del CIDE, Jorge Chabat, relata que desde el inicio de su gobierno, Calderón lanzó una guerra en contra del narcotráfico empleando al Ejército y la policía. La estrategia, a decir del investigador, ha tenido consecuencias graves en términos de los niveles de violencia.

Sin embargo, la tesis de Chabat expone que aun con lo costosa que ha sido esta guerra en términos de seguridad, no existía otra alternativa, pues otras opciones no eran viables al inicio del gobierno y los resultados alcanzados se deben a que el gobierno de México no cuenta con los recursos humanos para llevar a cabo esta lucha.

Ello explica la necesidad del gobierno para construir instituciones; no obstante, a decir de Chabat, es una solución a corto plazo que sugiere que los niveles de narcoviolencia se mantendrán.

INVENTARIO DE DAÑOS

A decir de Pía Taracena Gout, profesora del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana, la crisis mundial que golpeó fuertemente a Estados Unidos hizo que las estrategias y políticas del país se replantearan hacia la atención inmediata y prioridad en salvaguardar los intereses y seguridad de los ciudadanos estadounidenses.

En este tono, el politólogo, profesor e investigador de la Escuela de Graduados en Administración Pública y Política Pública del Tecnológico de Monterrey, Luis Miguel Pérez Juárez, detalló que ante un ensimismamiento de Estados Unidos respecto de su política, sumado a la falta de proactividad del gobierno mexicano para demandar una agenda más amplia, la relación bilateral durante estos seis años fue un tanto estéril con avances moderados en torno del combate al crimen organizado.

Taracena Gout explicó que la reforma migratoria, tema central en la relación México-Estados Unidos, depende de la agenda de los políticos estadounidenses; Pérez Juárez destacó que pese a las manifestaciones del Presidente con respecto al trato digno de los migrantes mexicanos, no existió un cabildeo más profundo en el tema social y de salud por priorizar el combate al narcotráfico y defender, desde México, los intereses del vecino del norte para que no llegase la droga a su país.

A decir de Rozental, en México tampoco se ha hecho mucho. Existe una nueva ley de migración (cuyo reglamento está en construcción), en la que se busca actualizar la política interna en esta materia, pues impacta a los migrantes, y hasta ahora no ha sido un fenómeno que llame la atención.

Sin embargo, el país ya es un imán para los extranjeros, quienes originalmente pasarían hacia Estados Unidos, pero al enfrentarse a duras medidas de seguridad y en vista del crecimiento económico que se percibe en México, deciden quedarse.

Hay gente que llega de Sudáfrica, Sudamérica, que se establecen y sin haber una política migratoria clara, es decir, a quiénes queremos y a quiénes no , explicó Rozental y agregó que éste sería un tema que podría tratarse con la Unión Americana; no obstante, tampoco se ha sacado provecho del posible intercambio de información.

Tenemos que cooperar con los norteamericanos en intercambio de información sobre gente indeseable. Eso es parte de la cooperación bilateral que no hemos explotado, pero estamos acostumbrados a desmantelar cárteles, a cuidar a Estados Unidos , dijo el exdiplomático.

DEUDAS A SEIS AÑOS

Por ello, América del Norte requiere profundizar en temas que no se han construido, de otra manera, agrupaciones como el Mercosur o regiones como Asia-Pacífico van a rebasar a esta región del continente. No hemos hecho nada en 20 años desde que se firmó el TLCAN. No hemos tomado el siguiente paso , afirmó Rozental.

La administración de Enrique Peña Nieto se enfrenta con la tarea de recuperar el prestigio internacional que se perdió, coincidieron los especialistas. El investigador del Tec, Luis Miguel Pérez Juárez, destaca que México perdió liderazgo en América Latina por olvidar los temas relacionados hacia este hemisferio del planeta y enfocarse al norte de sus fronteras.

Rozental, por su parte, comentó que el gobierno debe recuperar el prestigio en cuanto a la diplomacia y la participación en el escenario internacional, lo que implica fortalecer al Servicio Exterior y dotar a la Cancillería mexicana de mayores recursos humanos.

El número de personas en el Servicio Exterior mexicano es el mismo que hace 10 años y, en cambio, se abren nuevas embajadas y consulados que no cuentan con los recursos humanos ni financieros para lograr posicionar al país en sus representaciones.

Para el Embajador, no ha quedado claro cuáles son los objetivos de la política exterior, pues no se ha respondido a las preguntas: ¿qué se quiere de la política exterior?, ¿qué se desea de la relación con las distintas regiones y estados nación que conforman al planeta?

La imagen de México no va a cambiar mientras lo que sucede en su interior continúe como hasta ahora. Unos no puede cambiar la imagen de una realidad , expuso Rozental. Para contrastar el retrato de un país violento, se requiere dar visibilidad a otros aspectos que también sean de interés mundial y que agreguen aristas positivas y de desarrollo. Así se podrá mirar los aspectos negativos a la par de un abanico de opciones que impulsen a la nación.

Para que estos objetivos sean claros y se logre una política exterior sólida, tiene que haber un instrumento institucional fuerte, dotado de recursos amplios. Mientras, Brasil, por ejemplo, tiene 30 embajadas en África, en México tenemos cuatro. Esta nación sudamericana tiene un servicio exterior tres veces más grande que México, en cuanto a número de gente.

México nunca podrá tener una posición de prestigio si no tiene un Servicio Exterior de prestigio , declaró Andrés Rozental.

ana.langner@eleconomista.mx

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