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Política

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Prisiones son potencialmente mortales: EU

Algunos de los problemas que desencadenan la muerte de los internos son el hacinamiento, la corrupción y los maltratos físico y psicológico, según exhibe el reporte del Departamento de Estado.

Debido a la corrupción, pérdida de control y seguridad, así como al hacinamiento, abuso de los prisioneros, alcohol y drogas, los tratos físico y psicológico en las cárceles mexicanas son a menudo duros y potencialmente mortales para los internos, detectó el Departamento de Estado de Estados Unidos.

En su reporte mundial más reciente sobre derechos humanos, esta oficina del gobierno de Estados Unidos recoge que tanto las organizaciones de la sociedad civil, las Naciones Unidas, así como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) han informado sobre condiciones carcelarias deficientes.

El capítulo de México del Informe de los derechos humanos 2014 recoge que la Comisión Nacional de Seguridad informó que hasta junio de ese año, había 254,641 reclusos (aproximadamente 27% por encima de la capacidad máxima) en 386 instalaciones, que consisten en 17 prisiones federales, 293 cárceles estatales y 76 cárceles municipales. Se estima que 95% de los reclusos eran hombres. No se supo el número oficial de reclusos jóvenes en todo el país, porque estos datos estaban en registros descentralizados.

Las condiciones de salud y sanitarias fueron malas y la mayoría de las cárceles no ofrecieron atención psiquiátrica. Con frecuencia, las cárceles se encontraron dotadas de funcionarios correccionales mal capacitados, mal pagados y corruptos.

En el reporte sobre las condiciones de derechos humanos del 2011, el Departamento de Estado expuso la información ofrecida por la Secretaría de Seguridad Pública, la cual exhibe que entre julio del 2010 y julio del 2011, 52 internos fueron asesinados en prisión.

El motín más significativo durante ese año fue causado por enfrentamientos entre bandas rivales de presos y cárteles. En julio del 2011, un incidente en una prisión de Nuevo Laredo saldó en siete muertos y permitió el escape de 59 prisioneros; 35 de ellos acusados por delitos relacionados con drogas. Más tarde, ese mes, un altercado en Ciudad Juárez resultó en la muerte de 17 internos.

En la última década, el gobierno estadounidense ha detectado condiciones pobres en las prisiones y centros de detención. El reporte que el Departamento de Estado publicó en el 2005, incorporó lo comunicado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos en el sentido de que la corrupción, la superpoblación, el alcoholismo y la adicción a las drogas eran frecuentes en la mayoría de las instalaciones.

ana.langner@eleconomista.mx

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