Revelan reunión entre alcaldesa de Chilpancingo y líder de los Ardillos; niega conocerlo

Tras ser evidenciada en una reunión con uno de los líderes criminales de los Ardillos, la alcaldesa de Chilpancingo, Guerrero, la morenista Norma Otilia Hernández reconoció el encuentro, aunque argumentó que no sabía que se trataba de un integrante de la delincuencia, y negó pacto alguno con esta persona.

Este miércoles fue filtrado un video en redes sociales donde se observa a la alcaldesa saludando y reunida con un hombre armado que ha sido identificado como Celso Ortega Jiménez, líder criminal de los Ardillos, un grupo delincuencial con presencia en Guerrero.

Ante estos hechos, la presidenta municipal de Chilpancingo sostuvo, en un primer momento, que la reunión se trató de un desayuno con diversas personas, entre ellos guardias civiles, quienes le pidieron la instalaciones de bases de vigilancias para sus comunidades.

No obstante, en las imágenes colocadas en el video se observa que en el encuentro sólo estaban, además de ella, y el líder criminal, dos hombres más.

Más tarde, en entrevista radiofónica, la alcaldesa de Morena aseguró que no recuerda cuándo fue el encuentro, y que no conocía a la persona del vídeo, pero aseguró que no pactó con él.

Asimismo, aseguró que el vídeo fue editado, por lo que llamó a la Fiscalía General de la República (FGR) a que investigue bien su procedencia y lo analice por completo.

“Yo quiero que se filtre bien el video, que se vea todo lo que se habló, porque no fue un pacto con la delincuencia, no fue una situación de ese tipo”, declaró la funcionaria.

Cabe señalar que esta filtración se da luego de que el pasado 24 de junio fueron localizadas siete personas muertas en calles de Chilpancingo junto a un mensaje dirigido a la alcaldesa, en el que se hace referencia de un “segundo desayuno que me prometiste”.

Narco en montañas

De acuerdo con un análisis de InSight Crime, esta organización se ha dedicado por más de 20 años al narcotráfico en las montañas de Guerrero.

“Pero al reducirse el tráfico de heroína, el grupo quedó con una necesidad apremiante de ingresos, y quienes pagan los platos rotos son las comunidades indígenas”, explicó la organización.

De igual manera, se indicó que desde el 2015 hubo reportes de que los Ardillos estaban redoblando su participación en economías criminales alternas, aunque la extorsión y el secuestro siempre han hecho parte de su modus operandi.

“Al contrario de muchos otros grupos armados, las ambiciones de los Ardillos nunca parecieron ir más allá de su terruño en Guerrero”.

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