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Usaremos glifosato mientras no haya un herbicida que lo supere: Víctor Villalobos
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado un plazo de cuatro años y ha instruido al Conacyt para que lleve a cabo la investigación que nos permita sustituirlo, expone el secretario de Agricultura Víctor Villalobos. Sin ese herbicida, la producción de algunos granos básicos podría caer entre 30% y 45%, dice el CNA.
En México vamos a seguir usando el glifosato como herbicida en la producción de productos básicos, porque no tenemos un compuesto que lo supere en tres aspectos: salud humana, protección al medio ambiente y productividad, afirmó el secretario de Agricultura Víctor Villalobos Arámbula.
El funcionario explicó que hoy por hoy, el glifosato es el herbicida que reúne una serie de atributos y características que nos permite llevar a cabo la agricultura y combatir las malezas con un producto que ha sido probado por casi 40 años que ha estado en el mercado.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido muy claro en el asunto, por lo que se usará hasta que se consiga otro herbicida que lo supere, remarcó.
De acuerdo con el secretario, ese producto ha sustituido compuestos químicos mucho más agresivos y claramente cancerígenos o contaminantes. Por ahora, añadió, tenemos en esa sustancia una herramienta, una parte de un paquete tecnológico que hoy ha sido fundamental para la agricultura del mundo.
No es fácil sustituirlo y reconociendo eso, el presidente López Obrador ha dado un plazo de cuatro años y ha instruido al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para que lleve a cabo la investigación que nos permita sustituirlo.
Si al concluir este periodo se encuentra un compuesto mejor en términos de costos ambientales y de salud, maravilloso y mientras, lo seguiremos usando, abundó.
Podría caer hasta 45% producción de maíz; CNA
Durante las últimas semanas productores y empresarios del sector han manifestado su preocupación por que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) persiste en su disposición de no autorizar la importación de ese herbicida.
El presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega Valladolid, dijo que sin ese producto la producción de algunos granos básico podría caer entre 30% y 45 por ciento.
Hace unas semanas, cuando compareció ante el Congreso, con motivo de la glosa del II informe de gobierno federal, la titular de la Semarnat, María Luisa Albores González, a pregunta de la diputada del PRD, Frida Alejandra Esparza Márquez sobre el uso del glifosato en el país, respondió que es “altamente dañino”, pero no aportó evidencias técnicas ni científicas que respaldaran su dicho.
En tanto, algunas agencias internacionales que regulan el uso de esa sustancia han llegado a conclusiones diferentes a lo planteado por la funcionaria.
Por ejemplo, en abril de 2019, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos señaló que mantiene su posición de que el glifosato no representa riesgos a la salud pública cuando se usa de acuerdo con el etiquetado y que no es carcinógeno.
En tanto, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria señaló que es poco probable que la sustancia en cuestión represente un riesgo carcinógeno para los seres humanos y la evidencia existente no respalda su clasificación como carcinógeno potencial.
En 2017, la Agencia Europea de Sustancias Químicas indicó que la evidencia científica disponible no reúne los criterios necesarios para clasificar al glifosato como cancerígeno, mutagénico o tóxico para la reproducción.
En el Catálogo de Plaguicidas vigente y publicado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), el glifosato está clasificado como “no carcinogénico” basado en estudios en exposición crónica en animales. El objetivo de dicho Catálogo es “ayudar al buen uso y manejo de estos productos en las áreas de empleo: agrícola, forestal, pecuario, doméstico, urbano, industrial, salud pública y en jardinería”.
Sin su uso, bajaría la producción de maíz
En ese sentido, el vocero de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC), Eduardo González Cepeda, expuso que, si bien no se ha identificado el trasfondo que hay en esta discusión, mucho tiene que ver con ideologías muy absurdas.
Explicó que la Semarnat ha actuado de manera unilateral al prohibirlo desde noviembre de 2019 y desde entonces no se ha establecido una mesa de dialogo con los comercializadores y los usuarios.
El argumento de la dependencia es un principio precautorio.
Dijo que incluso la titular del (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla llegó a declarar que el glifosato apareció con los maíces transgénicos, cuando existe una diferencia como de 20 años entre uno y otro. Primero fue el glifosato, diseñado para controlar malezas y los transgénicos después y para otro fin.
Indicó que con ese químico hay países que pasaron de producir de 15 a 25 toneladas por hectárea de maíz utilizando ese herbicida.
Subrayó que es incorrecto decir que hay maíz que contiene glifosato porque ese herbicida se echa a las hierbas que crecen junto al maíz y si llega a tocarlo también lo mata.
Llamó la atención en que México importa todos los años cerca de 18 millones de toneladas de maíz y lo trae principalmente de Estados Unidos, donde se usa el glifosato.
Dijo que más de 60% de los productores de maíz en México tienen menos de cinco hectáreas y con una producción de menos de dos toneladas por hectárea.
El problema es que, con la escasez de glifosato, se ha encarecido y los campesinos lo han empezado a conseguir de contrabando.
Actualmente sólo Vietnam tienen prohibido el uso de ese herbicida.
En marzo de 2015 la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó al glifosato como probable cancerígeno para los humanos. En esta misma categoría se encuentran actividades como: consumir carne roja, trabajar como peluquero o tomar bebidas muy calientes.
Sin embargo, 14 meses después la misma Organización Mundial de la Salud junto con la FAO sobre residuos de plaguicidas, (JMPR por sus siglas en inglés) concluyó que “es poco probable que el glifosato sea un riesgo carcinógeno para los seres humanos a través de la dieta”.
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