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Banca de desarrollo, lista para financiar proyectos energéticos
Recursos del GEF se podrán potenciar hasta seis veces, explica el funcionario.
La banca de fomento está lista para acompañar al sector privado en los pequeños y grandes proyectos innovadores en tecnología que cuiden el medio ambiente que se acelerarán con la reforma energética, asegura la Secretaría de Hacienda.
En entrevista, Luis Madrazo Lajous, titular de la Unidad de Banca de Desarrollo, dice que se abrirán oportunidades en mercados poco conocidos como en el norte del país, en donde hay gas y viento para la generación de proyectos bajo las nuevas reglas para el mercado energético.
¿Qué tan compatible es el financiamiento de la banca pública con el cuidado del medio ambiente?
La naturaleza de los proyectos ambientales es perfectamente compatible. Está en la esencia de la banca de desarrollo. Eso se reconoce de manera muy explícita en la reforma financiera, en donde se dio un mandato transversal para dar apoyo a proyectos sustentables. Es uno de los temas en donde claramente tiene beneficios adicionales más allá de los proyectos y el financiamiento. Esperaríamos de parte del mercado que no fuera suficiente para toda la envergadura que se requiere.
¿Cuál es el papel del GEF?
Da apoyos directos y lo que hace es que sean viables, porque con una pequeña cantidad de recursos, se logra un impacto mucho más allá del monto que está proporcionando. México va a contribuir al GEF con 20 millones de dólares y esperamos recibir al menos 100 millones de dólares también dependiendo de la calidad de nuestros proyectos y capacidad de gestión. Con eso se espera que se potencien esos recursos al menos seis veces. Hacia adelante hemos tenido una gran sinergia entre el GEF y Nafin, ambos toman pequeños recursos que reciben para potenciarlos a través de las garantías y del crédito. Es decir que con una pequeña cantidad de recursos que recibe del GEF, Nafin puede generar un programa de garantías más grande que a su vez el fondeo que propone la banca de desarrollo del que pueden poner los privados.
¿Cuál ha sido el impacto?
Se ha visto en el tema de energía con los programas de ahorro. Los refrigeradores son un esquema muy claro, si se renuevan -que es una inversión sustantiva para los pequeños negocios- se logra una eficiencia importante. Con Banobras está el programa de luminarias. Se requiere una inversión inicial pero tiene un impacto, no sólo económico, benéfico para los municipios, sino también un ahorro en el uso de combustibles fósiles con un impacto medioambiental importante. En las microempresas hay el mismo efecto, tenemos autotransportistas con la renovación del parque vehicular.
¿Y en los grandes proyectos?
Tenemos un potencial energético muy importante, no sólo grande sino amplio. En México tenemos oportunidades en el área de hidrocarburos, también en las áreas hidrológicas, pero de manera muy importante eólica, fotovoltaica y geotérmica.
Uno diría hay que escoger la tecnología más eficiente y jugarse todas las canicas en una sola tecnología, pero así no funciona el mercado energético y ni para el medio ambiente como tampoco la tecnología de producción de energía eléctrica. Cuando se construye un molino de viento el costo marginal de producir la energía es casi cero. Sopla el viento y se genera la electricidad. Pero no se puede controlar la hora en que sucederá. Por eso la complementariedad de producción de electricidad con gas con hidrocarburo de menor impacto en el medio ambiente, y el viento, es importante.
Se necesitan proyectos de distinta naturaleza en términos ambientales y tecnológicos de una enorme variedad que con la reforma energética creemos que va a dar espacio a muchas oportunidades de inversión de parte del sector privado para que tengamos un mercado energético muy eficiente que reduzca los costos, pero también muy robusto y muy amigable con el medio ambiente. Ahí es donde la banca de desarrollo puede jugar un papel muy importante para financiar esos proyectos. Están cambiando las reglas en un nuevo mercado y la banca de desarrollo tiene que estar ahí para acompañar la innovación en los distintos sectores de la economía y éste es un caso muy claro. Tenemos hacia adelante una cartera de proyectos solares, parques industriales más grandes en materia de viento, hay uno en Oaxaca que se ha empezado a explotar, pero también hay un enorme potencial menos conocido en el norte del país en donde tenemos proyectos en la frontera y curiosamente es una zona en donde tenemos el gas y el viento.
¿De cuánto es el monto de esa cartera de inversiones?
Del 2013 al 2018 hay 44 proyectos del sector eléctrico en la unidad de inversiones que van desde pequeñas plantas fotovoltaicas (con paneles solares) de 30 megawatts hasta de 300 megawatts que son eólicas y plantas hidroeléctricas de 200-500 megawatts.