¿Debemos creer en los cuentos de hadas de Elon Musk?

Elon Musk es uno de los futurólogos más reconocidos del presente. Sus afirmaciones y previsiones, sus proyectos e ideas, son escuchadas y atendidas por miembros de la industria tecnológica internacional, inversores, desarrolladores, gobiernos y por el público en general. Musk ha predicho la existencia de autos eléctricos autónomos; la llegada del hombre a Marte y la existencia de túneles con autos capaces de viajar a velocidades nunca vistas. ¿Debemos creer en las palabras de Musk o son sólo cuentos de hadas para aumentar el valor de sus empresas?

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La última idea del fundador de empresas multimillonarias como Tesla y Space X es la creación de una interfaz electrónica que le permita a las personas comunicarse mentalmente, como en la telepatía, sin la necesidad de utilizar el lenguaje. De acuerdo con Will Oremus, de Slate, el objetivo de Musk es modificar la comunicación humana de manera radical.

Neuralink es el nombre del nuevo proyecto de Musk, cuyo plan es injertar chips computacionales en el cerebro de las personas para hacer posible lo que Musk llama telepatía consensual . Lo que esta tecnología implicaría es que las ideas, las imágenes e incluso los sonidos que se produzcan en nuestro cerebro se transmitirían directamente de un cerebro a otro, sin la necesidad de la mediación del lenguaje.

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Aunque Musk no ha hecho un anuncio oficial, Neuralink fue registrada como una compañía de "investigación médica" en julio pasado, en California, Estados Unidos, misma que planea financiar mayormente con su capital, de acuerdo con información de El Economista.

Musk es uno de los emprendedores que se beneficiaron con la venta de PayPal. Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim fundaron YouTube, que después fue adquirida por Google; Reid Hoffman, Allen Blue, Konstantin Guericke, Eric Ly y Jean-Luc Vaillant crearon LinkedIn, que años más tarde fue comprada por Facebook. Musk creó la compañía de autos eléctricos Tesla Motors; la compañía aeroespacial Space X y la compañía de construcción e infraestructura The Boring Company. Todas siguen perteneciendo a Musk.

Para Oremus, aunque la mayoría de los proyectos de Elon Musk parecen tener más relación con historias de ciencia ficción que con industrias realmente viables. Es justo decir que las publicaciones convencionales como el Wall Street Journal no tomarían este tipo de información en serio si proviniera de cualquier persona, pero en el caso de Musk, el emprendedor tiene un historial sin precedentes de convertir lo aparentemente imposible en realidad , explica Oremus.

De acuerdo con el reportero de Slate, la diferencia entre Musk y prácticamente todos los demás emprendedores es que su filosofía antes de lanzar cualquier empresa es Piensa en grande, comienza en grande .

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En todos los casos, Musk se ha propuesto abordar lo que él cree que es uno de los mayores problemas de la humanidad, articulando una estrategia a largo plazo que implica una gran cantidad de especulaciones acerca del futuro lejano. Sin embargo, en todos los casos, también ha tenido un plan mucho más realista, si bien audaz, de corto a mediano plazo, que se basa en la tecnología que está justo sobre el horizonte, si no ya está disponible. Esos son sus planes de negocios reales , explica Oremus.

Un ejemplo de esto es que Musk fundó su compañía aeroespacial SpaceX con la intención de colonizar Marte y prevenir la extinción de los seres humanos. Pero Musk no comenzó esta carrera rumbo al planeta rojo decidiendo cómo sería la colonia humana en Marte. Antes, más bien, dedicó todos los esfuerzos de la compañía para construir un cohete que pudiera regresar intacto a la Tierra para volver a ser utilizado.

Lo más destacable de este plan es que ahora que el cohete de Space X ha sido terminado y que ha pasado la etapa de pruebas, la compañía puede rentar sus cohetes a diferentes agencias internacionales y así financiar su proyecto de colonizar la superficie marciana. Lo que en realidad hizo Musk fue reducir considerablemente los costos de transporte aeroespacial, algo que ni siquiera las agencias estatales de muchos países habían conseguido.

En el caso de Tesla, otra de las compañías multimillonarias fundadas por Musk, el objetivo del empresario no era precisamente la construcción de automóviles eléctricos sino, en sus propias palabras, ayudar a acelerar el paso de una economía de hidrocarburos a una economía electrica-solar .

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De nuevo, Musk contaba con mucha claridad sobre este emprendimiento. En primer lugar, la compañía construyó el motor de un coche deportivo eléctrico de alto rendimiento, al recrear un modelo preexistente, el coche de superlujo Lotus Elise, el cual encontró mercado entre los millonario de California y en especial, entre los nuevos ricos de Silicon Valley, lo que impulsó el desarrollo del Modelo S, un auto de lujo a precios más razonables, mismo que fue el parteaguas del Modelo 3, el primer vehículo eléctrico de masas. Un importante avance en el tránsito de las tecnologías que utilizan combustibles fósiles y la utilización

Con la llegada de Neuralink, de nuevo se abren las interrogantes sobre si Musk logrará lo que se propone: establecer una red de comunicación cerebral que sólo requiera de un chip implantado en el cerebro de las personas y sobre todo, cuáles podrían ser las consecuencias de que lo logre: eliminar los malentendidos o explicar las ideas más abstractas de la manera más sencilla.

Pero es preciso acercarse al nuevo proyecto de Musk con la misma tranquilidad con la que él ha emprendido sus aspiraciones anteriores. El futurólogo más famoso del mundo ya tiene un objetivo a mediano plazo que luce mucho más plausible que la comunicación telepática: Mucho antes de que intente jugar con el cerebro de cualquier persona sana, Neuralink planea desarrollar un dispositivo para ayudar a tratar a gente con lesiones cerebrales serias . Esto es la muestra de que en muchas ocasiones los pequeños actos son más importantes que las más grandes predicciones, pero éstas venden más.

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rodrigo.riquelme@eleconomista.mx

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