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Inteligencia Artificial puede ayudar a mitigar impacto de déficits fiscales: Vanguard

El crecimiento de utilidades a largo plazo impulsado por la IA podría mitigar déficits estructurales y mejorar la productividad global, según Adriana Rangel de Vanguard.

Foto: Shutterstock

El crecimiento de utilidades a largo plazo será el factor que determine si la Inteligencia Artificial (IA) impactará en la productividad global, un escenario bastante probable, de acuerdo con Adriana Rangel, directora del segmento institucional de Vanguard para América Latina. 

La analista también cree que este crecimiento de la productividad a través de la tecnología podría ayudar a mitigar el impacto que tendrá el déficit estructural que experimentan muchas economías a nivel global.

En conferencia, Rangel habló del modelo de Vanguard sobre las "megatendencias", el cual mide cinco fuerzas clave que influyen en la economía global: tecnología, demografía, déficit fiscal, globalización y riesgos geopolíticos.

En el caso de la IA, es probable que sus efectos positivos se materialicen de manera plena a largo plazo, al igual que sucedió con tecnologías de uso general anteriores, como la electricidad.

Vanguard es uno de los gestores de activos más grandes del mundo. Conocido por su enfoque en fondos de inversión de bajo costo y gestión pasiva, ha sido pionero en ofrecer fondos indexados que buscan replicar el rendimiento de mercados amplios, como el S&P 500.

Megatendencias

El modelo de Vanguard, que ha evaluado el impacto de las megatendencias durante los últimos 130 años, muestra cómo eventos históricos han impulsado la productividad y el crecimiento económico a nivel global.

En términos de tecnología, tres tipos de impacto se identifican: cambio exponencial*, donde la productividad aumenta rápidamente gracias a avances como las computadoras personales; mejora en eficiencia, donde el crecimiento se impulsa al automatizar procesos, como sucedió con la línea de ensamblaje en la industria manufacturera; y transformación o tecnologías de uso general (GPT, por sus siglas en inglés), que reorganizan la economía a gran escala, como fue el caso de la electricidad.

"La IA tiene el potencial de convertirse en una tecnología de uso general y transformar la economía de manera similar a como lo hizo la electricidad en su momento", destacó Rangel.

Según el modelo de Vanguard, el escenario más optimista plantea una probabilidad del 45-55% de que la IA logre este tipo de impacto, con un crecimiento en la productividad suficiente para compensar las presiones sobre los déficits fiscales.

Este sería el mejor escenario para las economías de países desarrollados y emergentes, dado que el déficit fiscal y el envejecimiento de la población ejercen una presión creciente sobre los gobiernos, que deben destinar mayores recursos al mantenimiento y atención de las personas mayores.

Tensión entre IA y demografía

El envejecimiento de la población, en particular en economías como la de Estados Unidos, plantea una presión significativa sobre los presupuestos públicos. Según Rangel, la tecnología puede ofrecer una alternativa para aliviar la carga de los déficits fiscales mediante el aumento de la productividad y el crecimiento del PIB. Sin embargo, esta tensión entre IA y factores demográficos se manifestará en "una lucha constante entre el futuro que puede ofrecer la tecnología y las presiones económicas que genera el cambio demográfico."

Rangel también abordó cómo la inflación y las tasas de interés están ligadas a esta dinámica. Con una población envejecida y una creciente necesidad de inversión en salud y pensiones, las finanzas públicas tienden a una inflación moderada, lo cual podría contrarrestarse con un aumento en la productividad.

Vanguard estima que la "tasa de interés real de equilibrio" se encuentra actualmente en un promedio del 1.5% real (o un 3.5% nominal), lo que indica que las tasas de interés serán más elevadas en el futuro, en respuesta a los desequilibrios demográficos.

Adopción gradual de la IA

Si bien la IA tiene el potencial de mejorar significativamente la productividad, su adopción enfrenta ciertos retos. A este respecto, Rangel comentó: "La adopción de la IA probablemente siga una curva J. Al principio, la productividad puede disminuir, ya que los trabajadores y las empresas se adaptan a las nuevas herramientas y se implementa la infraestructura necesaria para soportar esta tecnología".

Un ejemplo es el impacto que la electricidad tuvo en su época: entre 1894 y 1920, la economía pasó por un periodo de adopción donde la productividad decreció inicialmente, pero luego se observó un crecimiento sostenido a medida que las fábricas y la infraestructura se adaptaron a la tecnología eléctrica. Vanguard estima que el impacto de la IA podría seguir un patrón similar.

Rangel compartió que la IA podría tardar entre 20 y 30 años en consolidar su efecto en la economía global, con un impacto a largo plazo que dependerá de la forma en que la tecnología se incorpore en diversos sectores.

Es posible que no veamos cambios profundos en los próximos cinco años, pero en el horizonte de las próximas décadas, los beneficios de la IA serán más visibles."

Sobrevaluación

La discusión también se centró en el impacto de la IA en los mercados financieros, un tema que ha captado gran atención de los inversores. Vanguard considera que muchas empresas tecnológicas están "sobrevaloradas" debido a la alta expectativa de los mercados sobre el impacto que podría tener la IA en sus ingresos.

Rangel explicó que la alta demanda de compañías relacionadas con IA ha llevado a que sus valoraciones en bolsa aumenten considerablemente." No obstante, Vanguard estima que las expectativas de retorno a largo plazo para la renta variable estadounidense se han ajustado ligeramente a la baja, y actualmente se ubican entre 3% y 5% anual para los próximos diez años, comparado con un rango de 5-6% de hace cinco años.

La analista destacó la importancia de no ver el crecimiento de la IA como un fenómeno puramente especulativo: “Más allá de si está ‘sobrevalorada’ o no, lo que importa es el crecimiento de utilidades a largo plazo. La IA tendrá un impacto real y sólido en aquellas empresas que logren implementarla de manera eficaz y generen valor añadido en sus operaciones.”

Vanguard ha identificado tres posibles escenarios para el futuro de la IA en la economía global: un cambio incremental sin gran impacto; un aumento en la eficiencia, similar al periodo de la posguerra; y, en el mejor de los casos, una adopción transformacional comparable a la electricidad. Este último escenario, el más deseado, tendría una probabilidad de ocurrencia entre el 45-55 por ciento.

rodrigo.riquelme@eleconomista.mx

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