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Arte e Ideas

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Austeridad lo dejó en antesala de la discontinuidad

Para su 15 edición, uno de los encuentros más relevantes del noroeste mexicano redujo la actividad dese 20 a tres días; hay incertidumbre para la próxima edición, dice su directora.

Tijuana, Baja California. La merma en la 15ª edición del Festival Cultural Entijuanarte, que anualmente tiene cabida en la ciudad de Tijuana, Baja California, ha sido significativa. Este año, uno de los encuentros artísticos de mayor relevancia y crecimiento del noroeste del país redujo la extensión de su programa de actividades de 20 días a solamente tres, del 4 al 6 de octubre.

En los últimos años el encuentro venía registrando un franco crecimiento en asistencia y oferta cultural, toda vez que de su primera edición, en 2005, reportó una afluencia total de 6,000 personas y en las últimas cuatro, un promedio de 85 mil asistentes; sin embargo, este año estuvo en riesgo de no llevarse a cabo y, finalmente, se realizó con la incertidumbre de si será posible ejecutarse el próximo año. La ausencia de presupuesto público desestabilizó su continuidad.

“Entijuanarte nació en el año 2005 como réplica y necesidad del festival Art Work, en San Diego. Tijuana ha sido una ciudad muy generadora de talentos. Además, estábamos viviendo tiempos muy difíciles con relación a la visión que se tenía de nuestra ciudad. Este festival cultural trató de ser un contrapeso para también generar noticias agradables de ella”, explicó Cecilia Ochoa Vázquez, directora general del festival.

Sin embargo, declaró, el cambio de administración pública federal y, con ella, la implementación de políticas de austeridad, así como el lanzamiento a destiempo de convocatorias esenciales, como el programa Apoyo a Festivales Culturales y Artísticos Profest, puso en jaque de manera particular a este encuentro.

“Mi colegas (promotores) de otros estados cancelaron sus festivales ante el escenario de presupuesto cero. Pero nosotros decidimos continuar. Pensamos que sería más sencillo y hoy deambulamos en la incertidumbre. La voluntad espartana de sacarlo adelante con la iniciativa privada funcionó, pero no estoy segura de que el próximo año pueda funcionar”, añadió minutos antes de encabezar el acto de inauguración del encuentro en la explanada del Centro Cultural Tijuana (Cecut).

No coincidieron los tiempos

El lanzamiento de la convocatoria de Profest, el pasado 4 abril y su cierre en los primeros días de mayo, así como el condicionamiento de que un encuentro cultural de su tipo solamente podría aspirar al presupuesto público a través de una institución cultural estatal o municipal y no así a través de una asociación civil, no permitió al encuentro siquiera registrarse.

“Busqué las vías. Fui con el presidente municipal para proponerle aplicar a través de esta vía; le presenté todo el proyecto. Trajo a su equipo de abogados y deshebramos todo Profest. Supimos que para poder postular a Entijuanarte teníamos que pasar por una sesión de cabildo que autorizara su realización. Pero la siguiente sesión de cabildo no coincidía con los tiempos de Profest. Tengo colegas que se postularon, algunos salieron airosos, otros no; en nuestro caso ni siquiera tuvimos esa oportunidad”, compartió.

El costo de Entijuanarte como se venía llevando a cabo en las últimas ediciones, con la participación en promedio de 300 artistas a lo largo de los 20 días de actividades en el Cecut y sedes alternas, era de aproximadamente de 6 millones 400,000 pesos. Por 10 años consecutivos, hasta el año pasado, el encuentro cultural recibía un subsidio federal de 3 millones de pesos. El resto del presupuesto se generaba a través de la iniciativa privada. Este año, con la aportación del gobierno municipal de 1.6 millones de pesos, se logró generar un monto total para ejecución de 3.5 millones de pesos, de los cuales, el 40% fue únicamente en especie. Se tuvieron que desechar las actividades de sedes alternas, los programas educativo y musical; se trabajó únicamente con voluntarios, dado que no hubo presupuesto para la nómina.

Ochoa Vázquez considera indispensable que, para impulsar y facilitar encuentros como el que encabeza, el gobierno federal debe emitir una convocatoria no solo accesible para instituciones culturales de gobierno sino para iniciativas venidas de las asociaciones civiles.

“Esta fórmula no puede ser aplicada más de un año, habría que poner en coma Entijuanarte cinco años si no cambia el panorama. Hoy no podemos garantizar la próxima edición”, concluyó.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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