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Tasa cero a librerías; revive iniciativa en el Senado

La Comisión de Cultura de la Cámara Alta presentó para consideración del pleno un paquete de reformas en este sentido. Reconoce que hay una desigualdad de condiciones en la cadena del libro y también busca impulsar pago en especie para las editoriales.

Senadora Beatriz Mojica.

Senadora Beatriz Mojica.Especial

Este martes 12 de noviembre, fecha en que se conmemora el Día Nacional del Libro, la Comisión de Cultura en el Senado de la República presentó ante el pleno de esta cámara una iniciativa con proyecto de decreto para la reforma de diversas leyes en materia de impulso de la cadena productiva del libro, particularmente sobre la Ley del Impuesto al Valor Agregado (IVA), la Ley de Servicio de Administración Tributaria y la Ley General de Bibliotecas.

De este paquete de iniciativas, sin duda, destaca la postulación para la aplicación de la tasa cero sobre el Impuesto al Valor Agregado (IVA) para las librerías del país.

Dicha pugna, la de lograr la tasa cero del IVA por parte de este último y vital eslabón de la cadena productiva del libro se ha librado por al menos una década, pero, sin duda alguna, ésta fue más urgente durante el parón por la emergencia sanitaria y, como consecuencia, la baja en la producción editorial, las ventas y la facturación.

Este diario consignó las distintas batallas que encabezaron gremios como el de las librerías independientes con este mismo objetivo en el momento en que los pequeños negocios libreros padecieron severos estragos financieros.

Pero, retomando los argumentos de la iniciativa, en ésta se señala que “establecer una tasa de 0 por ciento del IVA, significaría que, en todas las librerías del país, las personas que causan dicho impuesto dejarían de trasladar el monto de todas las operaciones que celebran con sus distintos tipos de proveedores, pero además, ayudaría a las finanzas de dichas librerías al abrir la posibilidad de acreditar los montos del impuesto a favor, con el objeto de que la instancia fiscal le realice devoluciones de ese gasto”.

Sobre todo, reconoce una aplicación desproporcionada de la política fiscal en los distintos eslabones de la cadena del libro, lo que causa un desbalance de las relaciones en este mercado, toda vez que existe una tasa cero en el precio de los libros para la venta al público, es decir que los lectores no pagan dicho impuesto por la compra de una publicación editorial. Sin embargo, el desequilibrio yace en que los libreros sí deben pagar el IVA por su giro comercial.

Por si fuera poco, tanto editores como impresores, de conformidad con la ley vigente, pueden solicitar la devolución de IVA acreditada mediante sus compras y gastos, mientras que los distribuidores, es decir, las librerías no gozan de esta facilidad fiscal.

“Esto afecta la equidad tributaria, significa que los contribuyentes de un mismo impuesto deben guardar una situación de igualdad frente a la norma jurídica que lo establece y regula. Este es el contexto donde deben situarse los contribuyentes de cualquier cadena de valor debe otorgarles la garantía de los principios constitucionales de proporcionalidad y equidad, sin embargo, en la industria editorial no se cumple, dado un tratamiento fiscal distinto en cuanto al impuesto al valor agregado a las distintas partes de la cadena de valor (..) Esta inequidad provoca que las librerías deban ajustar sus costos con un precio preestablecido por el editor para su venta al público y en ese margen de utilidad, deben absorber los costos derivados”.

También buscan pago en especie

Además de la política de tasa cero a librerías, la Comisión de Cultura, en la que sería su primera gran iniciativa para la LXVI Legislatura, busca establecer que las editoriales nacionales puedan cumplir con el pago de sus impuestos a través del modelo de pago en especie, particularmente con la entrega de obras editadas con un máximo de tres años atrás.

“Este pago en especie permitirá que los libros recibidos se entreguen a las bibliotecas de la Red Nacional, provocando un efecto de redistribución de los libros, volviéndolos accesibles para todas y todos los mexicanos, provocando también un beneficio adicional a la hacienda pública, pues reduciría el gasto que realiza la Red en la compra de materiales”, se explica en el documento.

Reconoce postura del Fondo de Cultura Económica

Por otro lado, en la exposición de motivos, los firmantes de esta iniciativa dan un espaldarazo a la política de reducción significativa del precio de los libros por parte de la editorial paraestatal Fondo de Cultura Económica:

“Es importante señalar que el Fondo de Cultura Económica como cabeza del sector editorial público, ha reducido el precio de los libros producidos a una tercera parte del precio promedio de las editoriales privadas, provocando una presión sobre la industria con relativo éxito reflejado en saldos y colecciones más económicas”.

No obstante, más adelante considera que “todo mercado requiere de competencia económica, por ello, es necesario impulsar tanto a la editorial del Estado, el Fondo, como a los agentes de la iniciativa privada, garantizando la libre competencia y concurrencia económica, así como prevenir y sancionar prácticas monopólicas”.

Agrega que “una forma de dinamizar el mercado es hacer accesible el libro en igualdad de condiciones en todo el territorio nacional para aumentar su disponibilidad y acercarlo al lector y fortalecer la cadena del libro con el fin de promover la producción editorial mexicana”.

Diferencias entre la tasa cero y la exención

El documento con la iniciativa explica las diferencias entre una política fiscal de tasa cero sobre el IVA y una política de exención de este impuesto, dado que ambas tienen efectos distintos.

“La principal diferencia entre tasa 0 por ciento y exentos consiste en el IVA incorporando en los costos de producción, en la tasa 0 por ciento el IVA es devuelto por la autoridad hacendaria, mientras que en los bienes exentos no se produce la devolución.

“En este contexto, las actividades comerciales de las librerías de México están gravadas y su gasto fundamental compra de libros está exenta de IVA. De esta manera, el IVA no se toma en cuenta cuando las librerías realizan el cálculo de este impuesto, pero si el cálculo del ISR. En el momento que las librerías realizan un gasto que si se encuentra gravado (diferente de libros), lo pueden deducir de la base gravable del ISR por el porcentaje que representa esos gastos (con IVA) de los gastos totales”.

Conoce el documento sobre la iniciativa

https://infosen.senado.gob.mx/sgsp/gaceta/66/1/2024-11-12-1/assets/documentos/Ini_diversos_senadores_Materia_Impulso_al_Libro.pdf

Los firmantes de la iniciativa:

  • Beatriz Mojica Morga
  • María Martina Kantún Can
  • Susana Harp Iturribarría
  • María Guadalupe Murguía Gutiérrez
  • Ivideliza Reyes Hernández
  • Javier Corral Jurado

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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