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De los virus y las bacterias ?a la evolución y la religión
Para el especialista, la sociedad debe estar atenta a los nuevos descubrimientos y dejar de pensar que los virus matan y nos enferman, sino que también nos ayudan a vivir.
Lindau, Alemania. Después de un par de días de conferencias magistrales en el Lindau Nobel Laureate Meetings (Reuniones de Premios Nobel en Lindau) que en esta edición 64 se dedica a la Medicina, uno empieza a tener una sensación incómoda.
No es tanto que las agotadas neuronas empiecen a pensar que tal vez sea demasiada ciencia , mucha información de una multitud de áreas de la biomedicina. Es algo más.
Es que, de pronto, parece haber una obsesión por convertir cada uno de los maravillosos descubrimientos que se han hecho en biología en un arma para combatir virus y bacterias, en un antibiótico, en un exterminador.
Es por eso que platicar con Werner Arber sobre cultura, religión, aprendizaje y evolución resultó un remanso, un oasis con una perspectiva diferente de hacia dónde se debería dirigir la medicina en el futuro.
El microbiólogo suizo, además del premio Nobel que recibió en 1978 (por el descubrimiento y la aplicación pionera de una de las herramientas esenciales de la genética molecular) tiene una multitud de credenciales como profesor activo pero también como investigador retirado, como asesor científico del Vaticano, como generador de políticas en ciencia y más.
PARA QUÉ ES LA CIENCIA
Desde su primera respuesta, Arber muestra que además de científico es un humanista, una combinación de la que se habla mucho pero se ve poco.
La pregunta fue algo como ¿Me puede platicar sobre su interés en la política científica? , a lo que contestó:
La ciencia es el proceso de investigar a la naturaleza, y para mí estas investigaciones tienen valores culturales en dos aspectos principales. Por un lado, la aplicación del conocimiento adquirido y la innovación.
El otro es comprender a la naturaleza en que vivimos. Toda la gente se pregunta cosas como de dónde venimos y por qué estamos aquí. Éstos son valores culturales. La forma en que la población concibe al mundo debe estar al tanto de los nuevos descubrimientos, del nuevo conocimiento que hay sobre el funcionamiento de las leyes de la naturaleza.
Eso forma parte de lo que llamo conocimiento orientador, que cada persona tiene por sus experiencias en la infancia temprana, su educación en la escuela, sus creencias religiosas o no y el conocimiento de la naturaleza; es parte del desarrollo hacia el futuro de este planeta.
En un sistema democrático la gente debería poder expresar sus deseos , continuó el científico.
Yo soy suizo y los suizos constantemente votamos por distintos temas, y el conocimiento científico es importante para eso .
Arber cree que como presidente del Consejo Internacional para la Ciencia y como miembro y desde hace tres años presidente de la Academia Pontificia de Ciencias ( aunque soy protestante, no católico ) ha hecho política científica con esa visión en mente.
EVOLUCIÓN Y RELIGIÓN
Después de sus trabajos con las enzimas de restricción, finalmente le puse atención a la evolución del mundo bacteriano , dice Arber.
Para que haya evolución debe haber una variación en los seres vivos sobre la cual actúa la selección natural. Muchos llaman a las mutaciones (la fuente de esa variabilidad) errores, pero yo no . Arber sospecha que la vida, más que cometer errores, tiene formas de asegurarse de que haya variabilidad y cambio, así que la pregunta científica que le interesa es ¿cuáles son los mecanismos moleculares por los que la variación espontánea ocurre?
Ante los resultados de la evolución, la enorme biodiversidad que observamos en el mundo, no puedo evitar sentir que tiene un origen... divino, con un dios creador no como una persona sino como una fuerza .
ILUMINACIÓN
La última pregunta que le hago a Arner hace que sonría, le brille la mirada y ni siquiera me deja terminarla: Cuando la gente escucha las palabras virus y bacteria piensa en seres invasores, patógenos pero...
Sí, sí, piensan que matan, que nos enferman, pero la realidad es muy diferente. Ya sabíamos que teníamos algunas bacterias en nuestros intestinos, pero ahora sabemos que el número de estas bacterias y el número de diferentes tipos bacterianos es enorme y está claro que la mayor parte de ellas nos ayudan a vivir.
Para mí, los virus son vectores que traen genes de un hospedero anterior a mi propio reino , finaliza.
EL NOBEL Y OTRAS CREDENCIALES
Werner Arber es quizá el decano de los Lindau Meetings, ya que ha asistido a 26 de estas reuniones desde que se hacían en alemán y asistían principalmente jóvenes universitarios de Alemania, Suiza y Viena.
Ahora hay estudiantes seleccionados de todo el mundo (unos 600 de casi 80 países), pero entonces sólo se ponían carteles en algunas universidades para ver quiénes querían venir. Algunas universidades tenían problemas para juntar a 10 estudiantes y otras venían con los primeros 10 que se apuntaran , recuerda.
Él mismo, cuando formó parte del comité curador de los Meetings, contribuyó a internacionalizarlos y a abrirlos a los cinco continentes.