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El arte de hacer y dar vida a los títeres
Alejandra Vega nos cuenta un poco sobre su oficio como creadora del arte milenario de hacer títeres.
Cuando Alejandra Vega entró a estudiar escenografía a la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) se sorprendió al ver que no había ninguna materia sobre títeres: No es como en Francia. Y esto te da a entender cómo está la escena de títeres en nuestro país; no se le da el suficiente valor para enseñarlo. Se ha tomado al títere como un arte menor, pero si lo ves en otros países hay espectáculos de calidad que se valoran mucho. Acá se piensa que son sólo de niños o actividades para la escuela , asegura.
La titiritera estudió primero fotografía en la Escuela Activa de Foto de la Ciudad de México, para luego tomar un curso de talla de Madera en CECATI, al tiempo que tomaba dibujo en la Academia de San Carlos. Fue mientras estudiaba estos dos oficios que surgió su inquietud por entrar al mundo de los títeres.
Es una forma de comunicar algo y tiene muchas opciones. Los actores quieren verse y no quieren algo que hable por ellos, sino hablar ellos. Hay cosa que el actor no puede hacer y que es más difícil que con un títere. Decía Carlos Converso (un titiritero) que con los títeres es donde puede pasar cualquier cosa, no tienen un límite. Y es cierto, puedes realizar cualquier cosa y crear muchos mundos , nos dice Alejandra.
Luego de su paso por los talleres artísticos, Alejandra buscó asistir a una escuela de títeres en Francia, pero la institución cuenta con un límite de edad, requisito que la dejaba fuera: Fue muy frustrante y busqué lo que pensé que era lo más cercano y me metí a estudiar escenografía en la ENAT. Y estuve tomando talleres con el titiritero Carlos Converso. En realidad hay cursos y titiriteros que se dedican a dar talleres, pero no hay algo formal .
Así pues, Alejandra fue haciendo su propia licenciatura: A mí me gustan las artes plásticas, y siento que en los títeres es un lugar donde puedes encontrar todo: pintura, escultura y todo lo digital, y todo se puede mezclar como en el teatro pero con más libertad. Desde hace muchos años tenía el interés y cuando lo hice se me abrió todo el mundo .
El primer trabajo de Alejandra fue en la obra El sueño de Cecilia, pero sus creaciones no cobraron vida, sino que fueron usados como escenografía. Posteriormente, el titiritero Diego Ugalde la llamó para hacer una obra de teatro de sombras (El violín mágico) y fue ahí que sus creaciones cobraron vida, incluso ella pudo manipular uno, cosa que casi no ha hecho mucho durante su carrera, pero espera cambiar eso a finales de este año, cuando termine de armar su propia compañía de títeres.
Por ahora, Alejandra se encuentra trabajando en dos nuevos proyectos. Por un lado, una nueva obra de títeres donde el personaje principal es una abuela que teje a sus nietos, pero en ningún lado los aceptan porque son de estambre, así que ella debe buscar un lugar donde sean aceptados. Todo esto en el contexto del nazismo en Alemania: Aun no definimos los movimientos pero serán títeres de mesa, que se manejan con un comando en la espalda y uno en la cabeza. Usualmente lo manejan dos personas, uno se hace cargo de la espalda y cabeza y otro de las extremidades .
Cabe mencionar que Alejandra no conserva ninguno de los títeres que ha hecho. Como todo su trabajo es por encargo, se debe deshacer de todos: Estoy resignada... como sé que se van a ir, trato de no encariñarme mucho. Pero cuando haga algo mío sí sería terrible no poder quedármelo .
Y por otro lado, se encuentra retomando su propia marca de art toys, donde diseñará juguetes dirigidos al público en general. Las primeras figuras que está haciendo son unos diablitos, y posteriormente diversificará sus modelos.