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El silencio de la Sinfónica de Minería
Con muchos intereses en juego, los conjuntos orquestales son enclaves prohibidos para la transparencia, la rendición de cuentas y más aún para su estudio como parte de la economía cultural.
No pongo en duda el notable empeño de la Academia de Música del Palacio de Minería. Tampoco el trabajo del director titular de la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM), Carlos Miguel Prieto, si bien en más de un concierto de las distintas temporadas a las que he asistido, me parece que ha hecho gala de derroche y parafernalia propia de quien goza de una chequera sin límites. A ello han contribuido el director asociado, José Areán y el consejero artístico, Sergio Vela.
Justo en el interés por adentrarme en el modelo de economía cultural del conjunto, el 7 de agosto solicité a Gloria Millán, la jefa de prensa, tener acceso a información básica para su análisis. Segura de dar largas al periodista, el sábado 24 del mismo mes, le pasó mi asunto a Irma López, administradora y contadora de la Academia (que es una asociación civil donataria), quien con amabilidad ofreció responder mi petición. El 3 de septiembre, le escribí al presidente Gerardo Suárez Reynoso. Al cumplirse un plazo razonable de espera, hago público lo que me parece no tendría inconveniente en serlo.
1. Presupuesto anual de las temporadas 2102 y 2013, desagregación de ingresos-egresos en todo tipo de modalidad registrada en el sistema de administración del conjunto y la Academia.
2. Composición laboral por naturaleza de contratación, edades, sexo, grado escolar e institución donde cursaron su carrera, años de trabajo continuo-discontinuo con la OSM, si forman parte de otras orquestas (de hecho, varios son de la OFUNAM, por ejemplo), entre otros datos, para elaboración de perfil socioeconómico y de caracterización laboral de los músicos de concierto.
3. Escalas salariales: por tipo de instrumento, por hora, por mes, por concierto, por temporada. De la más baja percepción a la más alta, que incluye solistas nacionales e internacionales, así como a los directores (titular y asociado) y al consejero artístico.
4. Asistencia de público. Por la temporada 2012, con boleto pagado, con descuento y sin descuento, con cortesías y otras modalidades de acceso. Corte de la temporada 2013 a la entrega de la solicitud de información.
5. Costo de operación de la Sala Nezahualcóyotl por concierto y por temporada 2012 y 2013. Incluye todos los servicios.
Como sabemos, la Academia es portentosa en virtud de estar ligada a la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Cuenta con una Junta de Honor. Hay 66 consejeros titulares, entre los que se encuentran Raúl Salinas de Gortari, Guillermo Guerrero Villalobos y Luis Téllez.
Además, el consejo consultivo lo integran 58 personalidades más, como Juan Ramón de la Fuente, Gerardo Estrada, Rafael Moreno Valle y Carlos Slim. El consejo artístico suma 11 expertos, entre ellos José Carral e Iván Rosenfeld. En esta mina veo nueve mujeres.
Otra característica conocida es que la OSM (y muchas más orquestas a lo largo y ancho de la República) no es un conjunto estable, es decir, se integra de músicos venidos de diferentes canteras. Es un revoltijo donde cabe todo lo que el director titular decide o de lo mejor que encuentra en el mercado de músicos. Entre estables, huesos y parches, cierto, se logran espléndidos conciertos, buenas temporadas. De la reciente destacaron, por ejemplo, los estrenos del Concierto voltaje para timbales y orquesta, de Gabriela Ortiz (1964) y De aquí a la veleta, de Javier Álvarez (1956), así como la presencia del violinista Philippe Quint con el concierto El violín rojo de John Corigliano (1938). El mejor programa, para mi gusto, fue el séptimo, con obras de Lutoslawski, Shostakovich, Prokofiev y Tchaikovsky.
De cara al empaque de la Academia, nulo interés por permitir conocer su modelo. No es la primera vez que intento este tipo de investigación y topo con el silencio imposible de romper. En el 2007, por ejemplo, quise levantar una encuesta entre una docena de orquestas. Salvo la Filarmónica de Jalisco, todos dieron largas. Es penoso no poder estudiar este campo.
VA UNA DISCULPA. El miércoles 18, en estas páginas, abordé la propuesta de Ley del ISR. Acusé que desaparecía el pago de dicho impuesto por derechos de autor. Grave error de lectura. Permanece tal cual, en el artículo 88, fracción XXV. Pero también es cierto que aún con ello, se afecta a los autores de otras maneras.
eduardo.cruz@eleconomista.mx