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Es importante que la compañía se proyecte: Elisa Carrillo

Apuesta por conseguir más presupuesto con base en resultados.

Foto EE: Archivo

Foto EE: Archivo

La primera bailarina del Staatsballett Berlin, Elisa Carrillo Cabrera, y el exbailarín y otrora coordinador nacional de Danza del entonces INBA, Cuauhtémoc Nájera, se presentaron la tarde de este jueves como codirectores artísticos de la Compañía Nacional de Danza (CND), misma que permanecía acéfala desde mayo del año pasado, con la renuncia del coreógrafo argentino Mario Galizzi.

A la presentación también asistieron el productor David Bear, quien hasta entonces fungió como encargado de la CND y ahora se hará cargo de la parte administrativa, y el esposo de Carrillo, el primer bailarín de la compañía alemana, Mikhail Kaniskin, quien fue anunciado con el cargo honorífico de asesor de Asuntos Internacionales.

Ahí la bailarina mexiquense aclaró que no será funcionaria sino que se desempeñará bajo el régimen de servicios profesionales. Especificó que se involucrará exclusivamente en la parte artística, con labores como asistir a las audiciones para elegir nuevos bailarines, el diseño artístico y del plan de trabajo, la conformación de giras y temporadas, así como tomará parte de las decisiones para invitar a maestros, coreógrafos y demás especialistas para la capacitación de los integrantes de la compañía.

Por lo anterior, dijo, no se requerirá de su presencia permanente en el país, pero se comprometió a alternar sus compromisos del Staatsballett con los viajes a México, “cuantas veces sea posible”, para estar en contacto con los bailarines.

Además se anunció que ya se tiene definido el programa para el primer semestre del año y se dijo que no se ha definido el sueldo que la bailarina percibirá por su labor al frente de la compañía, mientras que el trabajo de Kaniskin será “honorario completamente”, es decir, que no tendrá remuneración alguna por su colaboración.

Elisa Carrillo y Mikhail Kaniskin concedieron a El Economista una entrevista para dar más detalles sobre su gestión.

—¿Cómo se dio el acercamiento para ofrecerte la dirección y quién habló contigo?

Elisa Carrillo (EC): la doctora Lucina Jiménez, quien me conoce desde que soy pequeña y quien ha seguido mi carrera, fue quien me llamó para hacerme la invitación.

—¿Sabías en qué situación se encontraba la compañía?

EC: Conocía la situación de la compañía, no a fondo porque no vivo aquí, pero siempre estuve al tanto de que los bailarines estaban pasando por una situación difícil. Entonces, aceptar colaborar fue algo que no dudé porque siempre tuve el deseo de ayudar, tratar de generar un cambio.

—¿Cuál es el presupuesto que se tiene para este año?

EC: El presupuesto que vamos a tener aún no está, pero se nos ha dicho, con base en el del año pasado, que es de 17 millones de pesos. Con base en ese presupuesto estuvimos hablando con Cuauhtémoc Nájera qué queremos traer, qué podría ser importante para comenzar a ser una buena compañía. En esa parte, Mikhail me apoyó: por la experiencia que tenemos en el extranjero, pensamos cuál podría ser un buen comienzo para, poco a poco, llegar a otro nivel y en unos años llegar a tener a los coreógrafos más importantes del mundo en México.

—¿Tener los contactos con los diversos bailarines y coreógrafos internacionales les ha beneficiado para que ellos quieran colaborar con la CND?

EC: Claro que sí. Muchos de ellos conocen nuestra trayectoria. Ven que desde hace varios años creamos una fundación y que estamos haciendo cosas en México. Todos esos proyectos, tanto Danzatlán como las galas Elisa y Amigos, han ayudado a que, ahora que tenemos una posición donde podemos aportar más al país, tengamos una respuesta de parte de los coreógrafos y directores.

—¿Cuál es la posición en cuestiones técnicas de la CND a nivel mundial?

EC: Desgraciadamente no es reconocida. Digamos que en América Latina es una de las compañías más grandes porque hay muchos bailarines de diferentes partes del continente. Pero en Europa nunca ha sido un nombre conocido.

Mikhail Kaniskin (MK): Pero vamos a cambiar eso.

EC: Para nosotros es importante lograr que la compañía se proyecte. Tiene jóvenes con talento que quieren trabajar. Se puede tener talento, pero si no se tienen las herramientas o no se hace el trabajo de la manera adecuada ni tienes, en el caso de los bailarines, un ballet o un coreógrafo que te pueda hacer crecer, tampoco puedes desarrollarte como debes.

—¿Cómo será el método de trabajo, a diferencia de como era antes?

EC: Eso toma tiempo. Tenemos que analizar bien las cosas. Por ejemplo, en la mayoría de las compañías en Europa se hacen seis horas de ensayos y aquí sólo cuatro. Esas dos horas te restan mucha calidad, mucho trabajo.

MK: Aunque yo vi que los bailarines trabajan en su tiempo libre. Los estudios, cuando ya terminaron las cuatro horas (de trabajo), están llenos de gente ensayando junto con los maestros.

EC: Es importante que la gente empiece a motivarse, trabajar de otra manera. Los maestros también tienen que refrescar su mente y trabajar en otro tipos de detalles, en la filigrana. Creo que se trata de organizar el horario de cómo se trabaja y qué dirección tomarán las clases.

MK: El poder está en los detalles.

—¿Van a traer a nuevos maestros o consideran que el nivel de los maestros aquí es bueno?

EC: Este año vamos a trabajar como estamos. En los siguientes meses veremos si es necesario traer a alguien.

—¿Por qué no cuajaban los programas anteriores de la CND?

EC: No puedo decir mucho porque llevo fuera mucho tiempo. No sé lo que pasó. De aquí empieza otra etapa para la compañía.

—¿Cómo se va a transmitir ese mensaje? ¿Debe haber una labor de identificación de quien no está haciendo bien su trabajo?

EC: Desde la parte artística se trata de hablar con los bailarines. Saber cuáles son sus necesidades, qué cosas no les ha gustado, qué desean. Lo mismo con los maestros, con el equipo artístico. Ahora, la parte administrativa no es mi labor. Sin embargo, vamos a estar enterados.

—¿Tener la mente en dos latitudes, entre el Staatsballett y la CND, será complicado?

EC: Es algo que hago siempre. Es una vida loca, pero es posible. Ya hemos aprendido con todos estos años con las galas y Danzatlán.

MK: Odio de decir esto, pero, en este caso, hay que tener precisión alemana.

—¿Se va a apostar por conseguir más presupuesto una vez que se entreguen resultados y, para que se logren esos resultados, cuáles serán esas primeras medidas?

EC: Primero queremos concretar todo lo que proyectamos: que vengan los coreógrafos, que la gente vea que hay un cambio, que en muchas partes del país se vea lo que está haciendo una compañía motivada, con ganas de seguir creciendo.

Sobre el presupuesto, espero que una vez que vean que las cosas están funcionando, que hay armonía, sepan que vale la pena invertir en ella.

MK: Nosotros tampoco podemos pedir favores para los próximos seis años. La gente (la comunidad internacional) va a ayudar, pero se necesitan cubrir los costos y para ello necesitamos un presupuesto suficiente para llegar al punto a donde queremos que esta compañía llegue.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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