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Arte e Ideas

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Eugenia Martínez marca tenedores con mensajes feministas

Planea filtrar los cubiertos en restaurantes con mensajes como “Ni una más” y “México feminicida”.

Desde el inicio de su trayectoria como artista visual, Eugenia Martínez (Monterrey, 1976) se asoció con los temas relativos a la desigualdad: el clasismo, el racismo, la discriminación, la revisión de los privilegios, y empleó el arte como herramienta para reflejarse, primero a sí misma y, de manera correlativa, trastocando al consumidor de su obra.

“Si en México no hemos logrado la igualdad social, ¿cómo vamos a lograr la igualdad de género?”, se pregunta la artista visual en su casa-estudio, habitado por retratos antiguos y anónimos, muchos de ellos de mujeres, decorados en los contornos de las figuras humanas con frases en tinta reiterativas y concéntricas que se extienden sin tregua hasta los bordes de las imágenes, en muchos de los casos como si se tratara de los halos de un traje de tehuana o las ropas ficticias superpuestas de materiales de vidrio, porcelana o bordado; en otros tantos, invadiendo por completo la imagen que apenas y se advierte detrás del cristal sobre el que la regiomontana ha decidido encimarse con letanías combativas.

“El trabajo del hogar es el medio de realización de una mujer” y “No es un cambio de gobierno, es un cambio de régimen”. Son dos de las oraciones que ha reproducido obsesivamente sobre los cristales que cubren las imágenes. Hay mensajes interviniendo las obras de toda la casa.

De los muros cuelgan mantas negras con otras frases delineadas con alfileres que la artista usó para su última exposición en la galería regiomontana Heart Ego: una instalación laberíntica de tendederos con posicionamientos como: “Mi cuerpo, mi decisión”, “Es mi derecho vivir una vida libre de violencia”, “No son muertas, son asesinadas” y “Patriarcado y capitalismo dependen de nuestro trabajo doméstico”.

Ha visto en la letanía escrita, bordada, escuchada, un ejercicio mucho más efectivo para evidenciar las violencias estructurales contra las mujeres. Está convencida de que el mensaje repetido un sinnúmero de veces permeará más adelante que el desdén del género masculino.

“Para los hombres son temas incómodos y prefieren evadirlos. Todo lo que nos incomoda tendemos a no hablarlo, a no enfrentarlo. Es humano y natural, pero, precisamente para mejorar es que se tiene que enfrentar”, arguye.

Martillar y filtrar los mensajes

Sobre la mesa de trabajo, Martínez tiene listo un martillo y una caja de punzones para troquel, uno con cada letra del abecedario. En el cajón del escritorio, guarda unos cuantos tenedores. Está en la etapa de prueba de su nueva propuesta artística. A la manera de los resellos en los peniques ingleses impresos por las sufragistas de principios del siglo XX con la leyenda “Votes for women”, inspirada de las anarquistas francesas que marcaban las monedas con arengas como “Vive l’anarchie”, Eugenia Martínez está martillando, letra por letra, consignas cortas sobre la cara frontal de los tenedores. La primera serie de mensajes será “Ni una más” y planea hacer saber en el espacio la leyenda “México feminicida”.

“Se me ocurrió intervenir muchísimos tenedores e irlos infiltrando en restaurantes. Es una manera que puede ser sencilla y puede ir esparciendo el mensaje. Porque el feminismo es cerrado y se puede entender por qué es así, pero se tiene que hallar la manera de que los mensajes se vayan abriendo. Me voy a reunir con un colectivo feminista para ver si ellas me ayudan, porque quiero esparcirlos y documentar dónde se van dejando. No sé realmente lo que vaya a suceder. Habrá a quienes les parezca gracioso, a quienes les parezca curioso y se los queden; otros pensarán con fastidio que estamos hasta en la sopa”, dice y se acomoda en la silla, advierte sobre la “poca ortodoxia” del ejercicio, pero insiste en la relevancia de la ejecución manual. Ubica el cubierto al centro de la mesa y machaca la letra ene sobre la superficie. Calcula que en abril comiencen a aparecer los mensajes en restaurantes diversos. “Lo más importante son las conversaciones que se desatan, porque, como decía antes, ahora sí o sí se está hablando con los amigos, las familias, en los centros de trabajo. No se puede dejar para después”.

Eugenia Martínez

Nacida en Monterrey, México, en 1976, tiene una trayectoria de dos décadas como artista visual. Ha enfocado su obra en las desigualdades. Entre algunas de sus exposiciones individuales se encuentran Lo personal es político, en Heart Ego, en Monterrey, Nuevo León; Because you are a girl, en la Galería de Arte Mexicano, de la Ciudad de México; Patriarchy is a bitch, en el Museo de Arte de Sonora (Musas), de Hermosillo; Family portrait, en Michael Hoppen Gallery, en Londres, y I don´t have a dream, en Ramis Barquet Gallery, en Nueva York. Su obra ha sido adquirida para acervos como la Colección Jumex, la Colección Federal del INBAL / Patrimonio Artístico Nacional, la colección Luciano Benetton, en Italia, y la colección del Hope Collage Museum.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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