Goran Bregovic vence a la tormenta

Así, de pronto, el cielo se cayó alrededor de Goran Bregovic quien estoico, como un soldado continuó tocando junto a su Banda de Bodas y Funerales pesé a la tormenta que azotó el viernes a Guanajuato.

Chichis para la banda , gritaba un grupo sin playera, otros corrían en chanclas, algunas en minivestidos y en pleno trance balcánico el público aguantó la tormenta que cayó la noche del viernes en la Alhóndiga de Granaditas.

Algunos huyeron de la lluvia pero muchos se quedaron a ver a uno de los mejores músicos del planeta en el marco del 41 Festival Internacional Cervantino.

Mientras tanto, Guanajuato se colapsaba con el sorpresivo diluvio que inundó literalmente sus famosos subterráneos ocasionando accidentes y un caos. Nunca había llovido así en años , dice un taxista.

En medio del caos, la Alhóndiga de Granaditas se convirtió en un refugió casi acuático donde todo era música y los Gora , Gora eran el preámbulo de una noche especial que inició con trompetas abajo del escenario para que el ministro Bregovic vestido de blanco comenzara la misa acompañado de su guitarra y su computadora.

Y sí, al grito de guerra: Partyyyyyyyyy , Bregovic arrancó una noche balcánica y gitana que no se detuvo por nada y la música combatió a la lluvia con tango, un homenaje a

Cesária Évora con Ausencia ; el punk de Gas desató la locura entre la gente que se sacudió y bailó haciendo acrobacias arriba de charcos y danzando contra el viento.

El músico continuó por cerca de dos horas acompañado de su banda y dos cantantes para dar a conocer canciones de su nuevo disco Champán para Gitanos; todo en furiosos cantos y escandalosos metales que contrastaban con los truenos en el cielo y el baile que seguramente tenían los ángeles que derramaron varias botellas de champán al compás de Goran Bregovi sobre la tierra.

vgutierrez @eleconomista.com.mx