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Jalisco: nueva etapa para la economía cultural
La Secretaría de Cultura de Jalisco creó la Dirección de Industrias Culturales y Creativas. Es la primera institución en el país que adopta este modelo de política económica y cultural.
En un intercambio de correos electrónicos, Paulo Mercado Espinosa, quien encabeza la primera instancia en México, cuya vocación son las industrias culturales y creativas, me comenta que sólo hay dependencias similares en Brasil, Colombia y Argentina. Por supuesto, se refiere al caso de América Latina, ya que en Europa y Asia son abundantes y -diría- de vieja data, los ejemplos de intervención estatal en el ámbito de la economía cultural.
La decisión da para una buena celebración y variadas lecturas. Es trascendente que la iniciativa venga de un gobierno estatal. De una entidad con enorme fortaleza sectorial, que por lo mismo responda a una demanda a efecto de intentar una coherencia a los numerosos empeños empresariales en cultura. De igual forma, manda una señal que no deberán ignorar otros gobiernos, las universidades, el INAEM y el Conaculta que, a juzgar por la reunión nacional que tuvo lugar en Querétaro, no tiene intenciones de hacer lo que le corresponde en el ámbito.
Comparto algunas de las reflexiones de Paulo. Me cuenta que con la DICC se cristaliza la oportunidad de tener una política pública coherente con las necesidades del sector, es decir, que por fin se inicie la regulación de los esfuerzos realizados por los emprendedores culturales, contar con mayor y mejor capacitación para que dichos emprendimientos sean sostenibles en el tiempo, así como la oportunidad de crear una verdadera red de trabajo y minimizar los asistencialismos gubernamentales en beneficio de la sostenibilidad de los proyectos .
Aún con el gusto que escribo sobre este acontecimiento, le expreso a Paulo que no comparto la nomenclatura industrias culturales y creativas . Hasta el cansancio he fundamentado por qué México debe adoptar el escenario de la economía cultural y las empresas culturales como factores conceptuales para el diseño de políticas y programas desde cualquier campo de mediación.
El flamante Director de la DICC intenta aclararme la decisión: A nivel nacional, existe poca información oficial y estatalmente se da un fenómeno similar. Sabemos que el INEGI ya está trabajando en la conformación de la cuenta satélite de la cultura para el país, lo que ayudará a tener información centralizada para un mejor análisis del sector .
Añade que es importante destacar que, en términos de contabilidad nacional, el sector económico de la cultura está integrado por el conjunto de establecimientos públicos y privados, que desarrollan actividades similares de manera principal, que generan productos característicos para el sector . Escribe que se hace referencia al término de industria para ese conjunto de actividades. Yo quiero entender que quizá con el tiempo se decidan a entender lo que estimo es un grave error. Adoptar lo que la UNESCO dicta no es argumento suficiente. No necesitamos de su cobijo.
Paulo anuncia que la Secretaría de Cultura de Jalisco ha encargado a Nomismae Consulting, empresa de nuestro colega y compañero de páginas Ernesto Piedras, el estudio que incluirá: qué se produce, cómo y con qué se produce; dónde se comercializa, cómo se inserta en el mercado y con qué infraestructura se cuenta. Se trata de generar indicadores cuantificables y que al mismo tiempo arrojen la situación actual de la economía de las industrias culturales y creativas en el Estado.
Sepan de los tres ejes estratégicos de la DICC: formación empresarial, programas de apoyo económico y vinculación con otras instancias y programas. Por lo que refiere al segundo eje, despunta lo que denominan Foculta 2.0: Es un programa que subsidia la tasa de interés de crédito financiero gubernamental, garantizando financiamiento a bajo costo .
Finalmente, en esta apretada síntesis del ir y venir de pareceres, Paulo Mercado Espinosa nos hace saber de la transversalidad que impone esta labor, tanto al interior de la Secretaría como con dependencias como el Fondo Jalisco de Fomento Empresarial, Nacional Financiera, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, la Secretaría de Desarrollo Económico y la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, estas dos últimas, de Jalisco.
Coincidimos en que estamos ante un modelo innovador que pone en el escenario la sustentabilidad de las empresas culturales. Es una intervención pública que busca seguir generando acciones para un beneficio sociocultural y un beneficio económico de Jalisco . Enhorabuena, estaremos al tanto.
eduardo.cruz@eleconomista.mx