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Javier Sicilia, Persona del Año de Time
Las protestas públicas parecían cosa del pasado hasta ahora en México, Moscú, El Cairo, Atenas, la Plaza del Sol y Wall Street.
Este año, la revista Time no escogió a una Persona del Año sino a muchas: escogió a The Protesters , es decir, aquellos que han protestado en diferentes lugares del mundo, como en El Cairo, Atenas, la Plaza del Sol o Wall Street.
De México, la revista destacó a Javier Sicilia como la figura central del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
En la que, por obvias razones, es su edición más grande dedicada a la figura de la Persona del Año, Time (que desde hace tiempo tiene como su principal producto, el más esperado, justamente esta designación) presenta un muy extenso artículo sobre la importancia que este año tuvieron las manifestaciones sociales a nivel mundial, así como amplias y magníficas entrevistas con las diferentes personas representativas de los movimientos.
En ese sentido, destaca la figura de Sicilia, quien no es uno más de los manifestantes, como sucede en las entrevistas, por ejemplo, a las activistas griega y española, quienes se unieron a sus respectivos movimientos días después de que iniciaron, ni como el egipcio Nael Nawara, activista e integrante de un partido político desde el 2003.
En la entrevista con Tim Padgett, jefe de la oficina latinoamericana de Time, Sicilia cuenta cómo pasó de la desgracia personal a darle esperanza a una nación .
DAR NOMBRES A LA TRAGEDIA
Nunca había pensado en empezar un movimiento o ser el portavoz de nada. Soy un poeta y los poetas son conocidos por trabajar con intuiciones más oscuras. Pero en esos momentos (tras la muerte de su hijo, cuando los medios la empezaron a buscar) se me recordó que la vida del alma también puede ser poderosa. Mi intuición principal entonces fue que teníamos que dar nombre y forma a esta tragedia y de alguna manera poner eso en acción, con ciudadanos reales, como una forma de decirle al gobierno: Necesitamos algo nuevo, en especial, nuevas instituciones para combatir la ilegalidad, la corrupción y la impunidad, no sólo aquella de los cárteles de la droga, sino la del Estado , dijo Sicilia a Padgett.
Debíamos poner las muertes y las desapariciones en la conciencia nacional, hacer visible la cara de nuestro dolor nacional. Las estadísticas de la guerra contra el narco estaban escondiendo esas caras; los poderosos estaban tratando de convencernos de que todos esos que estaban muriendo eran solo criminales, solo cucarachas. Teníamos que cambiar eso y ponerle nombre a las víctimas. Y eso implicaba tanto a los criminales muertos como a los inocentes muertos como Juan Francisco (su hijo). También debemos enfocarnos en la pobreza y en la falta de oportunidades económicas que ayudan a que crezca la criminalidad , agregó.
LOS HACEDORES DE LA HISTORIA
Para explicar su elección de este año, Time ofrece un lúcido análisis escrito por Kurt Andersen.
La tesis es que si bien entre los años 60 y los 80 las protestas públicas estaban entre los principales hacedores de la historia poco a poco se fueron a degradando.
Y entonces llegó el Fin de la Historia, notificado por el influyente ensayo de 1989 de Francis Fukuyama donde se declara que la humanidad había llegado al punto final... de la evolución ideológica con el globalmente triunfante liberalismo occidental . Con pocas excepciones -dice Andersen- las ocasionales grandes manifestaciones eran vistas, en el mundo rico, como ineficaces e irrelevantes.
Los amados y valientes rebeldes que combaten al sistema opresor mundial eran sólo un montón de personajes en The Matrix.
La protesta masiva y eficaz era un oxímoron global hasta que -de pronto y sorprendentemente- hace exactamente un año, se convirtió en la metáfora definitoria de nuestro tiempo. Y el manifestante una vez más se convirtió en un hacedor de historia .
mlino@eleconomista.com.mx