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La canción de este verano aún está por llegar
El acalorado debate musical que aflora cada año en busca del éxito pop del momento.
Dime rápido, antes de salir de la escuela para siempre, levanta la mano si todavía te preocupas por la canción del verano.
Todos deberían. El debate anual sobre cuál sencillo pop gobernará nuestros meses de calor es el mejor tipo de debate musical. ¿Por qué? Porque es imposible que alguien pueda ganar, para empezar. Escuchamos para decidir qué canción debe definir junio, julio y agosto, y luego escuchamos un poco más.
De cualquier manera, es una discusión de fogata entre millones de canciones enmascarada como un argumento. En una época que nos anima a curar nuestras propias dietas altamente especializadas de cultura pop, las canciones de verano son los últimos vestigios de la música pop que aún compartimos. Todos estamos al aire libre, vivimos y escuchamos en tres dimensiones. La música reanuda su formato original: el aire.
Eso le da al debate de la canción del verano su urgencia darwiniana. Las Meghan Trainors y los Jason Derulos del mundo se ven obligados a competir no sólo entre sí, sino con todo lo demás también. El sol hace nuestro mundo más ruidoso por atraer a la humanidad al aire libre, donde las canciones deben entrar en conflicto por la supremacía en el estadio, en el paseo marítimo y donde las ventanas de coches retumben por los subwoofers.
Hay una cierta magia en este tipo de escucha incidental al aire libre, especialmente teniendo en cuenta cómo nuestros auriculares han hecho que nuestra relación con la música sea privada durante los otros nueve meses del año. Utilizamos las canciones almacenadas en nuestros dispositivos de mano para embellecer nuestras rutinas de las mañanas, nuestros viajes diarios, nuestras pausas para el café de la tarde y nuestros paseos por la noche. Con más regularidad, nos movemos de los espacios públicos hacia una banda sonora privada.
El verano cambia eso. Nos transforma de consumidores individuales a escuchas sociales, invitándonos a absorber grandes éxitos en los espacios comunes. La música se eleva a su deber de temporada, ayudando a establecer el aura de un tiempo y lugar. Es más, el verano nos confronta continuamente con canciones que no elegimos escuchar. Si tenemos suerte, nuestros gustos podrían empezar a mutar en contra de nuestra voluntad.
Sólo ayuda si las canciones se sienten grandes y pequeñas, estúpidas y sabias, todo a la vez.
Las mejores canciones de verano pueden expresar una emoción popular que no obstante se siente específica para usted.
Pueden presentarse como ingenuamente sencillas, incluso cuando están repletas de una inteligencia oculta. Pero siempre queda en cada quien decidir si la canción cruje y salta como un tazón de cereal frío o la zarza ardiente.
Y tal vez ni siquiera has desayunado aún.
El punto es éste: como un título honorífico, la canción del verano siempre está en juego, siempre está en discusión, y siempre es imposible de resolver. Ningún nombre es revelado de un sobre. Eso por sí solo hace que una métrica más significativa -o al menos más interesante- para medir la importancia del pop que, por ejemplo, un premio Grammy o una invitación a algún ridículo Salón de la Fama.
Este verano, los sellos discográficos que empujan muchas de estas canciones todavía están interesado en nuestros 1.29 dólares, así que están flotando sencillos de artistas que tuvieron éxito en grande los veranos anteriores, con la esperanza de revivir sus respectivas glorias.
El año pasado fue la rapera australiana Iggy Azalea quien tiranizó nuestras ondas radiales con Fancy , y ahora está de vuelta con Britney Spears para un dúo similar y sin chiste llamado Pretty Girls. Carly Rae Jepsen, que cayó como torpedo en una piscina en el 2012 con Call Me Maybe , ahora está tratando de replicar ese chapoteo con I Really Like You .
Luego está Rihanna, cuya carrera explotó debajo de su Umbrella en el verano del 2007. Ocho años más tarde, su sencillo altisonante, B---- Better have my money se disputa por la canción del verano hasta que lance algo mejor, algo que siempre parece hacer.
No olvidemos que se trata de Estados Unidos, un país de personas que aman vitorear a los novatos, los don nadies, los extranjeros y los oprimidos, especialmente cuando esos tiros largos ya están ganando.
Fetty Wap, un rapero de Nueva Jersey, encaja casi a la perfección. Su sencillo de ruptura Trap Queen es una canción de amor sobre el tráfico de drogas con un gancho tan exuberante que suena como si el chico lo grabó mientras jugaba en Six Flags America. Actualmente en el puesto número tres en la lista Billboard Hot 100, (debajo de una canción de una tal Taylor Swift), Trap Queen no suena como cualquier otra cosa en la radio.
Es posible que la odies, es posible que te encante, y es posible que la recuerdes por el resto de tu vida, porque la canción del verano siempre llega a vivir para siempre.
mrc