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La emoción por Taylor Swift eclipsa temores de seguridad de fanáticos londinenses
Aunque la policía británica ha dicho que nada indica que los acontecimientos de Viena vayan a afectar a los espectáculos de Wembley, en el estadio se pudo ver un fuerte dispositivo de seguridad.
Los aficionados que llegaron el jueves al concierto de Taylor Swift en Londres dijeron que la solidaridad entre ellos estaba ayudando a disipar cualquier preocupación por la seguridad tras la cancelación de sus conciertos en Viena la semana pasada.
La cantante y compositora estadounidense vuelve a Londres para cinco fechas antes de que su gira Eras, que bate récords, regrese a Norteamérica. Sus tres conciertos en Viena fueron cancelados después de que las autoridades frustraron un ataque planeado, dejando a unos 195,000 admiradores sumidos en la tristeza, la rabia y la incredulidad.
Algunos de ellos se apresuraron a comprar entradas para las fechas de Londres, disponibles por unas 886 dólares en sitios de reventa. Iggy Wilde, de 28 años, dijo que nunca se había planteado vender su entrada tras lo ocurrido en Viena.
"Creo que hay preocupación. Obviamente, es preocupante", dijo. "Lo principal que he sentido es que los 'Swifties' se han unido y hay un verdadero sentimiento de solidaridad entre nosotros que creo que hace que no tenga miedo".
Los aficionados que llegaban a Wembley, ataviados con lentejuelas y sombreros de vaquero, tenían los antebrazos cubiertos de pulseras listas para intercambiar con otros "Swifties".
Aunque la policía británica ha dicho que nada indica que los acontecimientos de Viena vayan a afectar a los espectáculos de Wembley, en el estadio se pudo ver un fuerte dispositivo de seguridad.
Los aficionados pasarán por detectores de metales y sólo podrán llevar una bolsa pequeña. Están prohibidos los recipientes de vidrio y metal, los computadores portátiles y los paraguas.
Swift no ha comentado públicamente el incidente de Viena, pero en el pasado dijo que su mayor temor era el riesgo para sus admiradores tras el ataque del Manchester Arena, en el norte de Inglaterra, después de un concierto de Ariana Grande, y el tiroteo en un concierto en Las Vegas en 2017. Los aficionados han viajado por todo el mundo para ver la gira Eras, la más lucrativa de la historia.