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Arte e Ideas

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La pasión por improvisar

Wade Matthews, prolífico creador y lúcido pensador sobre la música y en particular sobre el tipo de creación que más le atrae, la improvisación.

Wade Matthews (Francia, 1955), prolífico creador y lúcido pensador sobre la música y en particular sobre el tipo de creación que más le atrae, la improvisación. Radica desde hace más de 20 años en Madrid, donde ha coordinado el ciclo de conciertos de música improvisada ¡Escucha! en el espacio CRUCE: arte y pensamiento contemporáneo, además de ser activo concertista y escritor, razones que lo han llevado a escribir el ensayo Improvisación. La libre creación musical (Turner, 2012), una disertación interesante sobre los límites y entresijos de ese acto que es crear música al instante grupalmente y en vivo.

Doctor en Composición y Electroacústica por la Columbia University de Nueva York, su libro no pretende crear un método ni ser un recetario ni, mucho menos, ser una monografía musical, sino un detonante no sólo para músicos y compositores, sino para cualquier persona.

En entrevista, después de padecer el cargado tránsito de la zona poniente de la ciudad de México, llega un poco acalorado, pide un café y la conexión a Internet. Es amable. En su cabello entrecano lucen entradas. Su gesto es pensativo, su mirada profunda, serio pero capaz de devolver una sonrisa.

Creo, personalmente, que la creación artística necesariamente tiene un factor de riesgo bastante grande, creo que, de hecho, si no arriesgas lo suficiente para hacer una obra realmente mala, no harás nunca una obra realmente buena , dice. Esa idea es central para comprender lo que Matthews quiere decir al hablar de la escucha del improvisador, al hablar de la potencia de la creación en vivo.

En el libro comentas que buscas responder preguntas que te haces como músico y pones el ejemplo de Picasso, quien, interrogado sobre qué preguntas planteaba con sus obras, respondió escuetamente: No las planteo, las contesto . ¿Tú qué preguntas te has hecho?

Yo no me he hecho ninguna pregunta específica, más bien creo que en lo que más trabaja cualquier artista es en sí mismo; al final lo que construye es su propio ser y, en este proceso, elabora sus obras, y entonces las obras responden a las preguntas que se plantea. Lo que no está claro es que éstas se las plantee de manera consciente; de esa manera, el artista es un ser que busca sin saber conscientemente qué busca y en el proceso de elaboración de su obra va encontrando respuestas, aunque quizá tampoco sepa reconocerlas. La obra en sí es la plasmación de esas respuestas. Entonces, las preguntas que yo me he hecho están canalizadas por el hecho de improvisar, igual que Picasso. No es que buscara respuestas con palabras, sino que se hacía preguntas y las contestó con su pincel. Es un proceso dentro del lenguaje directo del arte que hace. Para él, la pintura, para mí, la música.

¿Cuál es el riesgo recomendable?? Si es que hay un límite.

He dicho que el riesgo acompaña a la creación artística. Del riesgo sí eres consciente. Así como no sabes lo que te estás preguntando, el riesgo sí lo sabes. Cuando te pones a crear ahí mismo, no a tocar algo que ya tienes memorizado, sino aquí estoy ahora y vamos a ver qué quiere decir eso , te ubicas en un grado de vulnerabilidad, personalidad y de riesgo. Eso podría llevarte a querer encontrar soluciones para protegerte, y piensas: Si fulano ha hecho las formas de cierta manera, si yo lo hago, debe ser bueno , pero ahí ya te has perdido. Creo que Oscar Wilde dijo:

Sé tú mismo, todas las demás personas ya están tomadas . Por eso no he querido escribir un libro con unas convenientes fórmulas para esquivar, bloquear o protegerte del riesgo que supone realmente crear, y esto va mucho más allá de la creación con improvisación, es aplicable a cualquier acto creativo, incluso aquellos que no son necesariamente artísticos; es decir, un buen ingeniero tiene que ser creativo, un buen cirujano también porque cada cuerpo es distinto, por mucho que la anatomía es más o menos uniforme, a la hora de la verdad cada cuerpo es como es.

¿Qué aspectos intervienen en la improvisación además de los improvisadores?

Hay una cuestión que para mí es fundamental. Si se dice que improvisar es hacer música aquí y ahora, quiere decir que la música que hacemos no será más relevante que nuestra consciencia de lo que es aquí y ahora; es decir, para hacer ahora mismo, por decir algo, una improvisación musical en este espacio: tenemos que tener la capacidad de percepción necesaria para saber qué es este espacio, cuál es la resonancia que tiene o que no tiene, el tamaño de la sala, su temperatura, la atención que enfoca o que no enfoca el público, toda una serie de cuestiones que podríamos englobar como la escucha , va más allá de la escucha normal, tanto en el sentido de que un músico ya de por sí escucha como no escuchan otras personas, como en el sentido de que aquí la palabra escucha, en este libro, se le asigna un significado más ancho. La escucha realmente es la apertura hacia lo que te rodea a la hora de crear.

¿Qué es para ti lo más emocionante a la hora de improvisar?

Lo más emocionante es la sensación de inmediatez y de estar completamente vivo. Es algo que quizá hasta sea una comparación contraproducente, pero es lo que dicen quienes han estado en combate: dicen que en ese momento tienen una sensación de inmediatez, de absoluto contacto con lo real que no han encontrado en ningún otro sitio, en ningún otro momento. Y yo creo que improvisando hay una combinación de experiencias. Primero, hay esa necesidad de percepción ampliada. Segundo, hay una gran necesidad de vulnerabilidad y de capacidad de aguantarla, porque uno está produciendo lo que viene de dentro, y esa combinación aunada a la pura alegría de estar creando música es una cosa emocionante realmente, y, además de estarlo haciendo en compañía, es decir, no sólo estás creando algo que es de por sí una expresión humana y posiblemente bella, sino que lo estás haciendo con otros que son músicos pero también con el público, porque según como escucha el público tocas de formas muy distintas.

¿Qué es lo más curioso?

Que logras niveles de intimidad muy profundos con desconocidos. Yo creo que todos los improvisadores nos hemos encontrado con alguien que nunca habíamos conocido y hacer juntos una música enormemente íntima, y necesariamente íntima, y al terminar, nos pasa que no sabemos muy bien cómo hablar con la otra persona, porque ese nivel de intimidad en el plano social no lo tienes con el otro, ni lo conoces, y acabas de hacer una cosa realmente íntima con esa persona sin saber quién es. Entonces, la improvisación también produce situaciones curiosas como ésta.

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