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La última reverencia de Barnum
Tras 146 años, el célebre circo estadounidense Ringling Bros and Barnum & Bailey hizo su última reverencia, marcando el fin de una época, bajo la presión de los defensores de los animales.
Tras 146 años, el célebre circo estadounidense Ringling Bros and Barnum & Bailey hizo su última reverencia, marcando el fin de una época, bajo la presión de los defensores de los animales.
El domingo, a 30 kilómetros del centro de Nueva York, en Uniondale, Long Island, los niños jugaban afuera de la sala del Nassau Veterans Memorial Coliseum, donde acababa de cerrarse la historia del circo que se jactaba de ser el espectáculo más grande del mundo .
A sus 15 años, Ángel, el hijo del director general, no ha conocido más que la carretera, según contó tras hacerse una selfie delante del logotipo del circo. Esto fue toda mi vida , dijo. Es triste .
El público también vivió mal esta separación y, casi una hora después del final de la última presentación, algunos todavía deambulaban por los corredores, como resistiéndose a irse.
A mediados de enero, para sorpresa general, la empresa matriz del circo, Feld Entertainment, anunció que cerraría en mayo. El retiro de los elefantes en mayo del 2016 por la presión de una parte de la opinión pública supuso una caída del número de espectadores y la compañía ya no es rentable, argumentó. Pero algunos ponen en duda esta explicación, dado que las funciones suelen estar bastante llenas.
No se ha manejado de forma correcta , lamentó Greg Packer, cuya edad ronda en los 40 años y cuyos primeros recuerdos del Ringling Bros se remontan a la infancia, como le pasa a la mayoría de los espectadores.
Con su escenario de más de 30 metros de largo por 20 de ancho, su equipo de 300 personas y su propio tren, el circo que inspiró las películas Dumbo o El espectáculo más grande del mundo es una institución.
Eran más de dos horas de espectáculo perfectamente ensayado, a veces hasta tres veces al día, con payasos, acróbatas, trapecistas, ciclistas, jinetes y domadores. Porque si bien los elefantes no estaban más en escena, los leones, tigres, pero también caballos, perros, llamas e incluso cerdos y canguros representaban la mayoría de los números.
En una época en que muchos circos desisten de usar animales y se concentran en el rendimiento atlético y artístico, al estilo del canadiense Cirque du Soleil, Ringling Bros se aferraba a su colección de animales salvajes. La situación ha sido denunciada durante más de 15 años por la organización People for the Ethical Treatment of Animals.