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Arte e Ideas

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La voluntad de ir hacia lo imposible

El caso Strauss-Kahn origina una delirante ficción que critica el sistema económico y político.

En Karnaval, novela galardonada con el XXX Premio Herralde de Novela concedido por la editorial Anagrama, Juan Francisco Ferré (Málaga, 1962) parte de un hecho real: la detención de Dominique Strauss-Kahn, exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), acusado de violar a una trabajadora africana en la habitación de un hotel neoyorquino.

A través del personaje convertido en DK –el dios K– y de otras personalidades –banqueros, políticos e intelectuales del ámbito internacional–, Ferré trata las transformaciones que han vivido la economía, la política, la sociedad y la tecnología. Se trata de un acercamiento al sistema desde un personaje que detenta el poder.

Novela polifónica de denuncia, Karnaval participa del ensayo y la crítica cultural desde una perspectiva paródica en la que son arrasadas múltiples instituciones. En este artefacto narrativo que se conduce al delirio, Ferré recurre a un juego ficcional en el que comunica a los indignados con el exdirector del FMI. En cada capítulo, el lector encontrará versiones distintas del mismo asunto. La novela resulta una suma de visiones superpuestas. La idea es que todas las visiones estén en un punto, como en El Aleph , comentó Ferré en entrevista.

En El agujero y el gusano, el documental ficticio incluido entre las dos partes de la novela, a modo de ?entreacto , en el que recurres a la ?creación de apócrifos, contrapones supuestas voces tan disímiles como las de Philip Roth, Lady Gaga, Michel ?Houellebecq, Harold Bloom y Slavoj ?Žižek.

¿Cuál es el origen del falso ?documental y de la elección de los personajes?

El origen es la imposibilidad de la existencia de un documental como éste en la realidad. Nunca se podría rodar un documental con esta multiplicidad de personajes capaces de hablar del mismo caso. Es la voluntad de ir hacia lo imposible. La elección de los personajes está determinada, fundamentalmente, por los temas que se abordan a partir del caso: las cuestiones de género, de clase social, de sexo, de dinero, de poder. Son reflexiones que buscan enfocar el asunto –el encuentro entre el potentado y la esclava africana en la suite del hotel– desde múltiples perspectivas.

¿Por qué decidiste recurrir ?a la polifonía en la novela?

En una novela que participa del carnaval, la polifonía me parecía básica. No podía limitar la narración a una sola voz. Un narrador fijo con una perspectiva única hubiera sido muy aburrido. Preferí multiplicar el número de voces e incluir a DK, a la africana, a veces a un narrador más abstracto, anónimo, que tiene información privilegiada y que puede contar la historia desde un ángulo que no es el habitual, con un enfoque insólito o inédito de la cuestión.

Describes a Times Square como un enclave visionario, ese ombligo terrestre donde pasado, presente y futuro entrelazan sus memorias estelares y sus líneas de fuga hacia los límites del universo inflacionario . ¿Cuáles crees que sean los límites del universo inflacionario?

Los límites del universo inflacionario serían el colapso del sistema. Especulo con eso de un modo cómico porque al final los poderosos toman las riendas de la situación de nuevo, por lo tanto, el proyecto delirante de DK de transformar este mundo fracasa. Planteo a Times Square como el ombligo del mundo porque lo hemos visto evolucionar hacia un mundo espectacular en el que los grandes consorcios exhiben todo su poder en grandes pantallas. Los ciudadanos lo viven como una participación en la sociedad de consumo.

¿Planteaste desde un inicio a la ?novela como vehículo de la denuncia del poder político y financiero?

Sí, siempre y cuando se entienda que la denuncia no se produce de un modo neutro, aséptico o militante, sino de un modo cómico. Pienso, como Nietzsche, que la risa es más crítica, corrosiva y devastadora con los mecanismos del poder que la crítica que se toma en serio a sí misma. La seriedad es parte de las formas del poder. Me interesaba construir algo que fuera contra la lógica del sistema. Era necesario recurrir al humor y a la comicidad, pero también a la locura y al delirio.

En las epístolas del dios K, dirigidas a Sarkozy, Obama, Ratzinger, Gates, Trichet y Lagarde, el personaje hace eco de su indignación –le solicita al Mandatario francés que no permita que el pueblo griego sea sacrificado impunemente en nombre de una entelequia financiera y al creador de Windows le comenta sobre la máquina tentacular del capitalismo –. ?¿Cómo fue el proceso de transformación de DK en un indignado?

Me interesaba que un personaje que representaba el poder en un grado extremo, al caer en desgracia, pudiera conectar con el fenómeno de los indignados en España. Es como si DK canalizara la fuerza que se había desatado al otro lado del Atlántico convirtiéndose en un indignado, pero un indignado privilegiado porque conoce el sistema mejor que nadie.

¿De qué manera contrastas la escritura de Karnaval con la de Providence ?y con la de La fiesta del asno, en las que abordas, respectivamente, a Estados Unidos después del 11-S y el terrorismo de ETA?

Son novelas escritas en momentos en que los temas que se abordan son candentes. La fiesta del asno, que participa ya de una concepción polifónica, carnavalesca y grotesca de la ficción, aborda un problema nacional pero de un modo global. En Providence me enfrento al mundo pos 11-S por mi relación con Estados Unidos, ya que empecé a visitarlos y he vivido ahí. Intenté plasmar lo que la era de Bush le hizo al mundo.

La fiesta del asno es lo local visto desde lo global, Providence resulta América dentro de la globalidad y Karnaval es la globalidad en otro periodo, conectado en definitiva con el anterior. En Karnaval se deja muy claro que hay cambios superficiales que no afectan las estructuras profundas, y la estructura profunda del sistema americano es perversa en sí misma.

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