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Las enfermedades cardiovasculares no van solas, diversas condiciones las acompañan
Estrés, obesidad y la propia genética, son parte importe que acompaña a las enfermedades cardiovasculares, por lo que es importante reflexionar en atender cada una de ellas por separado, para lograr mejores diagnósticos y cuidado de nuestro corazón, señala la doctora María Elena Sañudo, directora médica de la Unidad de Medicinas Generales de Sanofi, en la semana del Día Mundial del Corazón.
Nosotros somos individuos íntegros, no podemos separar la mente del corazón o el sistema inmunológico, cada una de las decisiones que tomamos nos afecta en general y por supuesto que hay manera de cuidar la salud de nuestro corazón cuando nos preocupamos por todo lo demás, incluida la salud mental, física y biológica.
Pueden ir desde acciones muy sencillas, hasta cosas más complejas, pero el hecho de tener un plan de alimentación que sea balanceado, sano, con vitaminas y minerales ayuda; también el ejercicio físico nos trae bienestar a la mente, el corazón y el cuerpo en general, con el peso, la presión, etcétera.
Además, contamos con técnicas de relajación, ejercicios respiratorios como el yoga y la meditación que pueden tener efectos positivos para manejar el estrés, un tema muy asociado a las enfermedades cardiovasculares.
En la semana del Día Mundial del Corazón es importante hablar de todos estos factores relacionados con este órgano vital que desafortunadamente hoy es la principal causa de muerte en la población mexicana. En 2022, 105, 864 personas murieron por enfermedades de este tipo en el país.
El estrés
La doctora María Elena Sañudo, directora médica de la Unidad de Medicinas Generales de Sanofi, comparte que la Organización Mundial de la Salud define el síndrome de estrés como aquel conjunto de reacciones fisiológicas que activan a nuestros sistema biológico de supervivencia, esto prepara al individuo para tomar acción, porque hay condiciones que se consideran estresantes tanto internas, como una infección o alguna enfermedad autoinmune, estrés fatiga o extrema; y externas, como problemas laborales, duelos, temas relacionados con el clima, todo esto puede poner en estrés a las personas y activan nuestro sistema de alerta.
“Se sabe que esto es importante porque cuando ha habido eventos para la humanidad, como fue ahora la pandemia por Covid-19, se registró un aumento de este síndrome de estrés adaptativo en la población mundial de hasta un 25% y todos estos factores nos instalan en un estado dañino para el cuerpo”.
Para los médicos es muy conocido que el estrés agudo o crónico puede ser un factor que coadyuva los eventos cardiovasculares. Arritmias, infarto agudo al miocardio, hipertensión arterial, son solo algunas de las manifestaciones debidas al estrés.
Por ello, si no son suficientes las acciones preventivas y tenemos problemas de salud mental, la especialista pidió a la población acudir con un especialista (psicólogo, psiquiatra o médico general) para ayudar con un tratamiento adecuado.
Obesidad
Sabemos que la obesidad también es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares, se conoce como un factor desencadenante de hipertensión arterial, y en el síndrome metabólico, la hipertensión está claramente asociada a la obesidad, la diabetes y la hiperglucemia.
“Lo que pasa con la obesidad es que generalmente hay una resistencia a la insulina, por lo que se generan niveles elevados de insulina, también hay un aumento de la actividad adrenérgica, es decir la adrenalina (epinefrina), y las concentraciones de aldosterona, todo esto provoca que la persona con obesidad retenga sodio y agua, lo que incrementa el gasto cardiaco y genera alteraciones arteriales”.
Dijo que la obesidad también es un estado que produce inflamación crónica y esto daña la función del endotelio, que es la capa interna de los vasos sanguíneos. Esto va facilitando el desgaste del corazón, por lo que la relación de obesidad y sobrepeso es muy importante con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Genética
La genética en enfermedades cardiacas tiene una influencia, los hijos de padres con hipertensión por supuesto que tienen mucho mayor riesgo de desarrollarla en un futuro. Se considera que interviene un factor hereditario complejo, es decir, no hay un gen específico asociado para hipertensión arterial hasta ahora, como sí ocurre para otro tipo de enfermedades, pero son muchos genes los que están involucrados en el desarrollo de la patología.
Hoy lo que sí tenemos es algunas cuestiones que se han ido dilucidando a lo largo de los avances de la ciencia para entender que los genes se relacionan con hormonas, que en algunos pacientes con hipertensión arterial se ven alteradas. “Se van encontrando poco a poco algunas correlaciones genéticas, pero es una enfermedad multifactorial, no podemos echarle la culpa a una sola cosa”.
La especialista concluye que lo más importante es tener claro que una vida saludable en general nos permitirá de manera directa e indirecta atender a nuestro corazón, aunado a ello, se trata de asistir regularmente al médico, hacer monitoreos de nuestra presión arterial, sobre todo en etapas adultas (a partir de los 40 años) y si logramos un diagnóstico, apegarnos al tratamiento.