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Las organizaciones de la sociedad civil deben adquirir mayor compromiso con la transparencia: CIDE
Un estudio del Centro de Investigación y Docencia Económicas analiza los objetivos y fuentes de financiamiento de 200 organizaciones mexicanas; 57 de cada 100 no mencionan el origen de sus fondos.
En las últimas décadas, se ha destacado el papel importante y positivo de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) para la vida democrática y la gobernabilidad de México; se han convertido en una alternativa para que los ciudadanos luchen por los objetivos que consideran prioritarios y que benefician a determinados sectores de la población; sin embargo, ¿quién se ocupa de vigilar su quehacer como parte de la vida pública? Los investigadores Ana Díaz Aldret, David Arellano Gault y Elena Titova, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), analizaron la legitimidad y transparencia de ellas a través del estudio Legitimidad y transparencia de las organizaciones de la sociedad civil en México. ¿Actores neutrales o interesados?
En el análisis se encontró que la mayoría de las organizaciones de servicios a terceros está registrada como una asociación civil, 57 de 100 no mencionan el origen de su financiamiento y las otras 43 dan datos poco específicos al respecto.
Por su parte, en las organizaciones de membresía, 35 de ellas no pudieron confirmar el tipo de actividad a la que se dedican a partir de la información disponible; además, la mitad de las organizaciones analizadas no proporciona datos sobre el financiamiento.
“Una minoría de las OSC hace transparente y claro de dónde vienen los fondos, sus objetivos e intereses, lo cual habla de un hueco importante en la sociedad mexicana, donde las organizaciones deben adquirir un compromiso mucho más fuerte con la sociedad en general y transparentar los intereses que defienden, así como los recursos que usan”, explica el doctor Arellano, profesor investigador de la División de Administración Pública del CIDE.
OSC, ni apolíticas ni neutrales
El documento publicado en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM asegura que este sector está convirtiéndose en un actor político cada vez más importante, sin embargo, aún son poco comprendidas como organizaciones, es decir, en muchos casos se piensa que son entidades neutrales y, por lo tanto, apolíticas; es decir, que representarían desinteresadamente a la sociedad en general, incluso se les llega a equiparar con sociedad civil y que defienden por esencia, el interés general.
Sin embargo en diversos países son consideradas como actores políticos con intereses específicos, esto significa que, de manera regular agentes políticos o empresariales crean y financian este tipo de organizaciones por lo que los intereses se hacen explícitos. Por ello, parece importante avanzar en su comprensión a partir de su proactividad para hacer públicas sus fuentes de financiamiento, los mecanismos a partir de los cuales informan respecto de los procesos que emplean para explicar los resultados que producen. Incluso, sería deseable avanzar en el conocimiento acerca de cómo es que se crean estas organizaciones y de los procesos a partir de los cuales toman decisiones, nombran a sus directivos y cabildean sus intereses en las esferas políticas y empresariales.
“Las OSC son organizaciones que tienen intereses. Pueden ser considerados legítimos socialmente, pero para que ello suceda deben ser explicados transparentemente a la sociedad. Se debe saber de dónde vienen los fondos, quiénes y qué personas los reciben y otorgan. Esta investigación trata de medir y entender el grado de transparencia de las OSC en México, cómo hacen claros sus fondos y qué intereses sociales y particulares defienden en sus agendas”, expuso David Arellano.
Agregó que las sociedades contemporáneas son plurales y diversas, los gobiernos no son el único actor público que existe en una sociedad compleja y dinámica. Por ello, es importante para cualquier sociedad entender cómo grupos de interés como las OSC tratan de resolver problemas públicos y “es fundamental saber que lo hacen de manera transparente”.
Datos del estudio
Para el análisis se tomó una muestra aleatoria de 200 organizaciones mexicanas a partir de dos bases de datos: el Directorio de Inscripción al Registro Federal de Organizaciones de la Sociedad Civil (a cargo del Instituto Nacional de Desarrollo Social) y del Directorio Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil, que se encuentra a cargo de la Secretaría de Gobernación.
Posteriormente, las OSC fueron divididas en dos categorías: las asociaciones de autobeneficio ꟷcomo cooperativas, cámaras empresariales, colegios de profesionistas y sindicatosꟷ y las de servicios a terceros ꟷentre ellos fundaciones e instituciones al servicio de la sociedadꟷ. Se tomaron 100 de cada tipo para el análisis y se procedió a recabar toda la información disponible sobre ellas.
Las principales fuentes de consulta fueron los sitios webs, notas en medios de comunicación, datos registrados en sistemas de información del gobierno y redes sociales como Twitter y Facebook. Para conocer las fuentes de financiamiento, se consultó el Registro de Organizaciones de la Sociedad Civil de 2014 a 2017.
“Se trata de explorar cómo han avanzado las agendas democráticas, como lo es la transparencia y rendición de cuentas, en actores no específicamente políticos o gubernamentales, y también qué está pasando con la sociedad civil”
“A partir de esta investigación se abre la posibilidad de hacer una agenda mucho más sistemática de qué está pasando con la sociedad civil y cuál es el papel que están jugando las organizaciones”, señaló Ana Díaz, coautora del estudio y doctora en Ciencias Sociales.
El objetivo de la investigación fue analizar la transparencia con que las organizaciones reportan sus fuentes de financiamiento, así como sus dinámicas de operación e intereses; además de la relación que mantienen con el gobierno y sus miembros.