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Arte e Ideas

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Martha Ketchum Mejía: un legado

El testimonio que forma parte del libro 1988-2012. Cultura y transición habría de ser el último de la bailarina y gestora cultural, pero esta obra es también parte de su legado como gran promotora de la economía cultural en Morelos.

Le pedí una oportunidad para darle a conocer mi negocio. Fue a través de un correo electrónico. Al poco tiempo nos conocimos en la Librería Rosario Castellanos. El primero de numerosos encuentros que se han acabado con su muerte. Con Martha me fundí. No me explico sin ella. Procreamos, diría, para dar razón a cada idea convertida en realidad. Tres años, cuatro. No más para tan intenso empeño en favor de la economía cultural, de los emprendedores y empresas culturales. Cortísimo episodio de gran amor.

Como Directora del Instituto de Cultura de Morelos, dio una encomiable lección de servicio público. Entrona, lúcida, tenaz, mediadora, honrada. Extraordinariamente inteligente, su vigor aún me envuelve. En los mensajes que intercambiamos hace días nos prometimos nuevos proyectos. Pero se fue mi Ket. La muerte es un silencio que no deja de escucharse.

Lo más fresco de su ideario lo plasmó en un largo documento con motivo de la edición del libro 1988-2012. Cultura y transición.

Tuve que ajustarlo. De lo que hay en esas páginas, extraigo algunos de sus planteamientos. Lo redactó hace poco menos de un año.

Martha Ketchum estaba convencida de que la Secretaría de Cultura debió crearse desde los tiempos del salinato, ya que le hubiera otorgado a todo el sector cultural un estatus de igualdad y fuerza política (...) Contar con este organismo no es inviable, sería resultado natural de este trayecto de avance, con una visión más amplia y propositiva (...) Podría entonces conformarse, por ejemplo, una sólida y exitosa plataforma de turismo cultural .

Con respecto al INAH, escribió que no obstante las delegaciones del instituto, no se ha logrado establecer una corresponsabilidad, interés y participación de las comunidades en torno al patrimonio existente en sus territorios. Aun al comprender el marco legal, sigue siendo propiedad y coto de la Federación .

En otro apartado, refiere que al consolidarse la creación de institutos, consejos y secretarías en los estados, la balanza con la Federación se ha equilibrado cada vez más. Todavía hay mucho por lograr, pero es un hecho que en la administración de Felipe Calderón, la presencia, la voz y voto de los estados en la toma de decisiones ha sido acogida con mayor interés. Curiosamente, esto mismo ha fortalecido el liderazgo del Conaculta en los últimos años. Incluso se ha marcado la diferencia en la relación con la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados . Sin embargo, Ketchum critica el clientelismo en torno a la asignación de los recursos.

Al mirar en retrospectiva el proceso de transición política y el rol de la cultura, no obstante el retiro de la imposición de valores culturales, en aras de tener un referente de identidad nacional que sirva a la cúpula en el poder, tampoco ha sido sustituido por un liderazgo desde la cabeza del Estado que consolide la política cultural y le infunda brío y el brillo al potencial cultural que como país poseemos .

Para Martha, faltó asumir la cultura legada y actual como una verdadera bandera nacional, un auténtico eje transversal del desarrollo, un sector que genera admiración y reconocimiento al interior y al exterior, además de generar riqueza y empleos .

El tema de las relaciones sindicales es un mal que aqueja a otros ámbitos de la administración pública. No niego los derechos de los trabajadores, pero no apoyo su poder de paralizar a las instituciones y el crecimiento en aras de sus intereses mezquinos. Por ejemplo, es una pena que las grandes compañías artísticas del INBA no viajen por toda la República, precisamente por lo imposibles que son sus cuotas sindicales. Eso favorece la mediocridad y la burocratización del quehacer cultural, aleja a los artistas y creadores de su vocación y responsabilidad social .

Concluye sus páginas diciendo que quien tiene la oportunidad de formarse de manera integral en el mundo de la cultura y las artes estará prácticamente inmune a participar en actos ilícitos, inmorales, criminales y violentos. Las huellas digitales de un joven sobre el teclado de un piano le salvan la vida frente al escenario de tener sus huellas impresas en un documento del Ministerio Público .

eduardo.cruz@eleconomista.mx

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