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UNAM reconoce ligereza y capacidad de reflexión en Timoteo
La Facultad de Derecho de la UNAM entregó la medalla Aequitas de Iure Multum Remittit al escultor mexicano Rodrigo de la Sierra y reconoció en su personaje la búsqueda común del arte y el derecho: la justicia.
“A través del arte es posible hablar de lo que muchas veces no es tan fácil. A través del arte es posible tocar mentes, transformar y democratizar espacios, generar emociones”, Rodrigo de la Sierra, escultor
El padre de Timoteo, "Timo" para los cuates, que son todos aquellos que habitan la vía pública y que conviven con este curioso, casi que ubicuo e inconfundible personaje en plazas, parques, avenidas de todo el país, el escultor Rodrigo de la Sierra (Ciudad de México,1971), fue objeto de un homenaje la tarde de este miércoles en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los honores para éste, reconocido como uno de los escultores mexicanos vivos más prolíficos y presentes en el lienzo social, llevaron por nombre “Timo en la UNAM” y se llevaron a cabo en el Aula Magna Jacinto Pallares, a unos metros de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria.
De la ceremonia protocolaria participaron Sonia Venegas Álvarez, directora de esta facultad; Fernando Serrano Migallón, y catedrático y exdirector de esta misma; Luis Gerardo Del Valle Torres, presidente del Patronato de la Facultad de Derecho; José Antonio Meade Kuribreña, político, jurista y egresado de la misma facultad, y Andrés Chao Ebergenyi, vicepresidente del diario El Economista.
Sobre la mesa de centro que fue flanqueada por el homenajeado y las personas invitadas, se colocó una pequeña escultura de "Timo" sosteniendo un mazo y portando una toga y un peruke, símbolos característicos de un impartidor de justicia.
Ahí se le entregó la Medalla “Aequitas de Iure Multum Remittit”, presea con el que la Facultad de Derecho de la UNAM reconoce a destacadas personalidades de la vida pública, especialmente por su relación con el derecho, cuya traducción al español sería: “La equidad suaviza el rigor del derecho”.
Un artista que nos confronta
Para abrir las rondas de palabras, la directora Sonia Venegas Álvarez destacó que Rodrigo de la Sierra “ha dejado una huella imborrable en el panorama artístico nacional e internacional (…) Su capacidad de transformar lo cotidiano en una reflexión estética y crítica es un testimonio de su genio creativo. Su obra nos recuerda que el arte es un refugio de belleza, pero también un espejo que nos confronta con nuestras propias contradicciones como sociedad”.
Añadió que Timoteo “encarna una paradoja fascinante: la ligereza del ser frente a los dilemas más serios de nuestro tiempo. Sus interacciones con monedas, billetes o escenarios de crisis globales no sólo nos arrancan una sonrisa sino que nos obligan a reflexionar sobre nuestra relación con temas como la economía, el ejercicio del poder y el conformismo”.
Finalmente, la directora de esta facultad expresó que “en un entorno académico como en el que nos encontramos, donde el rigor jurídico y la reflexión crítica convergen, la obra de Rodrigo resuena como un recordatorio de que el arte y el derecho comparten un objetivo común: la búsqueda de la justicia, el equilibrio y la humanidad”.
Por su parte, Fernando Serrano, exdirector de la facultad, declaró: “Timoteo ha cobrado vida propia. Es la sensación del comportamiento del ser humano”.
Se refirió a la escultura que decoró la sesión solemne en al Aula Magna Jacinto Pallares: ese Timoteo, dijo,“lleva la toga y el martillo con el que inician y terminan las sesiones de los tribunales, destruye todos los obstáculos que se oponen a la impartición de la justicia”.
Finalmente, el último de las voces que antecedieron la condecoración del escultor fue la de José Antonio Meade, excandidato presidencial, quien fue estudiante de esta facultad y reconoció que el artista “construye su propio vocabulario y su propia gramática, una inconografía reconocible, que nos permite saber que nos está hablando él. Pero la magia consiste en que siendo un lenguaje inusual, único, propio, personalísimo, lo entendemos todos. Cuando un artista es grande, cuando su lenguaje es universal, es cuando nos hace sentir que podemos leer e interpretar con fluidez lo que nos quiere decir”.
“Timo representa al hombre común”
Después de recibir la Medalla “Aequitas de Iure Multum Remittit” de manos de la directora de la Facultad de Derecho, el artista Rodrigo de la Sierra tomó la palabra para explicar que “Timoteo personifica en su ser y discurso la equidad. Representa el rostro de todos bajo la máscara del anonimato y eso lo vuelve un reflejo de quién lo mira. Representa al hombre común, lo que somos todos nosotros. No tiene ningún rasgo definido porque a través de ello trasciende barreras de edad, nacionalidad, género y clase. Timoteo es el pequeño engrane que mueve esta gran maquinaria que mueve todo el mundo. No tiene boca porque siempre he creído que las cosas no se dicen, se hacen, y al hacerlas se dicen solas”.
Al término de la ceremonia, varios alumnos presentes en el homenaje se acercaron al artista para presentarle sus respetos y conocer más a fondo el origen de la pieza que le acompañó en el homenaje. “Les quiero agradecer que me reciban en su casa. Deben de estar muy orgullosos de estar aquí”.
Un poco sobre Rodrigo de la Sierra
Rodrigo de la Sierra es arquitecto de formación profesional, actividad que realizó durante más de una década, pero para él llegó ese punto de inflexión en el que se decantó por la escultura, una disciplina profundamente hermanada con el quehacer arquitectónico.
De la Sierra estudió distintos talleres de escultura y técnica de pátinas, así como de talla de madera, modelado, moldes y vaciado. También se especializó en escultura figurativa por la Universidad Iberoamericana. Y es un artista en constante formación. Este ímpetu autodidacta le ha permitido mantener a "Timo" vivo, diverso.
“Mi obra es un estudio del ser humano. "Timo" es como un antropólogo visual. Es una labor de observación (…) Timoteo apunta los juicios y reflexiones de la vida cotidiana, y lo hace con cierto sarcamo, pero también es reflexivo. De esa base nació Timoteo”, explicó el homenajeado.
Para el artista, la obra sobre Timo solamente está completada cuando tiene contacto con el espectador, porque sólo así cobra un sentido, un sentido prácticamente individual.
“Timoteo me ha dado la oportunidad de rebasar fronteras, me ha permitido conocer a mucha gente. Y me ha permitido involucrarme con distintas causas humanistas. El darme cuenta que se puede hacer un cambio a través de Timoteo me hace sentir más que contento y agradecido”.
Por cierto, Timoteo nació en las libretas de dibujo de Rodrigo de la Sierra. Su primer nombre fue Ciudadano del Mundo.
ricardo.quiroga@eleconomista.mx