Calidad del empleo va en descenso, crecen plazas con salarios bajos y sin prestaciones

En el cierre del tercer trimestre del año, la calidad del empleo se deterioró al observarse una disminución de las personas asalariadas con contrato, acceso a prestaciones y seguridad social, además de un crecimiento de la fuerza laboral en los rangos salariales más bajos, de acuerdo con lo reportado por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

En septiembre el trabajo subordinado tuvo una reducción de 211,433 plazas. Pero no todo fue positivo para las personas que permanecieron en un empleo.

El segmento de asalariados que trabaja sin prestaciones creció en 158,768 plazas. Esta misma tendencia se observó entre los subordinados que no tienen acceso a una institución de salud, a esta condición se sumaron 65,543 personas. En tanto, el renglón de empleados que no tienen un contrato por escrito creció en 233,942 personas.

En el comparativo mensual, la debilidad de la calidad del empleo también se observó en los rangos salariales, el menor perfil de ingresos fue el que se fortaleció a medida que disminuyó la población con mejores percepciones.  

En el último mes, 118,119 personas se incorporaron a la población ocupada que percibe hasta 5,255 pesos al mes (1 salario mínimo); en tanto, la fuerza laboral con ingresos de entre 5,255 y 10,510 pesos (2 salarios mínimos) se redujo en 142,793 personas, y la población con percepciones de entre 10,510 y 15,765 pesos (3 salarios mínimos) se contrajo en 130,250 plazas.

Aunque la tasa de subocupación, que abarca a las personas con la necesidad de ofrecer más horas de trabajo, tuvo una ligera reducción mensual de 7.89 a 7.88%, la población subordinada en condición de subempleo creció en 117,570 puestos de trabajo.

Y mientras el empleo subordinado se debilitó en el mes pasado, el trabajo por cuenta propia tuvo ganancias. En total, 281,898 personas encontraron un refugio en estas actividades, todas fueron mujeres.

Con estos resultados, el trabajo por cuenta propia registra 1.5 millones de plazas más de las reportadas en marzo de 2020, un mes antes de las afectaciones de la emergencia sanitaria en el mercado laboral por la Covid-19, de acuerdo con un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Otra señal de deterioro de la calidad de empleo se observó con la pérdida de 124,775 plazas en la formalidad. Al mismo tiempo, la informalidad tuvo un ligero repunte después de sumar a 4,608 personas a sus filas.

En términos generales, el tercer trimestre del año cerró con una caída de 120,167 plazas, este fue el saldo de los movimientos en el empleo subordinado y el trabajo no remunerado, y las ganancias reportadas en el renglón de trabajadores por cuenta propia y empleadores.

Perspectivas para el mercado laboral

Para Juan Carlos Alderete, director ejecutivo de Análisis Económico y Estrategia Financiera de Mercados de Banorte, si bien existen señales para estar optimistas para el cierre de año, tampoco se pueden descartar riesgos para el empleo en el último trimestre de 2022.

“En la industria, creemos que la construcción –ante las constantes presiones en precios de insumos específicos del rubro– y la minería –en menor extensión y por las modificaciones referentes a nuevas concesiones mineras– podrían tener una menor demanda de puestos laborales. Así, vemos a las manufacturas como el principal motor”, apunta el especialista.

Además de esto, en el sector de servicios se perciben señales mixtas. Por una parte, las ventas minoristas podrían enfrentar una pausa en creación de nuevas oportunidades laborales debido a impacto de la inflación, aunque la temporada navideña y las promociones pueden ayudar en la generación de empleo.

“En este contexto, creemos que la tasa de desempleo podría mostrar una ligera alza en lo que queda del año, impactada por una normalización adicional en la PEA y la PNEA. No obstante, el ajuste podría ser más moderado considerando la dinámica hasta ahora”, señaló el especialista.