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Capital Humano

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El regreso a las oficinas: ¿El regreso del poder de los abrazos?

En esta peste de proporciones bíblicas que vivimos y que parece inagotable, hay quienes hemos limitado nuestra capacidad de interactuar, de aprender y conocer a dos sentidos: la escucha y la vista. Dos de cinco, mientras nuestros antepasados lograron interactuar con todos los cinco

Foto: Shutterstock

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En un acto de atrevimiento organizacional, la empresa decidió hacer un brindis presencial para el fin de año. La convocatoria superó las expectativas y el aforo permitido del lugar. A Gustavo le dijeron muchas veces “te imaginaba chaparrito”, a Teresa le dijeron “no sabía que eras tan delgada”, a Miguel le preguntaron por qué nunca prendía la cámara y, en consecuencia, era la primera vez que se conocían. Y, por encima de todo, de las copas, de la comida y de las luces, hubo millones de abrazos, una y otra vez, como los que ocurren en una estación, un puerto o un terminal aéreo. El regreso triunfal de los recuerdos.

En su libro Humankind, el holandés Rutger Bregman cuenta sobre un estudio realizado con monos y niños, donde se comparaban varios factores como la capacidad de conocimiento de los espacios, la habilidad cognitiva de la causa y el efecto. En todas estas categorías, la humanidad salía bastante pareja con los monos, diferencias realmente insignificantes. Sin embargo, cuando se midió la capacidad de aprendizaje social, los seres humanos se muestran significativamente superiores.

En su misma obra, Bregman explica la tribu primitiva y el hombre tribal negativo, mostrando el poder que tuvo la sociedad en el desarrollo del homo sapiens, no sólo en sus aspectos intelectuales sino también el gradual y sutil cambio de la anatomía.

Dentro de las cualidades inherentes, naturales del ser humano, hay tres factores interdependientes pero fundamentales, no existen en las demás especies: la dignidad como base de la existencia, la libertad como ejercicio del ser y el propósito como fin que ilumina la razón de la existencia.

También tiene la especie humana sentidos excepcionales que comparte con otras especies, la capacidad de tener un sistema que, a través de la vista, el olfato, el tacto, el gusto y la escucha puede entender su mundo. Son tan importantes los sentidos que si alguien no tiene alguno, como la vista, se considera como una “persona con discapacidad”.

En esta peste de proporciones bíblicas que vivimos y que parece inagotable, hay quienes hemos limitado nuestra capacidad de interactuar, de aprender y conocer a dos sentidos: la escucha y la vista. Dos de cinco, mientras nuestros antepasados lograron interactuar con todos los cinco.

La pregunta que surge es si estamos limitando nuestro conocimiento al decidir usar sólo dos sentidos, echando de menos tres. Podría decirse que el conocimiento no se huele, que es insaboro e inmaterial, por lo cual no se toca. Esto implicaría limitar el conocimiento a un espacio muy pequeño y limitado.

Como en la prueba que relata Bregman, el aprendizaje y la generación de conocimiento del ser humano es significativamente mayor y multiplicado por la capacidad de aprendizaje social, el que hacemos de manera colectiva y usando todas nuestras capacidades biológicas y anatómicas.

Con certeza en algunos años estaremos estudiando si los niños y niñas que han tenido que estudiar su primaria de manera remota, si los universitarios que no pisaron la universidad aprendieron más o menos que quienes en su momento si lo hicieron. Los resultados son genuinamente inciertos, pero pudiéramos estar presente a una de las generaciones menos educadas de la historia cercana. ¿Cómo desarrollar habilidades sociales y emocionales en un niño de cinco años que no ha visto ni convivido con los demás?

Si trasladamos estas preguntas al mundo empresarial y al de Capital Humano surgen las mismas dudas. No es claro si el aprendizaje organizacional sufrió un detrimento, si regresamos a los tiempos del aprendizaje individual. De la misma manera, surge la duda de las competencias de liderazgo, tanto que se escriben artículos sobre “las competencias del liderazgo remoto”.

Si bien todos tienden a coincidir en que el modelo actual ha mejorado la productividad (hay que entender si en realidad es un aumento de la productividad o de las horas trabajadas), y que la flexibilidad y el trabajo remoto ha pasado de prestación a condición de empleo. También tomará tiempo entender los efectos en la cultura organizacional, con certeza habrá ganadores y perdedores.

La verdad pareciera más que evidente que aprender lo que sea debe resultar menos efectivo cuando se usan dos sentidos en vez de cinco. Sobra decir que para aprender álgebra o para desarrollar un nuevo código quizás no sean precisos el olfato o el gusto, esa es una respuesta fácil. La referencia es a la capacidad de conocer y crecer de manera integral, profunda, de la manera como nos destacamos como especie.

Ya estamos en los momentos donde se empieza a resolver la presencia o no en los lugares de trabajo, hasta la misma existencia de estos. El regreso a las escuelas, a las universidades y las oficinas.

Esto implicará que con el tiempo se evaluarán los resultados de las empresas que lo hicieron de manera integral, parcial o que simplemente no hicieron nada al respecto. Si en efecto el comportamiento y los efectos del pasado permiten preducir el futuro, pareciera que quienes regresen a las oficinas ganarán –la verdad es que no hay comparativo que sea real, esta modalidad es nueva y nunca fue masiva–.

Lo que me queda claro, es que tenemos cinco sentidos y que estamos operando de manera limitada con dos. No podemos saber si alguien es alto o bajo, delgado o no, y el liderazgo emocional toma dimensiones nuevas.

Las empresas tomarán sus decisiones, y muchas de ellas serán válidas y exitosas. Yo creo que ya es tiempo de no pormenorizar la importancia de la reconquista de los abrazos.

Tiene una carrera de más de 30 años en áreas de Recursos Humanos en las industrias de consumo masivo, aviación y de servicios financieros. Hoy es Director de Capital Humano de Alpura. Es abogado con estudios de ciencia política y desarrollo humano en Cornell University, University of Notre Dame, University of Asia and the Pacific, Pontificia Universidad Javieriana y el ITESM. Es consultor, autor y profesor universitario.

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