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Avanza Federer a la final en partido histórico
Federer se impuso a Del Potro por 3-6, 7-6 (5), 19-17 en cuatro horas y 25 minutos de un partido con tintes épicos, sobre todo en el tercer set.
Wimbledon. De golpe soltó la raqueta y entre los brazos de su verdugo, Juan Martín del Potro soltó el llanto. Roger Federer, considerado el mejor tenista de todos los tiempos, y quien peleará por el oro olímpico el domingo, extendió sus brazos al argentino y sin una sola palabra, lo consoló.
Habían compartido cuatro horas y 26 minutos dentro de un territorio en el que se pisoteaban aún las frescas huellas de una intensa batalla que parecía no tener fin pero que resultó a favor de Feds por 3-6, 7-6 y 19-17.
El partido más largo en la historia de los Juegos Olímpicos, superando al que el francés Jo Wilfried Tsonga y el canadiense Milos Raonic protagonizaron hace unos días había terminado y, con él, el suizo Federer que el próximo miércoles cumplirá 31 años, avanzó a la final de Londres 2012 sólo para encargarse de darle otro significado al mundo del tenis.
No había habido, hasta ayer, encuentro del mismo modo largo e intenso, que el que se desarrolló en el Centre Court del mítico estadio de Wimbledon. El número uno del mundo, el récordman del tenis, quien lo ha ganado prácticamente todo, aún tiene un sueño: convertirse en medallista en unos Juegos Olímpicos. Y estos, de Londres, su cuarta justa veraniega, podrían llevarlo a concretar ese anhelo.
Pero Del Potro, el argentino que buscaba llevar por primera vez a un argentino a la final olímpica, no le vendería barata su derrota. El argentino sabía, porque lo había hecho en el US Open del 2009, que podía vencer a quien ostenta el número uno del ranking mundial.
Lo intentó una, 20, 100 veces, y en las mismas ocasiones falló. El mundo le sonreía a Juan Martín, pues en su primer set, vio en la cancha a un disminuido Federer que lo mismo peleaba por un punto que lo perdía impactando la bola a la red. El 6-3 a favor de pampero, daba esperanzas a la mitad del All England Club, que lucía albiceleste.
Y Feds, quien tardó en encontrar el momento para concentrarse en la cancha, parecía desorientado. Sabía que tenía que llegar al partido por el oro, pero aparentaba no saber cómo hacerlo. Daba vueltas su raqueta, traviesa, entre sus manos. Y Del Potro también comenzó ganando el segundo set, pero el suizo no pensaba sucumbir más.
Uno, dos, tres puntos hasta llegar a seis ambos competidores y tener que definir todo en el Tie Break, el cual ganó Federer por 7-6. No había en la cancha de Wimbledon, alguien más deseos de asegurar una medalla en Juegos Olímpicos que ese par de guerreros, de hombres que en el césped definieron hasta el tercer set un encuentro que parecía interminable.
No fue fácil. Punto tras punto cada uno a su conveniencia. Punto tras punto en los que Del Potro, con todas sus fuerzas, intentaba no caer, rescatando pelotas incluso que ya parecían perdidas, estirando sus 1.98 metros a lo máximo, entregándose hasta el final mostrando quizá, el mejor tenis de su vida.
Pero existen aquellos de espíritu indestructible, implacables, de resultados incorruptibles. Quiero, necesito ganar una medalla en Juegos Olímpicos. Esto me hace muy feliz, estaba tenso, nervioso, porque este fue uno de los partidos más importantes de mi vida , aseguró el suizo tras asegurar ya la plata en la justa veraniega.
Y vino el match point. En ese tercer set memorable en el que ninguno quería soltar su servicio. Fue hasta el set 20, cuando estaban 18-17 cuando el tenista de Tandil se mostró débil, situación que el suizo aprovechó. A la segunda, después de un fallo de revés a la red, cerró el partido.
Al Maestro suizo, sólo le falta este título en su palmarés pues aunque ha ganado 17 Grand Slam en individuales, la mayor cantidad que cualquier jugador varón de la historia ha logrado y consiguió el oro olímpico en dobles en Beijing 2008, lo cierto es que Feds, aún quiere saldar esa cuenta consigo mismo.
Una medalla olímpica es su sueño e irá por él. Por eso, no era para menos que al igual que Del Potro, Roger soltara una diminuta lágrima, porque está claro que esta vez, Feds le ha roto el saque a la vida.