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Brian Snitker: instinto y estadísticas para Braves

La experiencia del manager a través de sus 44 años en la institución, sumada con la analítica que introdujo Alex Anthopoulos, se han combinado para una fórmula de éxito en Atlanta.

Después de más de 40 años siendo personal de “reciclaje” en los Bravos de Atlanta, Brian Snitker tiene su recompensa. El manager de la novena que hoy disputa la Serie Mundial pasó por muchos roles en el equipo desde 1977, cuando se volvió jugador de los Bravos; posteriormente comenzó apoyando al equipo desde abajo y ahora la historia le ha hecho justicia a su perseverancia en el beisbol.

A los 65 años, los coaches como Snitker se están acabando. No es que los Bravos hayan despuntado en sus estadísticas, sino que a estas alturas el manager es uno de los que más ha tardado en adentrarse en la analítica, su método es instintivo y, aún así, condujo a un roster de mediano presupuesto hasta la Serie Mundial.

Cuando Alex Anthopoulos tomó el cargo de gerente general de los Bravos a finales de 2017, parecía no tener sentido la permanencia de Snitker. Anthopoulos venía de dos temporadas como vicepresidente de operaciones de beisbol con los Dodgers, donde se decantó por el enfoque analítico, mientras que Snitker es un manager que confía en su experiencia e instinto.

La filosofía que Alex adquirió en los Dodgers consiste en, a través de la analítica, buscar sacar el máximo de cada jugador, “no siempre va a funcionar, pero si podemos mejorar a estos muchachos, ya sea uno o cinco por ciento, lo intentaremos. Proporcionaremos información como oficina principal. Al final del día, (el manager Brian Snitker) va a desarrollar el juego, y depende de él qué quiere aplicar y qué no quiere aplicar”.

Contra los pronósticos, esta mancuerna hizo clic. La temporada que Anthopoulos llegó a Atlanta, la estadística en conjunto con el sistema tradicional mostró que tener un entrenador instruido en desarrollar jugadores no era la peor de las cosas, pues aunque no era de la era moderna, Snitker tenía la ventaja de contar con decenas de rostros familiares en su plantilla que él mismo había entrenado en algún momento a través de sus distintos roles, entre ellos Jeff Francoeur, Kelly Johnson, Mallex Smith y Freddie Freeman.

En 2018 Atlanta ganó el primero de cuatro títulos divisionales consecutivos y Snitker se llevó a casa el premio al Manager del Año de la Liga Nacional. El gerente general comenzó a incorporar elementos de análisis en el enfoque, confiando en sus entrenadores de banca para filtrar y traducir los datos.

“Lo que Alex ha aportado ha sido esclarecedor para mí. Es dónde estamos y hacia dónde vamos en el juego. He pasado los últimos días en la suite hablando con esos muchachos, nos muestran la información y hay mucho que hacer. Es muy interesante para alguien como yo que no tengo esa experiencia”, reconoció Snitker cuando el equipo de sabermetría se integró.

En la temporada 2020 el equipo ganó una serie de postemporada por primera vez desde 2001, cayendo ante el eventual campeón Dodgers 4-3 en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional, quedándose a un paso de las finales; posteriormente, Snitker fue recompensado con una extensión de dos años. Sports Illustrated relató que se trataba de la segunda vez en su vida que había tenido seguridad laboral más allá de un año.

Snitker es por sí mismo un símbolo para los Braves, pues se unió a la organización en 1977 como jugador en las menores. En ese entonces, el escritor Bill James comenzó a publicar libros dedicados a la historia y las estadísticas del juego que a mediados de la década de los ochentas tomaron una importante relevancia en las oficinas centrales. Mientras otros equipos adoptaron nuevos conceptos, Atlanta se mantuvo con la fórmula probada.

Si bien su carrera no progresó como beisbolista, Snitker no tenía tiempo para planes B, sabía que quería dedicarse al Rey de los Deportes y tomó toda oportunidad posible para permanecer ligado a dicho deporte y a la institución, así fuera careciendo de sueldos lujosos.

Comenzó como instructor en las menores; luego dirigiendo a los Anderson Braves y a los Durham Bulls en Ligas Menores. En 1985 el club grande lo llamó como entrenador de bullpen, con los Bravos de Ted Turner, liderados por el jardinero Dale Murphy. En una segunda etapa en Grandes Ligas, también se desempeñó como entrenador de tercera base. Iba y venía de las Mayores, si un nuevo entrenador traía a su equipo, Snitker era relegado y debía recomenzar desde abajo.

Aunque se llegó a sentir estancado, no vislumbraba un buen futuro fuera de los Bravos. Nunca estableció una red de conocidos en otros equipos, el beisbol había evolucionado sin él, los Bravos dieron a conocer su nombre a otros equipos para un puesto de entrenador de banca pero ninguno mostró interés e, incluso, no podía retirarse pues no había ganado lo suficiente y no calificaba para la pensión completa de MLB.

La gran sorpresa para Snitker llegó casi cuatro décadas después de haberse enrolado con los Bravos. En 2016 acababa de cumplir 60 años cuando el momento finalmente llegó: se convirtió en el manager novato de mayor edad desde que Bobby Mattick, de 64 años, dirigió a los Azulejos en 1980.

Esta temporada, el manager de los Bravos fue el cuarto más longevo del circuito, en una liga cuyo promedio de edad de los entrenadores fue de 52.7 años. El entrenador más joven fue Rocco Baldelli, de los Twins de Minnesota, quien en septiembre cumplió 40.

deportes@eleconomista.mx

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